Con Castelar en el corazón - 2da parte
Tantos esfuerzos fueron coronados con una merecida recompensa: el jardín 956, (luego renombrado 909) lo homenajeó poniéndole su nombre a la Biblioteca: “-Un día llamó una maestra pidiendo hablar con él”, recordó Dorita con los ojos brillantes de emoción al rememorar aquel momento. “- Yo escuchaba que él decía, ‘no, como van a hacer eso, no’. Y al final ‘bueno, está bien’. Lo invitaban a ir al jardín porque le iban a poner su nombre a la bibliotequita. Entonces, Juan Carlos visitó a la maestra que coordinaba el reconocimiento y ésta le informó que la idea había surgido de los padres. Se dijeron:
“-Para que le vamos a poner el nombre de alguien que nunca va a venir al jardín, ¿por qué no le ponemos el nombre de quien luchó tanto por el jardín?”
La segunda parte de la entrevista a Juan Carlos Turco y a Dora Sayago está cargada de recuerdos e historias en donde los protagonistas son las instituciones de Castelar.
Otra biblioteca de Castelar lleva la impronta de Turco, la Biblioteca Popular 9 de Julio, ubicada en al calle Martín Irigoyen 520. “-La Sociedad de Fomento de Castelar se creó en 1924, y en el 27 hicieron la Biblioteca”, explica Juan Carlos. Durante muchos años la Biblioteca funcionó en el mismo edificio de “La Salita”, como se conoce a la Sociedad de Fomento, pero a fines de los noventa se logró adquirir la casa ubicada en M. Irigoyen, la cual se reacondicionó para que albergara a la institución :“-Ese predio se lo pedimos a la Municipalidad, la tenía Rousselot toda derruida. La arreglamos, hicimos el salón atrás. Tiene alrededor de 24 mil, 25 mil libros y tiene algunos incunables como la historia de España de Emilio Castelar”.
Sobre su relación con la Sociedad de Fomento y la Biblioteca, el matrimonio recuerda que comenzó junto a su radicación en Castelar. “-Vinimos en 1969 y en el 72 ya me había hecho socio de La Salita, porque consideraba que toda ciudad tiene que tener instituciones, esos lugares de encuentro particular y social, para la representación de los vecinos. Para mi pensamiento: la vereda, la calle y la plaza, son espacios que no se tienen que perder. Cuando me hice socio de la Sociedad de Fomento, estaba en otras instituciones; estaba en la escuela, pero iba a trabajar en el Centro. En el 75 empecé en la Escuela 7, me conecté con algunas personas que me hablaban de La Salita, “en algún momento veré” les decía. “Un día entré como un fantasma” recuerda entre risas. “Ingresé como vocal, empecé a ir a las reuniones, fui secretario, vicepresidente, presidente, y después bajé a vocal de nuevo, ahora sigo siendo vocal, y Dorita es vicepresidenta de la Sociedad de Fomento”.
Dora continuó el relato: “-Yo llegué a la Sociedad por Juan Carlos Martínez que estaba en la radio FM En Tránsito, yo estaba en la escuela 12, en la Cooperadora. Entonces un día Martínez me llamó para que me acercara. Me hice socia activa, estuve tres años como suplente, y después me pusieron como titular. Lo que me interesaba era poder hacer algo ahí. Yo me encargaba del tema de la cocina, al principio estaba sola. La primera vez hice locro, pero lo hice en mi casa, me dieron las ollas y demás elementos y yo lo preparé. Así me fui involucrando en el área de la cocina y en otras áreas en las que yo pudiera ayudar. Ahora organizamos los almuerzos mensuales”.
“En la Sala estoy contenta porque al tener compañeros con los mismos objetivos volcados en el lugar, uno encuentra un núcleo muy cálido, muy bueno. Me siento muy a gusto” apuntó Dorita.
Según explicó Turco, La Salita que se encuentra en la Sociedad de Fomento cuenta con 30 profesionales y 13 empleados. Atiende un amplio abanico de dolencias o consultas. Cuenta con dos consultorios odontológicos, equipos para realizar placas radiográficas, electrocardiogramas y hasta guardia médica todos los días. Uno de los proyectos que impulsa la comsión es la colocación de un ascensor que conecte la planta baja con el primer piso para que se pueda acceder al teatro y salón de reuniones más fácilmente.
“A través de la Biblioteca, todos los años se reparten en las escuelas diplomas a los chicos de segundo año, quienes se reciben de lectores. Para mí, ir a la Biblioteca es un placer. Ese placer no lo puedo pagar y no se lo puede dar cualquiera” explicó Juan Carlos. La entrega de diplomas a los chicos que se reciben de “lectores” se realiza desde hace más de diez años en todas las escuelas públicas y privadas de Castelar. (Ver: Entrega de diplomas a los niños lectores)
Actualmente el matrimonio Turco lleva adelante una labor importantísima para gran cantidad de chicos de Castelar Norte. Ellos dos y otros vecinos llevan adelante el Centro Educativo Complementario (CEC), ubicado en Merlo esquina Curuchet, es un espacio donde los chicos concurren a contraturno de su horario escolar y donde toman el desayuno o merienda, “hacen los deberes, algún juego y aprenden. Están contenidos por psicólogas, sociólogas, y psicopedagogas. Hace tres años se formó la Comisión Cooperadora. Yo estoy participando desde el 99. Para mí, el CEC es el vermút de todos los demás. Allí van los chicos de los hogares a sociabilizar, a relacionarse con otros chicos, otros sentimientos, y además juegan” explicó Juan Carlos.
Complementariamente a todos los trabajos comunitarios que relataron en la entrevista, el matrimonio también ayuda en al escuela 80, a través de la asociación civil Reencuentro, donde periódicamente se realizan almuerzos para recaudar fondos y es Dorita la encargada de preparar el plato principal. Aún con tanto trabajo les queda tiempo para ellos: “-Hacemos aqua gym, también bailamos folklore en la asociación. Empezamos bailando en el Club Mariano Moreno (donde integraron la comisión directiva durante unos años). También en la plaza El Manzanar de Morón Sur nos juntamos siempre el último domingo de cada mes, a partir de las 5. Vienen muchos jóvenes que cantan, tocan sus instrumentos y bailan con la energía de la juventud” contó orgullosa Dorita. Juan Carlos, por su parte, también participa en un taller literario de la Biblioteca Popular 9 de Julio y espera que algún día sus poemas sean publicados.
Las actividades del matrimonio Turco en las distintas instituciones de Castelar son muchas y muy variadas, abarcan desde escuelas y jardines hasta bibliotecas y centros culturales. La huella de Juan Carlos y Dorita se pueden encontrar en cada vereda de Castelar y en la sonrisa de cada chico que hoy puede disfrutar de aquellos cambios y progresos que -con su empuje- los Turco le regalaron a la ciudad que eligieron como su propio hogar. “-Es lindo pasar por la vida haciendo cosas” sintetizó Dorita.
Entrevista: Gabriel Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas