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Emprendedores
14 Jun 2018

Gardenias: "La gastronomía es una orquesta"

El ícono de los almuerzos y meriendas gourmet de Parque Leloir adelantó que tendrán un nuevo salón en el centro de Castelar. "Parque Leloir está en plena expansión", explicaron a Castelar Digital.
La cultura de un lugar se manifiesta en su música, sus obras, el idioma, las costumbres de sus habitantes y, de manera mucho más sólida pero a veces olvidada, en el sabor de su cocina. En Parque Leloir una esquina en particular está llevando en sus platos la cultura de la región. Gardenias nació hace tres años desde una corazonada, desde la intención romántica de lanzar un negocio gastronómico distinto que preserve la imagen e identidad de Parque Leloir. Tras el esfuerzo, está a días de abrir una sucursal en el centro de Castelar. Sabor y color al plato del vecino.

En la intersección de Martín Fierro y de los Reseros, a poco más de cien metros del Acceso Oeste y en el corazón del barrio de Ituzaingó de Parque Leloir, Gardenias es una propuesta gastronómica diferente. La calidad de las materias primas, ingredientes e insumos compiten con la imagen y la identidad del lugar. “De pequeña visitaba Parque Leloir. Siempre tuve ganas de hacer algo, siempre tuve el corazón palpitando por tener algo gastronómico dentro del parque”, comenzó a explicar Brenda Kaprelian sobre la génesis de Gardenias, ante las consultas de Castelar Digital.

“La familia de mis socios, Patricio y Eugenia Malmsten,  se dedica a la gastronomía hace más de 30 años. Un día encontramos esta esquina, nos juntamos y decidimos armar algo gastronómico lindo, de calidad, que abarque el desayuno, almuerzo y cena. Empezamos con desayunos, almuerzo y merienda. La propuesta enseguida gustó y nos pedían más: empezamos una noche, otra noche y ahora cuatro noches por semana. Esto fue un gusto propio, no fue con la cabeza, se armó con el corazón. Después empezás a transitar y te das cuenta de que te mandaste mil macanas o que siguiendo el corazón a veces el número no da. Después tiene que ser un negocio y terminas de darle  forma, pero todos teníamos ganas de hacer algo de gastronomía en la zona. La idea se empezó a forjar en 2013, en 2014 el salón estaba en obra, y en julio de 2015 abrimos con un poco de nuestros muebles, las estanterías las hicimos nosotros, también pintamos los pizarrones, las mesas, las plantas, todo nosotros”, explicó la vecina.

“Arrancamos con muchas ganas de hacer algo propio, algo en Parque Leloir, tratando de respetar el adentro y el afuera, tratando de que la gente sienta que está dentro del parque. Por eso vas a ver muchas plantas, madera, no hay abundancia de color, sino azules, celestes, blancos. Mucha textura natural, mucho ventanal”, destacó.

Aquella aventura comercial no tardó en dar sus frutos, pero demandó esfuerzo, ingenio y recursos tomados directamente de los hogares de sus creadores. “El primer día fue una locura. Cuando abrimos se nos había terminado la plata, lo armamos a pulmón, entonces dijimos: ‘la planta alta no la armemos, abrimos con la planta baja, despacito tranquilos’. Pero abrimos y se empezó a llenar, entonces decidimos  abrir también la planta alta. Ese primer día se llenó ¡No me lo olvido nunca más!, ahí empezamos. Como la planta alta estaba vacía, la equipamos nosotros: de mi casa traje los sillones, la mesa ratona, sillas del comedor. Mi socio trajo las sillas de su casa y así armamos ese espacio. Después de a poquito fuimos recuperando. Comíamos con mi marido y no teníamos mesa, comíamos en un sillón en casa porque habíamos traído todo para acá”, señaló Kaprelian.

Más allá de la identidad, Gardenias destaca por sus productos, por sus platos y por la calidad de sus ingredientes. El menú es confeccionado bajo el asesoramiento de la chef Eugenia Malmsten: “Los platos los desarrollamos juntos, Eugenia es excelente y diseña las cartas. El fuerte de ella son platos sabrosos con productos de estación y abundantes, con materia prima de excelencia. Es muy creativa en su presentación, productos naturales, una gran buscadora de buenos productos, encuentra buenos proveedores que acompañan. Y los menús no te cansan, aunque no podes sacar la bondiola o el rótolo. La estética, la abundancia, la frescura, la combinación de productos y color… no son platos extremadamente elaborados, pero es la materia prima trabajada de la mejor manera sabiendo que va a quedar bien. En la merienda hay mucha oferta de dulce, si bien tenemos mucha gente trabajando, no es una pastelera, son varias, no se pierde lo casero, no está industrializado el producto, se trabaja como si hicieras un budín en tu casa. La pastelería es muy buena. Nos dicen que el pan está muy bien logrado, lo dulce también, con la humedad justa”, completó.

