Presentan el libro de la historia del Jardín Botánico del INTA
“El Jardín Botánico Arturo E. Ragonese: miradas a través del tiempo, realidad y prospectiva” es el trabajo de distintos especialistas que dedicaron su vida y trabajo al jardín botánico del INTA de Castelar. Con la firma de la vecina Ana María Molina, el libro fue editado a principio de año pero el próximo 3 de diciembre se realizará su lanzamiento oficial y para todo el público. “Es un homenaje al Ingeniero Ragonese, a su trabajo. Pero quiero destacar también que en Latinoamérica no hay una publicación que comprenda todos los roles que puede cumplir un jardín botánico, este es el primero. Hay en inglés, pero en castellano no. En mi opinión es un manual para cualquier persona que desea crear o manejar un jardín botánico, una reserva o un parque nacional”, explicó a Castelar Digital la Doctora Molina, autora y editora de esta publicación y quién fuera la directora del jardín botánico hasta el año 2014.
Doctora en Ciencias Biológicas, egresada de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán y especialista en taxonomía vegetal, ingresó al INTA Castelar en 1974 y a mediados de los noventa se dedicó por completo al Jardín Botánico. Todos los años de esfuerzo, dedicación y trabajo dentro del jardín botánico se plasmaron en esta obra. La acompañaron en la escritura de cada uno de sus capítulos otros especialistas, compañeros del INTA o bien profesionales de las ciencias relacionados con el Ragonese, otros jardines botánicos o universidades. “He convocado a distintos especialistas tanto en paisaje como en educación ambiental o restauración ambiental que han participado durante todo mi período de gestión. Son doce especialistas que contribuimos a la publicación de este libro”, explicó la científica.
Como parte de la información brindada en la publicación se eligió una gran cantidad de especies y se brinda una guía de identificación y conocimiento de las mismas: “No se puede abarcar el número total de especies de todo el botánico, entonces elegimos 150 especies y le confeccionamos una ficha, que incluye su nombre científico, vulgar, distribución, descripción y fotografía. Mi objetivo es difundir todo lo que hacen los jardines botánicos, su potencial al conocimiento de la flora del país, por ello si alguna institución educativa necesitara esta publicación, yo podría acercarles un ejemplar porque el objetivo es que sea utilizado”.
Si bien el libro se editó hace unos años recién ahora se conocerá su formato en papel. Cuenta además con la ilustración en la foto de tapa del vecino Gabriel Colonna. “Me resultó fácil escribirlo porque uno tiene el ‘training’ de los trabajos de publicación científica, este fue placentero y más aun trabajando en equipo. No creo que haya llevado más de un año de escritura pero los viajes fueron hechos durante más de 30 años para poder traer e introducir plantas en la colección viva del botánico”.
Según la descripción brindada la obra consta de tres Partes, diecisiete Capítulos realizados por doce (12) profesionales, agrupados en tres grandes líneas: Investigación Científica, la Conservación de la Diversidad Biológica y Educación Ambiental, y dos Anexos, entre los que se destaca la elaboración del Catálogo de las entidades que conforman la Colección Viva Vegetal y la lista de los animales, especialmente las aves. “Este libro comprende varias partes, la primera es la historia del el lugar, qué es lo que era antes de convertirse en el INTA de Castelar, emplazado dentro del Parque Leloir. La escritora Beatriz Cappagli hace toda la historia desde que era solo una cabaña en ese sitio, la Cabaña Tuyú. También tenemos el testimonio de Francisco Leloir, descendiente de la familia Leloir y propietaria de ese lugar, y también el testimonio del ingeniero Mendonza que fue discípulo del Ingeniero Ragonese. Y la ultima parte seria la de mi gestión hablando del jardín botánico y después de todos los de la Argentina”, destacó la autora.
El Jardín Botánico Ragonese es un lugar especial en el pulmón verde que representa el INTA Castelar para toda la región. En 2013 Castelar Digital realizó un informe sobre el predio con fotos y entrevistas donde se puede recorrer este poco conocido espacio de recreación y aprendizaje de la naturaleza (Ver: Botánico Ragonese: Pulmón que protege la flora y fauna local ).
