34 años pasaron desde que comenzaron las hostilidades en el frio Atlántico Sur. La Guerra de las Malvinas marcó un antes y un después en la historia Argentina. Como emulando al clima austral, el pasado 23 de abril amaneció bajo un cielo plomizo, ese sábado el Museo Nacional de Aeronáutica se vistió de gala para un encuentro de honor. Los pilotos Héctor ‘Pipi’ Sanchez y Luís ‘Tucu’ Cervera brindaron una charla en la que se explicó y narró el accionar del Grupo V de Caza de la Fuerza Aérea Argentina durante el conflicto de 1982.

El A-4B es un cazabombardero de factoría norteamericana, diseñado en la década del 50 y que, tras volar para la marina estadounidense, integró el arsenal de la Fuerza Aérea Argentina desde 1966. Para 1982 el avión ya estaba superado en tecnología y poder de fuego por sus pares en otras fuerzas, pero el antiguo avión demostró su valor y potencia siendo uno de los sistemas de armas argentino más eficaz para atacar buques británicos, haciendo justicia al lema del Grupo V de Caza, donde brindó servicio: “Ad Astra Per Aspera”.

Los pilotos Héctor ‘Pipi’ Sanchez y Luís ‘Tucu’ Cervera se desempeñaron durante la guerra al mando de estos veteranos aviones. El pasado 23 de abril contaron sus experiencias y el desempeño en combate del  grupo aéreo al que pertenecían, en una charla humana y colmada de anécdotas.

Alrededor de 300 personas se reunieron en el hangar principal del MNA, ubicado en el interior de la Base Aérea Militar Morón. El escenario fue ideal, el sector destinado a los aviones que combatieron en Malvinas. Así los dos pilotos charlaron con los asistentes teniendo de cara al avión que los llevó y trajo del combate. Junto al A-4B disfrutaron de la charla un A-4C, una dupla de Mirage, un BAC Camberra y Pucará, junto con otros emblemáticos y valioso aviones que integran el patrimonio del museo.

Así, como explicaron los pilotos, no se trató de una exposición sino de una charla en donde la dinámica de la conversación nacía a partir de las consultas y dudas de los presentes. Los Veteranos de Malvinas prefirieron no caer en el relato de sus propias experiencias sino contar la labor desarrollada por todo su grupo aéreo y los esfuerzos de la Fuerza Aérea para hacerle frente a la contienda. Empero, ante las consultas, Cervera y Sánchez contaron secretos, detalles técnicos y hasta intimidades de sus días en el sur bajo la tensión del combate.

No es la primera vez que los dos pilotos, amigos además de compañeros de armas, llevan adelante este tipo de charlas, según explicaron buscan enseñar y generar conciencia sobre lo que significan las islas y el conflicto del 82: “queremos poder transmitir lo que fue la causa justa de Malvinas, en su medida justa y valorable”, explicó Héctor ‘Pipi’ Sánchez ante las consultas de Castelar Digital, y continuó, “Después de la guerra se desvirtuaron mucho las historias. Fue politizada, fue usada por distintos colores y a conveniencia de los que la contaban.Para nosotros es un gran sacrificio, hay que dejar la familia, perder horas de trabajo, que nos den permisos para faltar al trabajo. Pero es contar la verdadera historia y sentimientos de los por qué de Malvinas”.

Así como los veteranos de Malvinas son la historia viviente de uno de los momentos de mayor emoción, dolor y valentía de la historia argentina, los aviones utilizados que se conservan en el MNA son la muestra histórica material de cómo se combatió en los cielos del sur. No obstante, el piloto fue crítico sobre el apoyo que se brinda al museo como institución: “Es lamentable, un museo nacional no puede funcionar con 120 mil pesos al año.Lo que mantienen en los museos son reliquias, no tiene valor material pero si mucho para aquellos que lo valoran, para quienes los volamos. Para nosotros tienen un valor especial. Lo que es más trascendente, la Fuerza Aérea Argentina es una institución del país, que la mantiene el pueblo argentino. Las fuerzas armadas se nutren de ciudadanos del pueblo argentino. Con más razón, si nosotros aportamos nuestros impuestos y nuestro esfuerzo, hay que darle realmente valor, un presupuesto lógico, para que puedan hacer algo y restaurar un montón de cosas, que son parte de nuestra cultura y nuestra historia. He tenido la suerte de viajar al exterior y he visto cómo tienen los museos… yo lloraba de vergüenza por lo que nosotros tenemos acá. Hay que valorar esto y darle los recursos para que mantengan la historia de nuestra patria”.

Durante la guerra de Malvinas fallecieron 649 soldados argentinos, 55 eran miembros de la Fuerza Aérea, la mayoría de ellos oficiales derribados mientras realizaban misiones de combate sobre las islas. Si bien los combates y el destino de los enfrentamientos se decidió en combates sobre el terreno, la guerra fue primordialmente aeronaval. Así como detallaron los pilotos en su charla, una de las condiciones ineludibles impuesta por los ingleses el 14 de junio, al momento de exigir la rendición de las tropas argentinas fue que la Fuerza Aérea cesara sus ataques, que la aeronáutica militar argentina dejara de volar. “Pasaron 34 años pero son muchos recuerdos. Mi humilde reflexión es que no se olvide a los hombres que lucharon, que con su valor, su honestidad, su sacrificio, fueron a pelear por lo que nos pertenece a nosotros, el pueblo argentino. No confundirse, no dejar que le cuenten otra cosa,no fueron a pelear por ningún gobierno de turno, las instituciones no responden a un gobierno, sino al pueblo argentino. No olvidarse de los que dieron todo por su patria y por su pueblo”, finalizó Sánchez.

Entrevista y redacción: Leandro Fernandez Vivas
Fotos: Leandro Fernandez Vivas