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Primera sede de la Sociedad Fomento de Castelar.
Primera sede de la Sociedad Fomento de Castelar.
Consultorios de otra época en La Salita de Castelar.
Consultorios de otra época en La Salita de Castelar.
Sociedad
9 Jun 2014

La Sociedad Fomento de Castelar cumple 90 años

La historia de una de las instituciones que más influyó en el destino y la forma en que creció Castelar. Sus directivos y vecinos contaron sus secretos a Castelar Digital.
La estación de Castelar fue el punto de encuentro. El tren eléctrico, apenas inaugurado dos años antes, era la joya del Ferrocarril del Oeste. En la sala de espera de segunda clase, los vecinos, de a uno y de a poco, comenzaron a reunirse. Ya se conocían y se saludaban diariamente, en una población de apenas 1500 habitantes, no había vecinos desconocidos.

Era el 8 de junio de 1924 cuando con la intención de hacer crecer el pueblo entre todos, ayudándose y cooperando, los vecinos se pusieron de acuerdo y le dieron vida a la Sociedad Fomento de Castelar.
A 90 años de aquel primer encuentro, ingenuo y solemne al mismo tiempo, “la salita” es el punto de reunión y crecimiento de la cultura, la memoria y la salud en la zona. Con sus talleres, consultorios, la Biblioteca Popular 9 de Julio y el ímpetu de sus directivos, sigue dándole forma a Castelar.

Sus referentes charlaron con Castelar Digital y contaron cómo nació y cómo se desarrolló la Sociedad de Fomento. En el salón que fue el espacio de la primera biblioteca Isabel de la Fontana, Rodolfo Novo, Maite Ormaechea, Dora Sayago, Juan Carlos Turco y Ester Parrilla narraron los secretos. “La idea era alcanzar el progreso con pequeñas obras. Castelar no tenía ninguna calle asfaltada. Algunos vecinos se dieron cita. Para no molestar a nadie lo hicieron en la estación, se firmó la primera acta, que todavía la tenemos, el 8 de junio de 1924. La segunda reunión, a la semana, se hizo en la casa de un vecino, Mario Bravo. Ahí mismo se redactó el estatuto de la sociedad”, relató Rodolfo Novo.

“Esta era una pampa de tierra, zonas que se anegaban, la intención era hacer cruces de las calles. A partir de ahí hay que ver la historia porque es impresionante. Ese fue el lanzamiento. Castelar era una pampita”, ejemplificó Novo.

Uno de los primeros proyectos encarados por la nueva Sociedad de Fomento fue el asfaltado de calles. Primero las arterias principales y luego las más pobladas. En 1928 las primeras calles “modernas, fueron Mitre, Rivadavia y Buenos Aires, el acceso a la estación. “Se hacían con libreta, pagábamos 10 pesos por mes por el asfalto, a una empresa particular”, relató Isabel.

“El gran plan de asfaltos vino en el año 36. Eran los asfaltos de antes, que todavía están. No estaba la tecnología, estaban las excavadoras, ‘patas de cabra’ les decían, que son rodillos con uñas, se ponía cal, después parrillas de hierro y después el cemento. El Pastón se hacía en la calle Espronceda, en la esquina, y había unas vías que iban hasta el pastón y con zorritas se traía el cemento. De noche esas zorritas eran el juguete de los chicos, iban y venían”, recordó Novo.

El pueblo fue creciendo y las obras también. Se asfaltó Arias, Sarmiento (aunque solo hasta Carlos Casares) y la salita tuvo su propia sede. “Cuando nació se dieron cuenta que tenía que tener una sede particular para la salita, no podía ser en casas. Fue inmediatamente después de la fundación, se hizo una habitación de cuatro por cuatro y otro lugar para guardar cosas. Era un consultorio, por eso ‘La Salita’. Primero era dar inyecciones, primeros auxilios. Y el Doctor Bo atendía gratuitamente”, contó Novo. Los vecinos recuerdan que todos los profesionales que atendían en esta salita lo hacían Ad Honorem. No había un rédito, sino proyectar en sus vecinos sus conocimientos para poder ayudarlos. La comunidad crecía gracias a la misma comunidad.
Esa primera salita se ubicaba en la calle Martín Irigoyen al 700, en el mismo espacio donde hoy funciona el Jardín de Infantes del colegio Vicente Palloti. La Salita se basó en el aporte de sus socios y vecinos, estaban quienes donaban ladrillos, otros chapas, otros tiempo y esfuerzo. Todo está en los libros y actas que se conservan en la sociedad Fomento. Son 90 años de cooperación documentada.

“En 1936 tuvimos el camión de bomberos. Después, porque se rompió, porque no había donde ponerlo, se dejó de lado" comentó Ester Parrilla. "Lo mismo la parte de abajo era la entrada de ambulancias. También tuvimos ambulancia, pero después, al ir creciendo Castelar, no había donde dejar la ambulancia”, agregó Maite Ormaechea.

