Sopa de Pobres e Isabel Basualdo en la Biblioteca 9 de Julio
Guitarra, flauta y voz como herramientas musicales principales. Ante un selecto grupo de vecinos, el ensamble presentó canciones de la cultura popular y el folklore. Zambas, candombes y tangos como ejes centrales.
Facundo Mercado y Ricardo Astengo forman Sopa de Pobres, un dúo musical que combina guitarra, flauta traversa y percusión para interpretar candombes y milongas: “Nos conocimos en la zona. Formamos este dúo hace tres años”, comenzó a narrar la génesis del dúo el músico Astengo. “El repertorio es tango, milonga y un par de candombes. Pero es más para aggiornar la percusión, para que no sea solo tango y milonga”, señaló el flautista.
Tanto Ricardo como Facundo reconocen una formación académica en institutos de la zona destacando el conservatorio de Morón. El vínculo musical comenzó en la infancia, en la escuela y en el seno familiar, para luego dedicarse los instrumentos y al estudio. “cuando me inscribí en el Conservatorio había muchos inscriptos en el instrumento que yo quería, entonces me anoté en flauta y ahí empecé”, rememoró Astengo y continuó, “Siempre me gustó la percusión, los parches, los ritmos. Después empecé con el folklore argentino, pero siempre popular, nunca clásico”.
La combinación de ritmo a través de la percusión y melodía, con flauta, le dieron el sustento musical al artista. La casualidad lo unió a Mercado y entre los dos le dieron una impronta rioplatense a su arte: “Soy uruguayo, pero es similar a ser de Buenos Aires. La familia rioplatense clásica: la mitad vive acá, la otra mitad allá. Nos vinimos a vivir acá en el 76, toda la escuela la hice acá. La sangre será uruguaya pero las células son argentinas. Tengo afinidad por la música uruguaya, por eso el candombe”.
En esta presentación, Sopa de Pobre contó con la participación de la cantante Isabel Basualdo quien con su voz completó la presentación. No es la primera vez que se ve sobre el escenario a este ensamble: “A la gente le gustó, es mucho trabajo convocar a la gente, por suerte el lugar lo tenemos disponible. A Isabel la conocí porque hago luces y sondo en la Sociedad Fomento. Ella se presentó con Ana María Oddo Y Betina Prat (Ver: Cuenteras Somos presentó ¨La luna es una mujer desvelada¨). Un espectáculo muy lindo, le dije ‘¿Hacemos algo?’ y esta es la segunda vez que lo hacemos, con Isabel de invitada”.
La charla continuó sobre tango y candombe, los ritmos rioplatenses, que fueron los protagonistas de la noche, la entrevista se dio por casualidad frente a la obra plástica de un vecino que muestra un grupo de músicos interpretando sus canciones mientras una pareja baila tango sobre el escenario.
La jornada del sábado se brindó a sala llena. La voz de Isabel llegó a cada rincón de la biblioteca y hasta se pudo apreciar desde la vereda de Martín Irigoyen 520: “Hice canciones de folklore, me gustan las zambas, me gusta muchísimo la samba, no me gusta lo cuyano, no me siento identificada”, destacó la cantante.
Su vida estuvo atravesada por la música, pero distintos altibajos demoraron su vocación: “En la familia siempre hay alguien que canta, que le gusta y lo hace bien, ese referente fue mi mamá. Otra cosa importante es el silbido, porque no cualquiera sabe silbar. Las melodías que yo escuchaba de chica era lo que silbaba mi papá. En la escuela tuve la suerte de tener profesores de música que como tenia buen oído o cantaba bien me ponían en el coro. Cuando había algún acto ponían a Isabel a cantar para salvar el acto. Después cuando conocí a mi marido, él tocaba la guitarra y formamos un pequeño grupo. Estuvimos andando mucho. Arranqué de chica, pero profesionalmente a los 32 años. Empezamos a andar de peña en peña, festivales. Las mujeres en este tipo de carreras se truncan: por la familia, los hijos. Mi marido siempre decía que el tren me pasó por adelante y no me di cuenta, realmente no me interesó mucho, me quedé con mi profesión: soy docente y crié a mis hijos. Después seguí cantando pero falleció mi marido y tuve una época en que dejé de cantar. Después apareció mi yerno que también es músico y volví a presentarme como cantora”, reseñó la artista.
Su voz característica la llevó a presentarse en distintos escenarios de la zona y el país y recuerda con una sonrisa las veces que Peteco Caravajal la escuchó desde el público. “Hay una cosa que mi marido siempre decía: ‘vos no tenés una gran voz, pero sabes decir, sabes transmitir’. Mi fuerte es ese, El transmitir, saber decir. Me emociono muchísimo con muchos temas”, finalizó la vecina.
La noche del sábado dio paso al domingo y la charla continuó sobre tango, candombes y zambas en la calidez de la Biblioteca 9 de Julio de Castelar Sur.
Entrevista y fotos: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernández Vivas