El Papa, Castelar y cómo ganar un torneo internacional invictos
Una historia de emoción y sonrisas en los más chicos del barrio. Colmada de anécdotas, fotos y hasta bendiciones papales. Un contingente de 14 jugadores, con tres profesores y un grupo de padres representó a Castelar y a la Argentina en el pueblo de San Gregorio Magno donde se realizó el campeonato. “Fue un viaje que ahora que uno se pone a recordar es impresionante”, contó a Castelar Digital Sebastián Sibelli, uno de los DT del contingente que viajó a Europa para traer la copa.
La escuela de fútbol del 77 tiene más de 20 años de historia formando a los jugadores del barrio y siendo un punto de crecimiento y diversión para muchos chicos de Castelar. Este año por primera vez fue invitada a participar del torneo San Vito en donde enfrentó a una selección norteamericana y seis pares de Italia. Duelos y enfrentamientos virtuosos en canchas para siete jugadores y en dos tiempos de 20 minutos: “Luis Luque fue uno de los organizadores. Es el coordinador de Baby Fútbol. También Sonia su esposa, que consiguió la invitación. En el club hay siete categorías 2004, no podían viajar todos. Se juntó a todos los padres, de unos 40 chicos. Se hizo la reunión, se explicó todo sobre el campeonato y se preguntó quien quería y podía viajar, porque el viaje lo costeó cada familia. Se anotaron 14 chicos y le dimos para adelante”, destacó el DT del plantel.
Sin conocer el destino ni los contrincantes, los chicos viajaron a mediados de junio hacia Europa. El torneo completo incluía otras categorías y equipos de países tan distantes como Rusia y Portugal, entre otros, pero el 77 participó de un octogonal que en un total de cinco partidos tuvo su ganador. “Salió espectacular, fuimos a un lugar que no conocíamos, no sabíamos cómo nos iban atender y resultó increíble. No hubo nada que no pudiéramos hacer, hicimos de todo. El contingente que viajamos nos hospedamos en un predio deportivo municipal. Pero municipal del primer mundo, tenía un hotel dentro del predio muy lindo, con concentración, ha estado el Napoli haciendo concentración ahí. Fuimos en total 14 chicos, yo fui como técnico, Alejandro Feldman como profe y Sonia Luque como coordinadora y presidenta de delegación y nos acompañaron siete padres de los chicos. Fue espectacular, los chicos no fueron como 14 amigos, porque no se conocían entre todos, pero volvieron amigos. Fue una emoción bárbara, estuvieron bastante rectos. Lo lindo era que el lugar era alejado, en un pueblo chiquito, dentro de un predio deportivo. Los chicos hicieron actividades sanas, podían estar todo el día, no había una calle transitada, todo muy lindo”.
“Jugamos cinco partidos y un amistoso. El primero lo ganamos 4 a 2; el segundo 6 a 1. El tercero que decidía quien terminaba primero o segundo, tuvimos suerte y ganamos por goleada al Carpe Diem, 5 a 0 pero fue un partido más duro. La semifinal la jugamos con los locales, el Leoncini Gregoriani, y ganamos 2 a cero y la final la jugamos con Carpe Diem otra vez y terminamos 2 a 0 pero un partido duro, ya habíamos jugado, y algunas cositas que hacíamos, algunos movimientos que hacíamos ya los conocían. En el medio jugamos un amistoso, un técnico de un equipo de chicos más grandes nos invitó a jugar. Fuimos a otro pueblo, a 50 kilómteros, fue una linda experiencia para que los chicos jueguen con chicos de otros países”, detalló Sibelli.
Entre partido y partido en la mayoría de los casos quedaban uno o dos días para entrenamiento y distensión. Uno de ellos se transformó en un día especial que además incluyó una bendición que ayudó para poder ganar.