La Doctora Molina fue la fundadora de la Red Argentina de Jardines Botánicos y mantuvo siempre relación con la Botanic Gardens Conservation International (BGCI) y otras organizaciones homólogas de todo el mundo. Incluso la edición actual fue impresa por la IAGB con sede en China de esta organización y cuenta con el aval de los científicos de todo el mundo. La presentación oficial será el lunes 3 de diciembre en la sede del INTA ubicada en Chile 460, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La autora de ‘El Jardín Botánico Arturo E. Ragonese: miradas a través del tiempo, realidad y prospectiva’ es la especialista más reconocida en nuestro país en esta disciplina. Su cercanía con las plantas comenzó en la infancia y la acompañó durante toda su vida: “Empecé estudiando biología en la Universidad Nacional de Tucumán. En el año 74 ingresé al INTA a trabajar en las floras regionales del INTA. Por haber nacido en el campo y haberme criado en el campo es que mantuve ese amor por las plantas. Cuando ingresé a la facultad tenía todos los nombres vulgares, solo tenía que aprender los nombres en latín, los nombres científicos. En cambio mis compañeros tenían que aprender los dos”, narró a Castelar Digital Ana María Molina.
Tras 20 años de trabajo en Castelar llegó una propuesta que tituló de "desafío" pero que cambiaría su vida: Revivir el que había sido el jardín de introducción y aclimatación de plantas del INTA que había sido la mayor obra del ingeniero Ragonese: “Era un predio abandonado, lleno de malezas y residuos. En 1995 me preguntaron qué se podía hacer con esas 27 hectáreas. En ese momento la economía era bastante desagradable y yo casi no sabía nada de jardines botánicos, entonces me empecé a capacitar en México con estadías de trabajo y cuando empecé a ver cómo podía obtener un subsidio para reactivar y para crear un jardín botánico con los conceptos actuales de los que es un jardín botánico. Conseguí un subsidio de la ´madre´ de todos los jardines botánicos que es la Botanic Gardens Conservation International, con sede en Inglaterra, y empezamos”. Paralelamente, en 1996, fundó la Red Argentina de Jardines Botánicos, registrándose en ese momento apenas 10 jardines en el país y hoy alcanza casi el medio centenar.
El jardín botánico tal como lo ideo Ragonese era un laboratorio a cielo abierto en donde se instalaban y ‘criaban’ plantas de alguna zona especifica del país para poder estudiarla y describir cada paso de su germinación, crecimiento, floración, etc, para poder luego identificarla en su hábitat natural. “Ragonese traía las plantas para poderlas estudiar, describirlas, publicarlas en sus libros. Lo llamativo en mi caso es que yo hice lo mismo que Ragonese, traía las plantas, incrementaba las colecciones de ese predio de 27 hectáreas, que por abandono se habían perdido, y continué con la labor de Ragonese. Él había hecho la flora de la Patagonia, había iniciado la de Entre Ríos, Jujuy, Buenos Aires. Y yo inicié la flora chaqueña, haciendo honor al desconocimiento de que Tucumán tiene una parte de yungas pero la mitad de su flora es chaqueña. Inicie la flora chaqueña que comprende Chaco, Santiago del Estero y Formosa publicando dos tomos de esa flora, de dos familias con mayor cantidad de especies. Las gramíneas, este es un país agrícola ganadero donde esta familia es la familia más numerosa que hay en el país. Y las compuestas que comprende a las margaritas”.
Los 20 años de labor y experiencia en el jardín botánico la llevaron a luego plasmar ese conocimiento en este nuevo libro que nació como homenaje al Ingeniero Ragonese y se transformó en un manual práctico para la creación, manejo y aprovechamiento de un jardín botánico o área natural especializada. Su autora espera que sirva de inspiración para todo aquel que quiera especializarse en el área o bien como modelo a seguir por otros jardines. “Siempre estoy dispuesta a colaborar con quien me consulte, con cualquier jardín botánico. En este momento los proyectos que tengo son un jardín botánico privado en Victoria, Entre Ríos, y otro que es un jardín temático de aromáticas en la Provincia de Tucumán. En esta reunión, en la presentación del libro, se pueden abrir otros caminos”, finalizó la doctora Ana María Molina.
La presentación del libro será el lunes 3 de diciembre en la calle Chile 460, CABA, y pueden asistir todos los interesados en las plantas. El libro se puede también consultarse en formato digital de manera gratuita a través de la web del INTA.
Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas