La pianista Bonet Xicoy revela los secretos del tango
Por: Gabriel Colonna, Leandro Fernández Vivas.Siempre siguiendo su pasión musical se dedicó a las teclas y si bien jugó con la filosofía se decidió por la vocación que la acompaña desde la más temprana edad.
Su música y la calidez de su interpretación la llevaron a ser elegida por referentes del tango y la música popular como Leopoldo Federico, pero transitó también agrupaciones y compañías musicales como la Orquesta típica del Maestro Alberto Di Paulo, la Orquesta Escuela Emilio Balcarce, dirigida por el Maestro Néstor Marconi, entre muchos otros proyectos.
Lo que comenzó siendo un juego se transformó en el eje de su vida. “La mayor influencia fue mi papá. Él era profesor de piano, por lo que en mi casa siempre hubo un piano. Con mi hermana jugábamos, nos poníamos una a cada costado del piano y jugábamos con él. Mis papás al ver ese incentivo que teníamos, nos llevaron a mis 8 años y 10 de mi hermana a una maestra particular”, comenzó narrando Florencia ante el micrófono de Castelar Digital.
Maria del Rosario Lombar Nandez, de Ituzaingó, fue la primera en encaminar los juegos y divertimentos de las dos hermanas frente al piano. Las primeras lecciones demostraron el potencial de las pequeñas Bonet Xicoy: “Ese estudio era más arduo porque estábamos de lunes a viernes 2 horas. Empezamos como un hobby, algo para curiosear”.
La jornada de piano se complementaba con la escuela, pero fue cuando terminó el secundario, en la escuela Héroes de Malvinas de Villa Ariza, en Ituzaingó, cuando debió tomar la decisión de seguir su vocación musical o decantar por una carrera tradicional. Empero, un proyecto familiar la ayudó a resolver su duda: “cuando terminé el secundario me anoté en el conservatorio de Morón, pero quería hacer una carrera, entonces me anoté también en la UBA y empecé a estudiar filosofía, estudié 3 años. En un momento, mi familia decide poner una tanguería, medio de casualidad, en San Telmo, y ahí es donde veo que me gustaba mucho el tango y que me quería dedicar profesionalmente a la música, hasta ese momento había sido estudio nada más. El conservatorio era muy distinto al trabajo profesional”.
El negocio familiar la puso en contacto con el público y el mundo del tango. La acercó a otros músicos y la llevó a otras escuelas; ingresó en la Academia Nacional del Tango y se lanzó a tocar con maestros del género como Juan Trepiana, Oscar De Lía, y Nicolás Ledesma.
Desde el 2007 integró la orquesta del conservatorio Alberto Ginastera de Morón, dirigida por Javier González. También en la orquesta El Ayunte que la llevó a tocar en la Plaza de Ituzaingó y pequeños escenarios; y continuó creciendo: “Una experiencia importante que tuve fue casi de casualidad: había una convocatoria en Internet, se buscaban violinistas, contrabajistas… y decidí presentarme. Nunca había hecho una audición. La persona que convocaba era muy importante, Alberto Di Paulo, muchos artistas importantes tocaron con él. En un principio no quede, después me llamaron porque no se acordaban como había sido mi audición, y resulta que era la única pianista que quedaba. Quedé un poco como de descarte y también un poco insistiéndole que quería el lugar”, señaló la pianista.
Con Alberto Di Paulo y su orquesta típica conoció canales de televisión, radios y hasta famosos conductores como Silvio Soldán, pero su carrera continuó por otros rumbos. Tras casi dos años en esa agrupación continuó en la Orquesta Escuela Emilio Balcarce con la dirección de Néstor Marconi. “De 15 pianistas que había quedé yo y otro compañero de Córdoba, esa experiencia fue totalmente diferente a la anterior, ésta estaba más organizada más prolija, estuvo bueno. Hicimos muchas presentaciones, casi 6 meses de trabajo de estudio y armado de repertorio y a fin de año empezamos con las presentaciones. Actuamos en la Biblioteca Nacional, en la Casa de la Cultura”, rememoró Florencia.
En esa orquesta, y con la vecina al piano, se presentaron artista de renombre, íconos del tango actual: “la orquesta la dirigía Marconi, pero con maestros invitados; Víctor Lavallén, Susana Rinaldi, Mauricio Macelli, músicos de Pugliese, Ernesto Franco que fue músico de D'Arienzo. Con cada uno aprendíamos a tocar su estilo, con temas de cada uno de ellos. Eso fue como un entrenamiento importante, con muchas perspectivas, muchos estilos”. Con esta orquesta también tocó junto al bandoneonista Leopoldo Federico. Además, participó en la final del festival y mundial de Tango 2010 junto al director Osvaldo Piro y la cantante Susana Rinaldi en el mítico Luna Park. “En el lugar había 8000 personas, era imponente ¡Mucho nervio! Nosotros hacíamos el cierre, después de la entrega de unos premios. Bailaron todas las parejas, entregaron el premio y después salimos nosotros. Fue muy linda experiencia. Y estar con dos grandes como Rinaldi y Piro fue increíble”.
Según relató a Castelar Digital, tocar en vivo, en orquestas y en distintos lugares tiene sus características particulares. El pianista, por tamaño, espacio y movilidad, habitualmente no traslada su instrumento, sino que el lugar donde se presentará debe contar con un piano o bien conseguirlo, lo que implica disponer muy poco tiempo de adaptación o incluso a pormenores que deben ser subsanados en vivo, sobre el escenario y frente al público: “los pianistas tenemos eso, no sabés con qué piano te vas a encontrar. Aunque tenemos un tiempito de adaptación, hay que enfrentarse a lo que viene. Una vez en la Academia Nacional de Tango había un piano que en vez de tener 88 notas tenía 85 y no habíamos hecho un previo ensayo. Fuimos directamente a tocar, y cuando me doy cuenta le faltaban notas ¡Me faltaban 3 notas! Hay que adaptarse en el momento. En otro festival estaban las teclas ásperas, como mal terminadas, hay que adaptarse al sonido, al ambiente, al piano”, resumió la artista.
Desde sus últimas presentaciones ante el público masivo, está abocada a terminar su carrera. Reconoce que le quedan apenas dos finales a rendir en el conservatorio. Mientras tanto, también dándole vida a un trío musical para no perder contacto con el escenario. “Estamos armando con unos amigos con la idea de tocar en eventos, somos un violinista, un bajo eléctrico y un piano, tocamos más que nada tango clásico y milongueros para que se pueda bailar. La idea es tocar, recibirme y conectarme con el ambiente del tango. Volver a tocar con orquestas grandes, que es el sonido que me gusta”, finalizó Florencia proyectándose en su futuro.
Su piano sigue sonando en las calles de Castelar e Ituzaingó y no faltará mucho para volver a ver los afiches y las marquesinas anunciando su música nuevamente en los grandes escenarios.
Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas
Gabriel Colonna
Fotógrafo
Fotógrafo. Programador Web. Emprendedor.
Fundador y Director Ejecutivo de Castelar Digital.
Socio Fundador de GAMA Taller de Imagen.
Socio Fundador de Ocho Ojos.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.