Solo sé que nací el 5 de febrero de 2014, ahora volví a nacer.

Mi nombre es Cuca, soy una perrita caniche toy. Tengo una familia humana que me adora y está dispuesta a hacer por mí y mis hermanitas, lo que sea necesario para nuestro bienestar, desde el día que llegamos a ellos.

Mis padres humanos son mamá Silvana y papá Leandro, mis hermanos Fernando, Luciano y Gonzalo, mis hermanitas, caniches como yo, son Denisse y Lulú. Todos conformamos un lindo equipo lleno de amor.

A mí me gusta mucho comer zapallo, carne, pollo y manzana, bueno, en realidad me gusta comer todo loque me dan, pero esas son mis comidas favoritas.

Hace pocos meses me llevaron a la veterinaria Colombo porque mi pancita estaba muy inflamada. Allí me atendieron los doctores Daniel Tenorio y Adrián Albanesi. Ellos les indicaron a mis padres humanos la necesidad de hacerme una ecografía y exámenes de sangre porque algo no estaba bien.

Enseguida mis padres accedieron a realizarme los estudios. Al ver los resultados, los doctores dijeron que había que ponerme una transfusión de sangre urgente porque mi hemoglobina estaba muy baja y debían operarme lo antes posible porque en mi pancita había un tumor muy malo.

Todo fue programado de inmediato. Desde el primer momento, los doctores le avisaron a mi familia que los pronósticos no eran muy buenos, pero que había que correr el riesgo para intentar salvarme la vida. La programación de la cirugía fue muy rápida. Una mañana muy temprano me llevaron a la veterinaria y una señora me recibió y me atendió con mucho cariño, luego escuché que su nombre es Salomé.

Los doctores comenzaron a prepararme para la cirugía, yo me sentía tan mal que me dormí enseguida y comencé a soñar que corría por un jardín muy lindo. Cuando desperté de la anestesia me sentía un poco aturdida, pero mi pancita no dolía como antes.

Pasaron unos días y todos estaban preocupados por mi recuperación. Ya me sentía mejor y quería subir las escaleras de la casa, pero mi papá Leandro me cargaba y me llevaba al jardín de la terraza. Yo estaba muy feliz y comiendo lo que los doctores Daniel y Adrián habían sugerido.

A los pocos días sacaron los puntos que tenía en mi pancita y me dieron el alta. Yo corría por toda la casa y me subía en los sillones. Todos en casa estábamos muy felices, mi mamá Silvana me preparaba unas comidas deliciosas.

Pasaron unos meses durante los cuales estuve muy bien, pero mi pancita se volvió a inflamar. Enseguida me llevaron a la veterinaria y de nuevo los doctores me indicaron muchos estudios. Otra vez había crecido en mi pancita aquello tan feo y malo.

Programaron una cirugía y me volvieron a dormir para que yo no sintiera nada. Al despertar me sentí mucho mejor, aunque, como la vez anterior, con un poquito de malestar por los puntos y la fajita que me pusieron. Al salir del quirófano los doctores les explicaron a mis padres que la cirugía había sido un éxito, pero que ahora dependía de mi organismo para recuperarme.

Mis padres humanos son muy pacientes con todo cuanto me ha ocurrido. Se han preocupado de hacer todo cuanto sea necesario para que yo esté bien y tenga calidad de vida.

Los doctores dicen que yo soy un milagro, pues soy muy pequeñita y he resistido dos operaciones muy complicadas en muy poco tiempo. Sé que todos están haciendo lo posible porque salga adelante, también yo hago mi parte y mi cuerpito se ha portado muy bien.

En estos días asisto a todas las consultas de control que han sido programadas para mí. Yo tengo fe en que voy a salir adelante pues el amor que han puesto todos y el cariño con que me han tratado me hace luchar por mi vida.

No sé cuánto tiempo podré vivir, pero ojalá que sea mucho más, pues soy tan feliz con mi familia. Y aprovecho para agradecerles el cuidado que han tenido conmigo, con Denisse y con Lulú, pues no parecemos unas perritas, parecemos unas princesas en medio de un jardín encantado.
 

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