De Gardenias a tu casa

El amplio local de Parque Leloir, colmado de mesas y sillas, da espacio para un pequeño ‘market’, un sector de venta al público de comida para llevar pero alejado del típico mostrador de rotisería. El cliente de Gardenias puede llevar a su casa el mismo producto que se utilizó para hacer el plato que disfrutó en el salón: “al principio no le dimos la fuerza que necesitaba porque nos concentramos en el salón, pero siempre estuvo el market. Uno quiere vender pero que se entienda que el producto que se sirve en la mesa es  el mismo que te podes llevar a tu casa. Las mermeladas de naranja, de higos, arándanos, esas mismas que se sirven en el desayuno lo podes comprar en el market. El aceite es el mismo, las nueces, las almendras, el dulce de leche es el mismo con el que elaboramos las tortas, te lo podes llevar a tu casa con tranquilidad. La idea es que puedas llevar Gardenias a tu casa. Las teteras, las tazas, los azucareros, elegimos todo lo que exhibimos acá, o queremos que los clientes coman con esa vajilla, los pimenteros se venden en el market”, explicó la referente del local.

La propuesta de Gardenias siempre fue bien recibida por el público local. Sus clientes provienen en su mayoría de Castear, Ituzaingó y Morón, aunque durante los fines de semana compiten en cantidad de mesas con comensales venidos desde la ciudad de Buenos Aires o localidades distantes de la Zona Norte del Conurbano. “Parque Leloir está en plena expansión, había algunos locales gastronómicos y desde que abrimos aparecieron otros locales, pero la zona tiene muchísimo potencial, porque es una reserva ecológica, tenés muchas autopistas, es un lugar encantador y fácil de llegar, con muchos árboles, la vegetación que acompaña”.

Ya sean vecinos o hayan llegado desde lejos por recomendación, los platos más elegidos no distinguen ubicación geográfica: “Lo que la gente más pide hoy, es un clásico argentino, son las medialunas con mermeladas. Cuando la gente se quiere dar un gusto y salir de lo habitual se piden un ‘Sara de lejos’ que son scones de hierbas con salmón ahumado con tostadas de pan brioche con huevos revueltos y panceta. Hay otro que es ‘Amado Joaquín’: frutas de estación, miel de panal, frutos secos, mermeladas y tostadas. En el almuerzo o cena el ‘Tostón Gardenias’ es un clásico nuestro. Y la bondiola laqueada y la papa rosti de salmón con huevo poche, son los clásicos”.

De Leloir a Castelar

Tras varios años de experiencia y éxito en Parque Leloir, el staff de Gardenias enfrenta un nuevo desafío: crear una sucursal en el centro de Castelar respetando la esencia de la cocina ya consolidada pero adoptando la identidad del centro de la ciudad. Con una ubicación privilegiada en la intersección de Pompeya y Carlos Casares, el nuevo Gardenias buscará traer nuevas propuestas gastronómicas a pocas cuadras de la estación: “Tratamos de que Gardenias esté en todos lados, para eso nos vamos a Castelar. Acá en Leloir el objetivo es sostenerlo en el tiempo, no dejar que el cliente se aburra, vamos a cambiar los colores en la planta baja, no queremos que siempre sea lo mismo y que se empiece a deteriorar. Aunque sea cambiar las flores. A Castelar vamos con una propuesta distinta, innovadora, un bar de tapas, ricas tapas, al estilo español: mucho vino, con cerveza, pero mucho vino. La idea es abrir después de las seis de la tarde. Queremos bodegas nuevas, fuimos a Mendoza para que los vinos se renueven para que en una noche puedas degustar una variedad de vinos. No queremos perder la impronta de Gardenias pero la idea es ir por otro lado. Creemos que la marca Gardenias significa que comes bien, pero lo vamos a bautizar con otro nombre. La gente sabe que somos nosotros, van a comer bien, siempre trabajamos para que siempre salga bien. No hay fecha de inauguración, es una esquina emblemática, una esquina muy linda. Cuando empezás a ver el edificio es hermoso, tiene hormigón, ladrillo, diseño, muchos años. Tiene mucho espacio para picar al paso, para tapas al paso, va a estar muy comunicado lo de afuera y lo de adentro pero va a tener servicio, va a ser dinámico, pero va a tener el servicio de Gardenias, con una respuesta muy rápida”, adelantó Brenda Kaprelian.

Con un local en marcha y con un éxito de más de tres años, ahora el desafío es un nuevo espacio en el centro de Castelar. La titular de Gardenias cerró la nota con una reflexión: “Para un emprendedor el desafío es que te vaya bien, aunque trabajes con el corazón. La gastronomía es una orquesta: tenés la gente de salón, de barra, de cocina, gente de pastelería, de bacha… Que esta orquesta funcione y que la melodía sea linda es el desafío”.

Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción:
Leandro Fernandez Vivas

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