Aloe aún está flaca, en shock y agotada por el esfuerzo que le demandó el peor día de su vida. Habitante de Libertad en el Partido de Merlo, el martes pasado deambulaba por un predio industrial abandonado y terminó sumergida en un pozo lleno de brea. Luchó por despegarse pero cada vez se hundió más en la sustancia negra. Apenas le quedó la punta del hocico por sobre la superficie, lo que le permitió respirar y vivir, pero ya no podía salir. Unos nenes que jugaban por el lugar se toparon con ella y llamaron a los bomberos. En ese momento si disparó el operativo de rescate.

Proyecto 4 Patas es una organización sin fines de lucro conformada por voluntarios que se dedica a rescatar, cuidar, proteger y dar en adopción a perros encontrados abandonados o heridos en la calle. También brindan tránsito a gatos encontrados de la misma manera. Nació hace 12 años por iniciativa de Luciano Carbone y Carolina Martín cuando rescataron un perro con moquillo del andén de San Antonio de Padua.

 

“Realizamos la limpieza con aceite, le hicimos baños de detergente y le cortamos el pelo”

“Es una perrita vieja que cayó en un pozo de brea. La rescataron los bomberos de Libertad y nos llamaron a nosotros para asistirla en todo lo demás que no era poca cosa”, explicó a Castelar Digital Rocío Constantino, voluntaria de Proyecto 4 Patas y vecina de Morón. “La llevamos a nuestro predio, empezamos la limpieza con aceite, le hicimos baños de detergente y le cortamos el pelo. Estaba completamente cubierta de brea”.

Aloe llegó al predio de Proyecto 4 Patas a las 10.30 de la noche y demandó casi 8 horas de trabajo ininterrumpido. Se le aplicaron 50 litros de aceite de cocina, que sirvió como lubricante de la brea, y otros tanto de detergente para despegar la sustancia viscosa. “Los bomberos la sacaron del pozo y nos la entregaron, cuando llegó al predio ya estábamos varios grupos de voluntarios preparados y esperando para limpiarla”.

El trabajo de Proyecto 4 Patas se centra en los rescates. Es habitual para los voluntarios dedicarse a atender animales heridos, golpeados, atropellados y amputados. Luego de las curaciones, cada perro se integra a sus compañeros, actualmente hay más de 50 animales en la sede de San Antonio de Padua, y tras reponerse está listo para ser adoptado, para sumarse a una familia humana. Para solventar su trabajo, los voluntarios solicitan donaciones a través de la página web de la organización y sus redes sociales, además venden remeras, gorras y calendarios para conseguir los fondos necesarios para los tratamientos veterinarios. Lo que más necesitan son insumos clínicos como ser vendas, gasas, desinfectantes, etc. Además, realizan campañas de adopción, principalmente en la Ciudad de Buenos Aires, para que cada perro pueda encontrar su familia y tener un reinicio de su vida.

“Está viva y tiene mucha vida todavía”

“Aloe hoy se encuentra bien, come bien y está recuperándose. Aún está flaca y en shock, pero está bien. Cada rescate es especial, son situaciones muy estresantes con muchas emociones a flor de piel. Con Aloe vivimos todo, el momento la alegría de saber que la perra estaba con nosotros pero también la desesperación de limpiarla ya porque no sabíamos si se moría, si sobreviviría. Es estar ahí constantemente, con el estrés y miedo de saber si vivía o no”, señaló la voluntaria y completó, “la satisfacción que se siente al saber que la salvamos es increíble. Al verla comer, estar con nosotros, con los otros perros, verla descansar en paz sabiendo que no se murió. Está viva y tiene mucha vida todavía”.

Aloe duerme por estos días en una sala especial con pocos compañeros de cuatro patas pero esperando el momento para conocer al resto de los animales rescatados que, como ella, volvieron a vivir gracias a la ayuda de los voluntarios de Proyecto 4 Patas.

Entrevista y redacción: Leandro Fernandez Vivas