En 1944 la Sociedad fomento se trasladó a su actual ubicación, Almafuerte 2642. Allí, desde los primeros consultorios, creció hasta brindar todas las especialidades y distintas propuestas culturales.  “El edificio creció muy desordenadamente. Las necesidades hicieron que se fueran agregando espacios hacia el fondo, se fue haciendo a los ponchazos. Cuando pusimos rayos x, vinieron a verificar, porque rayos ya es algo serio; vienen de Salud a evaluar el edificio… tuvimos que hacer el plano y se dio como ‘hecho consumado’ porque está pasado en ladrillos. Tiene más ladrillo de lo que el uso y zonificación permite que se puede tener”, contó Novo.

Otro Castelar

“Había una laguna en Munilla y San Nicolás, porque había un horno de ladrillo y excavaron para sacar material para los ladrillos, eso se inundó y se hizo una laguna”, recordaron los vecinos, y continuaron, “el Zanjón Martínez corría desde el campo de aviación italiano hasta Sarmiento. El Club Italiano de Aviación estaba donde hoy está el Club Mariano Moreno. Hacían festivales, con aviones y paracaidismo”.
“Uno de los primeros recuerdos de Castelar es el paso del Graf Zeppelín, que pasó sobre Castelar, muy bajo, porque aterrizó en El Palomar. Yo era muy chico, y nos fuimos corriendo, campo traviesa, hasta Palomar. Era todo campo, no había nada que nos lo impidiera”, relató Novo.

 Castelar crecía, su población también y la Salita acompañaba ese crecimiento. Los vecinos entrevistados por Castelar Digital reconocen la década del 50 como el momento de expansión, crecieron calles y edificaciones, y los servicios de la salita lo hicieron de manera acorde.

Para las fechas patrias del 25 de Mayo y 9 de Julio era común que la Sociedad de Fomento fuera la encargada de organizar almuerzos al aire libre. “se hacían locro en la calle. Las chicas traían empanadas. Se cerraba Almafuerte hasta Monteverde, e Irigoyen, desde Drago hasta la barrera, quedaba peatonal. Hacíamos un festival, con escenario y toda la calle era buffet. Llegó a hacerse desde las 11 de la mañana hasta las 19 y después venían las bandas" contó Ester Parrilla. "Era todo un gentío. Locro, empanadas, choripan”, agregó Dora Sayago.

“Recuerdo la fiesta cuando en el 71 a Castelar la declararon Ciudad, fue hermoso. También muchas fiestas de la primavera que eran hermosas. Una de carrozas, ganó un premio en Escobar, era la de la Florería La Orquídea. Se hacía liquidación de ropa, precios muy baratos, era la previa a la primavera, sacábamos todo a la vereda. Se hizo hasta el 71, después hubo un impasse y cuando volvimos ya no tuvo éxito. A veces se piensa, se tiene ganas, pero después se pincha”, explicó Maite.

Muchos de los eventos contaron con el apoyo de otras instituciones históricas de Castelar, como la Cámara de Comercio. Otro clásico de la salita fue los almuerzos de vecinos, que en sus primeras ediciones se realizaban anuales y en los últimos años llegaron a realizarse mensualmente: “Antes era uno por año, cada uno traía su plato, sus cubiertos, era un asado y después se iban todos. Ahora tenemos la cocina completa y nos encargamos de todo. Actualmente vienen unos 70, 80 vecinos, según el almuerzo, o de qué se trata”, rememoró Dora. “Hubo casos en que tuvimos que rechazar gente, porque no entraban”, completó Juan Carlos Turco.

Desde 1930 se edita desde la Sociedad Fomento el primer diario de la ciudad, La Voz de Castelar. En las instalaciones de la Salita se encuentra el archivo completo, con todos los números editados durante los más de 70 años de vida. Hoy La Voz continúa siendo el órgano de difusión de la salita, bajo la dirección de Juan Carlos Martínez, y llega a todos los socios contando las novedades de la ciudad. Incluso cuenta con un programa de radio que se transmite los sábados por la mañana en la Fm En Tránsito, emisora que si bien tiene su estudio en Castelar Norte, posee su antena en el predio de la Sociedad de Fomento.

Cuando el edificio que la alberga comenzó a mostrar sus limitaciones de espacio, los directivos de la Salita lograron mudar la biblioteca. Así, del primer piso pasó a planta baja y luego en 1999, por medio de un comodato firmado con la Municipalidad de Morón, la Biblioteca Popular 9 de Julio se mudó a su actual ubicación en Martín Irigoyen 520. “Estamos en comodato hasta el 2024. Las reformas fueron con fondos propios, una inversión muy grande, era una casa muy caída”, recordó Isabel. “En los noventa estaba Rousselot, el contrato decía que se nos cedía por diez años. Y decía que había que devolverla en el estado en que se recibía, hubiéramos tenido que romperla otra vez. No tenía ni pisos. Hace 15 años nos costó 40 mil pesos. El techo fue lo único que quedó”, completó Novo.

A noventa años de su creación, La Salita ofrece una treintena de especialidades médicas y otra cantidad similar de cursos, además de contar con la universidad para la tercera edad y ofrecer sus salones para eventos, obras de teatro y talleres.

La celebración del cumpleaños se realizará en la Sociedad de Fomento con un almuerzo para vecinos, cooperadores y directivos. Con más de 1100 socios, y miles más de consultas diarias particulares, la Sociedad Fomento de Castelar sigue ayudando a la ciudad a crecer en comunidad.

Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas

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