"Salgan campeones"
Roma los esperaba a las 6 de la mañana. El Vaticano les dio un lugar preferencial y la bendición les cambió la mirada. “La visita al Papa Francisco se coordinó desde acá. Una madre de los chicos trabaja en el Colegio Don Bosco de Castelar Norte y nos consiguió una audiencia para un día miércoles. Estuvimos sentaditos a diez metros del Papa, sin vallado ni nada. A los argentinos, con el DNI argentino, ya nos dan un lugar privilegiado. Nosotros además del lugar nos pusieron en una escalinata y vino el Papa a saludar, a tocar a los chicos, compartimos algunas palabritas. Fue un viaje duro, estábamos a 5 horas y había que estar a las 6 ahí. Salimos a la 1, a las 6 ahí, estuvimos al sol, se hizo duro. Pero lo vimos al Papa le tocó la cabecita a los chicos y les dijo, ‘Salgan campeones’. Los bendijo para que ganemos el campeonato, nos vino bien”, relató el director técnico.
El viaje no se limitó solamente a Salerno o el Vaticano. Los chicos pudieron recorrer Roma con todos sus atractivos, la costa Amalfitana y hasta conocieron el mar Adriático. “Los chicos se metieron en el mar, fuimos a Positano, a Amalfi, fuimos en un catamarán gigante, fuimos a Pompeya, al Coliseo. Además de lo futbolístico, que era lo principal, fuimos a que los chicos se comuniquen con otros chicos, se comuniquen, y conozcan el país anfitrión. Pudimos hacer de todo”.
La copa y las manitos
Con la misión cumplida, habiendo sido noticia en los medios de San Gregorio Magno y haber dejado la huella de Castelar en Italia. Los jugadores y sus acompañantes regresaron a Argentina con la Copa en sus manitos. “El retorno fue muy lindo, en Ezeiza estaban los padres, lloraban como locos, tiraban papeles! Después en el club se hizo una bienvenida, vinieron periodistas, estaban todos los padres. El 9 de julio fue el día del socio en el club, también tuvimos un recibimiento, estuvo el intendente. A los tres días de volver hubo un encuentro en la Municipalidad y nos dieron un reconocimiento. El trabajo de los coordinadores, de Luis y Sonia Luque fue terrible, se organizó y se hizo de todo para que los chicos vayan igual, se les consiguió la camiseta, el nervio estaba en que salga todo bien, en que los chicos se diviertan, vayan sanos y vuelvas sanos. Tuvimos la suerte de que se dieran los resultados deportivos bien, pero la idea era el viaje y ahora repetirlo todos los años con distintas edades para que todos puedan ir. A fin de año hacemos la entrega de trofeos y vamos a mostrar todo lo que nos fue pasando”, señaló Sibelli.
Las anécdotas acompañaron los juegos de los chicos día a día, desde improvisadas conferencias de prensa para padres y curiosos hasta diálogos en cualquier idioma ayudados por traductores instalados en teléfonos o sin ellos, pasando por siestas frente al sumo pontífice como también primeros viajes en subte y trofeos especiales, como el que recibió el pequeño vecino Felipe Olivieri al mejor jugador del torneo.
El DT de esta Selección del 77 vive en Castelar y con apenas poco más de 30 años es Técnico Profesional recibido en la escuela de Asociación de Técnicos de Fútbol Argentinos de Caseros y además dirige en el Club Morón.
“La escuela tiene 20 años. Yo trabajo hace 12, están Luis y Sonia desde siempre, debe haber 600 chicos entre escuelita, mas futbol competitivo, juveniles y los menores de 5 años. Somos seis profes y Luis. Trabajamos profesionalmente y por eso hay tantos chicos y dura tanto. El otro día vino un chiquito de tres años y cuatro meses, pero siempre depende del nene. Lo ideal es más de cuatro, pero igual siempre tiene dos clases gratis para que el chico descubra si le gusta de verdad, si se engancha con las clases. Si no vienen desde los seis, siete años donde pueden prestar ya más atención. Pero hay chicos desde 3 a 15 años. En el club además hay pileta, pelota paleta, tela, tenis. También tango, folklore, patín, vóley, gimnasio”, destacó Sebastián Sibelli y finalizó, “La idea es que el año próximo vaya la categoría 2005. Este viaje fue una revolución, ahora quieren ir todos”.
Con la bendición de Francisco y demostrando lo aprendido durante años en la escuelita de fútbol, los chicos del 77 representaron a Castelar y trajeron la copa San Vito al barrio.
Entrevista y redacción: Leandro Fernandez Vivas