Un apodo, nombre que remplaza al nombre y se nombra cada vez que un amigo se refiere a la persona. A veces grato, otras no tanto, puede tener alguna cualidad que le brinde el poder de remplazar la identificación completa y real de la persona. Charly no es Carlos, al igual que el Indio. Periplo fue Periclo, Pericles, Pericops, y mucho antes fue Nicolás Deluchi, músico, vecino y artista, integrante de bandas como Sistemática y Pestagna que supieron dejar huella en los escenarios del oeste y en Castelar, con su impronta plasmada en Pompeya, Bombay, Bukowski y otras tablas. Deluchi ahora lanza su carrera solista con Manta Raya, un EP bajo su seudónimo Periplo que se puede escuchar en todas las plataformas digitales.

Desde el trap a la canción, desde sus inicios con el bajo al trabajo de la voz, Deluchi es Periplo y le contó su metamorfosis a Castelar Digital: “Venia con estos cuatro temas, con este proyecto, mientras tenía otro proyecto. Cuando eso se terminó me di cuenta de que tenía cuatro temas... ‘ y ahora qué hago?’ porque no tenía más nada. Con esos cuatro temas me di cuenta que tenía que hacer un disco, son temas que ya venían pululando desde hace dos años, que no tenían lugar en los otros proyectos, porque son algo más interno, más intimo, una búsqueda más personal, no iban para la banda. Entonces se me acomodaron en un disco”, explicó el vecino.

“Son canciones que fui acumulando que iba tocando solo en mi casa, las quería dar a conocer. La primera es un trap, es el tema con más elementos en el disco, el tema más importante”. Manta Raya le da nombre al álbum e inicio a la producción, después le sigue Filosofía Barata y Zapatos de Goma, clásico de Charly García cargado de psicodelia en la voz de Periplo. Le sigue En los Bulevares de Acá y Mi Corazón Partió. “El primer tema es medio oscuro, medio trip trap, base electrónica, guitarras eléctricas, una letra medio mántrica y una melodía que se repite también. Es algo así tipo Tomorrow Never Know de The Beatles. El disco está en la calle, en formato digital, en Spotify y Youtube”.



La producción del disco estuvo a cargo de varios amigos de Periplo, compañeros de andanzas y músicas: “Empezamos grabándolos en la casa de una amiga, Mer Le, en Caseros, fueron varias juntadas después del laburo, grabando con la computadora portátil. A partir de eso, lo llevamos al "Estudio sube la nube" de Juanito el Cantor. Muy buena consola, muy buena acústica, micrófono de los años 50, a válvulas, estaba buenísimo trabajar  ahí, un lujo. Ahí grabamos las voces, guitarras que metió Tomás Pérez Campione que toca en la Lucha Libre. Fuimos para Boedo y grabamos algunas voces. Después la mezclamos en "Monstruo verde estudio", en Padua, con José Paz Carrera. Son amigos y ahí mezclamos varias veces con las bandas, y quedó espectacular. Le dimos un giro a la sonoridad de los temas, tienen unos compresores muy copados. Fue un proceso de un año, empezamos en marzo de 2018 y lo lanzamos este año”, destacó Periplo quién señaló también que el arte de tapa lleva la firma de Cherry Blossom y fotografía de Manuel Pendino.

El viaje hacia la independencia musical, después de varios discos con sus bandas y otros proyectos, comenzó de chico, cuando tuvo el primer contacto con la música, los instrumentos, y su instrumento natural, la voz. Periplo rememora un piano que siempre acompañó su casa, sus padres, profesores de música ambos, influyeron de manera directa la vocación del pequeño Nicolás. Pero el punto de inflexión se dio cuando se topó con la herramienta musical que su padre había amado: “Lo loco fue cuando encontré el bajo de mi viejo, el que él usaba de adolescente: estaba en la casa de mi abuela, yo tenía unos 11 años, estaba contra la escalera, dentro de la funda. Lo vi, lo abrí y me encontré con su bajo. Ahí mi viejo me empezó a dar clases de bajo y después agarré la viola”. El encuentro con su voz fue casi azaroso pero abrió la puerta al mundo musical: “yo tenía un problema en la voz que me quedaba disfónico porque forzaba la voz al hablar, tuve ejercicios de respiración, fonoaudiología y me ponían siempre Vangelis y me gustaba. Considero que mi fuerte es la voz. Lo mejor que tengo es afinar, tengo otras virtudes como músico pero esa es la más significativa, pensé estudiar canto, pero acá en Argentina es muy difícil, hay buen nivel pero la cuestión pedagógica está muy quedada. El conservatorio es para música clásica y yo siempre quise algo popular”, describió.

“Hice un par de meses en la Escuela de Música Popular de Ramos Mejía, estudié teatro, letras, artes en la UBA, en Filosofía y Letras, algunos años, pero nunca me dediqué mucho al estudio. Adquirí la gimnasia de estudiar y leer letras, de leer de todo, arte, novelas, artículos teóricos, ensayos. Yo cuando era adolescente siempre estudié bastante lo que son los discos en sí, en la música popular el disco es una gran biblia: un disco de Charly o de Lennon siempre te va a decir algo nuevo cuando lo escuchás. De chico fue una obsesión, mi viejo me preguntaba qué me pasaba, estaba todo el día encerrado escuchando música”, narró el vecino.

Aquella pasión por la música lo llevó a integrar distintas bandas, con amigos, conocidos y vecinos. Sistémica y Pestagna fueron las más prolíficas, con varios discos cada una. Ahora es el tiempo de la independencia, es momento de Periplo: “me dicen así, es mi sobrenombre: Periplo, Periclo, Pericles, Pericops, Perikids. Tenemos ese humor con mis amigos, jugamos con eso. Por ahora soy Periplo”, finalizó el músico.

Castelar Digital te invita a escuchar Manta Raya, la producción lanzamiento de la carrera solista de Nicolás Deluchi, Periplo: www.youtube.com/watch?v=wybIqIR_p7A.

Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas