Entrevista a la Heladería 'San Remo'
A sus 15 años, la adolescente Marta, junto con su hermana y su cuñado, decidieron comenzar con un emprendimiento del que poco sabían: Helado artesanal. La única heladería de la zona por esos tiempos, era Golfo di Napoli, ubicada en donde actualmente se encuentra Malibú. Pero en la actualidad la más antigua y que sigue en pie es San Remo. Originalmente el local era mas chico, solo comprendía una porción de lo que es ahora, explica Marta "Antes era solo hasta donde estas vos ahora, la mitad del local pero nos arreglábamos de todas maneras"
La técnica de preparación del producto fue evolucionado con el tiempo y los avances tecnológicos, pero nunca se perdió su estilo y secretos artesanales. "Aun conservo la pala con la que batíamos manualmente la mezcla durante horas" Hoy cuentan con máquinas mas modernas que facilitan la tarea y permiten producir en mayores cantidades, pero aun hay sabores que son hechos a la vieja usanza. Gustos como el marrón glacé o portuguesa, convierten a esta heladería en exclusiva, ya que es la única en la zona que los hace. En sus comienzos solo ofrecían 18 sabores, hoy son mas de 60 las alternativas que tiene el cliente para disfrutar. El canal de televisión El Gourmet se contactó para que les enseñen cómo elaborar la especialidad de San Remo, el almendrado, que hace a los clientes volver, ya que ninguna casa de helados artesanales lo fabrica como aquí. "Se aprende a hacer con el tiempo pero lo fundamental es que te tiene que gustar hacer helado" dice Marta, mientras Antonio asiente con la cabeza.
En el rubro de la heladería, con la llegada de los freezer , y el telgopor, cambió mucho la forma de trabajo, en el pasado las personas compraban el helado para consumirlos en el momento, se usaban envases de parafina. Por esta razón Marta y Antonio nos comentan que en muchas oportunidades la heladería fue el lugar en donde brindaban en Navidad y los encontraba el Año Nuevo.
Si bien es la heladería que tiene más años en la zona, siempre está tratando de mejorar sus servicios, ya sea implementando delivery o trabajando para que sus helados sigan siendo los mas exquisitos y novedosos. Éstas pueden ser algunas de las razones por las cuales los viejos clientes que disfrutaban del helado cuando eran niños, hoy en día vienen con sus hijos, y en algunos casos son tres las generaciones que los disfrutan.
Ella recuerda cómo sus hijos se paseaban con el andador mientras, trabajaba en la heladería. Ellos ya son grandes, y si bien ya concluyeron sus estudios o los están promediando, también sienten la pasión por fabricar helado, que Marta les transmitió y de alguna manera u otra están relacionados con el oficio.
Charlar con estos dos vecinos, que tanto conocen y aman esta ciudad, es una oportunidad que no se debe dejar pasar para preguntar sobre algo de historia de la también llamada "Lomas del Oeste"
"Antiguamente era como una aldea" cuenta Marta "las salidas clásicas de antes eran ir a Junín o la Monterrey a comer pizza y después venir a la heladería a comer el postre. El paseo de la gente era ése, ir al cine quizás también, pero no había nada mas" "Y el postre terminaba en la Glen Miller, el cabaret de acá en frente" agrega jocoso Antonio. "Después de las 12 de la noche hasta las 6 de la mañana estaba el show, como puede haber ahora en Cocodrilo, esto era un Cocodrilo en miniatura. Le pusieron así porque vino a tocar acá Glen Miller", cuenta orgulloso de su pueblo "Y era el único cabaret de la zona oeste habilitado. El fuerte era Castelar sur, el lado norte no existía. Inclusive los taxis estaban del otro lado". De los vecinos mas antiguos y célebres de la zona, la pareja recuerda a Castelli, corredor de autos y Bordalo, uno de los primitivos lecheros, con quien nos recomiendan tener un encuentro. "Bordalo te puede contar mejor, pero inclusive el trazado de la línea Sarmiento no es el original. El original es por la calle Sarmiento, pero como tenían que hacer muchos puentes, porque esta es una zona de lomas (por eso se llamaba 'Loma Verde'), entonces utilizaron esta parte, que es la mas baja de la ciudad"
De las tantas memorias que pudimos recoger en el encuentro, un buen numero se ubican en la actual Plaza Cumelén del pasaje Los Incas, donde también transcurren algunas anécdotas de Dante Pena. Antonio se pone a pensar y recuerda un monolito centenario, una cancha donde jugaban a la pelota, antes de que se transforme en un basural, y donde además llegaban los vagones de los trenes que transportaban sal, carbón, cemento, pedregullo y arena. Los dejaban allí, donde grandes máquinas luego cargaban a los camiones. Arena con la que Dante armaba castillos. Y un Ombú, en el que Sabbatella jugaba de niño.
Como dato histórico Antonio nos cuenta que la primer mujer en pilotear un avión aterrizo en Castelar, en los campos de Parque Acosta, donde hoy por hoy se encuentra el barrio en donde vive con su familia."Salía a la esquina y la calle Carlos Casares era de tierra. Me acuerdo cuando iba al campo que se encuentra detrás del colegio siete, en donde había una plantación de manzanas y peras, y veía al viejo Serafín corriendo a las vacas"
Antonio nos cuenta su relación con los clubes de la zona como el Mariano Moreno, donde jugó muchos años fútbol y también formó parte de la comisión deportiva. Dentro de los clubes en los que jugó están: Club Atlético Ituzaingó, Séptima Brigada, Campo de Mayo. Y recuerda a compañeros suyos que lograron jugar en primera como Ponce, Bañera, o el Ropero Díaz, quien incluso llego a vestir la celeste y blanca y le convirtió un gol a Brasil.
Cuando le preguntamos sobre la evolución de la zona, Marta dice que los cambios mas relevantes se comenzaron a ver desde los años ochenta "En esa época comenzó a modificarse. Pero cambios no para bien algunos. Quizás antes no era tan fácil movilizarse, pero igual podía volver a casa caminando a la madrugada sin temor a que me pase nada. Había dos colectivos: el 1 verde y el 269 a San Miguel. A mi me gustaba mas Castelar lo que era antes. Los comerciantes nos conocíamos y nos saludábamos todos. A fin de año nos juntábamos todos y brindábamos acá. Los domingos salía la gente y ésta calle (Timbúes) estaba repleta de gente, todas cabecitas se veían. Iban todos para las casas quintas. Y había más espacios para los chicos. Eran épocas de lechero y huevos caseros"
Pero mas allá de la nostalgia por la antigua 'Córdoba Chica' o 'Kilómetro 22', hay cosas que han ido progresando y mejorando. "Ahora están las agencias de remis, los deliverys, que son muy importantes para la gente en esta época de inseguridad, que está en la casa y no quiere salir."
"Desde mi punto de vista, de los últimos 10 años, fueron 5 para bien y 5 para muy mal. Que fue cuando dejaron abrir boliches por cualquier lado, no había control, como hay hoy de la Municipalidad y de la policía." comenta Antonio "Venia gente de otro lado, la mayoría no eran chicos de Castelar y había muchas peleas, se armaban batallas campales. Y después, gracias a un decreto de Sabbatella no se permitieron mas los bares, los fueron sacando y de a poco se acabó. Pero aparecieron las torres, aparte de que están tirando cualquier cantidad de casonas antiguas (como la ubicada en Carlos Casares y Sarmiento), que deberían ser declaradas patrimonio histórico. No sabemos si fue consecuencia de sacar los bares".
Recordando las celebridades que alguna vez pasaron a degustar la delicia de San Remo aparecen personajes como el corredor de autos Aventín, el ex intendente Martín Sabbatella, el jugador de fútbol Troglio, el maratonista Clementoni, el cantante Jaime Dávalos que venía todos los domingos, la famosa Choly Berreteaga y los boxeadores Víctor Galíndez, Luís Federico Thompson, Pascualito Perez, quien fue el primer campeón mundial que tuvo la Argentina, venía regularmente al clásico Bar Tarzán, y aunque vivía en el Cruce Castelar, tenía un cariño especial por este barrio y el glorioso cinturón lo dejaba acá.
Por último, luego de disfrutar de la amistosa charla, nos despedimos y agradecemos a la pareja por recibirnos tan amablemente. Una frase nos queda grabada, dejando bien en claro la marca que dejo en Antonio y el apego que siente por la ciudad:
"Yo amo Castelar y no me quiero ir. Me muevo de Castelar y veo todo diferente. Me podés nombrar el barrio más chic de todo Capital, pero vos dejame acá. No lo cambio por nada"
Entrevista: Gabriel Colonna - Agencia SIEN
Redacción: Agencia SIEN