Trampera atrapa al público con sus personajes
Son apenas un grupo de amigos de Castelar que, sin conocerse aun, se reunieron para hacer teatro. En base a los personajes y los vínculos entre estos, crearon la obra “Trampera: hasta que no quede nadie”. Todo comenzó como el trabajo de taller de un grupo relacionado a Teatraje. Ya con nombre propio, “Grupo Caricatura”, presentaron durante parte del año pasado y todo este año su propia obra.
“La obra nació desde los personajes que se crearon en el taller. Vimos un denominador común entre el aspecto de los personajes que crearon los chicos y fuimos hacia la caricatura. Los personajes fueron trayendo las situaciones. Había una idea de trabajar con una escenografía despojada, con un elemento que pudiera adoptar múltiples funciones. Propuse un banco al grupo y ellos empezaron a darle usos y crear las fantasías”, explicó a Castelar Digital Raúl Delgado, el director de la propuesta.
A la manera inversa del armado habitual de los proyectos teatrales, la trama de la obra se creó mucho después que la aparición de los personajes que la compondrían. Los actores se dejaron llevar por el impulso creativo y entre todos, y con el trabajo propio de observación, aprehensión y proyección de características, conformaron cada protagonista.
Sobre las tablas Jorjito (así, con j y no con g), Yoly, Dora “La Bomba”, Teresa, Flora, Soledad, Telma y Joaquín, los personajes de Trampera, llevan el hilo conductor de la puesta en escena basada en sus personalidades.
“El personaje de Jorjito fue uno de los primeros en aparecer. Nace de la creación de personajes. Era un día en que hacíamos una ronda con mucha ropa. Empecé a ponerme ropa sobre ropa y terminé gordo. Quedó El Gordo. Y después quedó la voz particular que hoy tiene Jorjito. Con el tiempo recordé que con esa misma voz hacía en un personaje de radio y fue mi mamá quien me dijo: ‘¿No te das cuenta que estás haciendo la voz de tu abuelo?’ Ahí me remontó a que esa voz la había empezado a hacer imitando a mi abuelo. Es fuerte cuando te das cuenta de donde sacas las características”, explicó el actor Pablo Carrizo, quien además señaló que los cambios de voces de su personaje los aprendió del trato que mantuvo durante años con gente mayor trabajando en una sociedad de fomento: “La gente mayor cambia la voz cuando te quiera aclarar algo y se atoran un poco queriéndote explicar. Tiene muchas cosas personales, cada personaje tiene cosas de cada uno”.
Jorjito no está solo sobre el escenario, lo secunda Flora, interpretada por Graciela Mori: “Mi personaje no me simpatiza. Saqué cosas mías que no me gustaban. Surgió también de la ropa. Es medio paisana, más inocentona. Es una mujer de su casa que depende y necesita siempre el visto bueno de su marido”. Su ingreso al grupo se produjo para cubrir a una compañera que no siempre estaba disponible para actuar. “Al principio copias mucho de lo que hace la otra persona y de a poco, en un proceso lento, le fui poniendo de lo mio. Lo que me ayudó para componer a Flora fue pensar en un animal, es una gatita. Todos le buscamos algo así a nuestros personajes. Flora tiene un pretendiente, Jorjito y se dedica al maquillaje. Es la asistente de Soledad. No parece pero realmente le tiene miedo”.
Las características autoreferenciales son herramientas para la construcción del personaje, aunque muchas veces lo que se expone es lo contrario a la personalidad de la actriz, o al menos, lo contrario de algunos de sus matices. “Teresa no fue creada desde cero, ya que tomé lo trabajado por otra actriz pero con cosas mías. No hace mucho que lo hago”, apuntó Sofía Jones. “Me siento más cómoda imitando porque tengo una base. Nunca había hecho teatro, empecé desde acá. Teresa es media gruñona y como yo soy medio gruñona, me gusta”.
“Mi personaje es Dora, la actriz, la Diva. El personaje me costó mucho encontrarlo, pero después apareció”, confesó sobre el grabador de Castelar Digital Carolina Gómez, otra de las actrices de Trampera. “Es una persona totalmente opuesta a lo que soy yo y explota todos los rasgos de las personas que están basadas en la imagen, en cómo se ven, son súper egoístas. Es una diva medio actriz, quiere conseguir fama a toda costa.
“Empezó siendo un personaje muy chiquitito, muy tranquilo y fue llevarlo a lo máximo. Ahora no le importa nada de nadie, solo su imagen y se lleva el mundo por delante. El personaje nació en el taller. Nos ayudó mucho trabajar con disfraces, con la ropa que veníamos trayendo. A partir de ahí. fueron creciendo sus movimientos, todos muy extravagantes y grandes. Lo último que le apareció fue la voz, las palabras que utilizaba”, señaló la actriz.
“Dentro de un taller, o de creación de personajes, se proponen distintos estímulos”, explicó el director Delgado y continuó, “en cierta etapa del proceso te das cuenta cual estimulo prendió con mayor fuerza. No todos los procesos nacen desde la ropa, en este fue el punto de partida. Pero en otros proyectos pueden funcionar mejor otros estímulos”.
Yoli no nació de la ropa, si no que fue un traspaso de caracteres: “Entré remplazando a otra actriz, la verdadera creadora de Yoli. Me hallé bastante rápido con el personaje. Ya había visto la obra y Yoli me resultaba simpática. Tengo muchas cosas en común con la personalidad de Yoli, por eso congenié. Fui agregando cosas mías. Yo no lo veo pero mis compañeros que vieron las dos Yolis me dicen que sí”.
Otro remplazo que continuó creciendo fue el del personaje Soledad. “Entré al grupo en marzo de 2011, para reemplazar a otra actriz. La Soledad anterior tenía el mismo propósito pero no estaba tan marcado. Mi Soledad no se fue armando según el vestuario, sino personalmente, cuando definimos el objetivo que tenia y cuando delimitamos su relación con los demás personajes. Sus rasgos caricaturescos no tienen relación con destacar ninguna parte de su cuerpo, como en el resto de los personajes. Todo blanco, el maquillaje muestra como es ella: autoritaria, siniestra, cortante. La voz también fue parte del proceso y reconozco que me costó muchísimo: recién pude encontrarla cuando encontré el personaje, que tiene algo de Hitler. Logramos, a partir de el cambio mencionado en su relación con el resto de los personajes, encontrar un eje sobre el cual girara la obra. Fue bárbaro”, en palabras de Yanina Pandullo.
El plantel de la obra se completa con Guadalupe Cácharo (Teresa); Natalia Castro (Telma) y Oscar Coto (Joaquín).
Presentados los personajes no queda más que conocer la obra. Este próximo fin de semana se estarán presentando en la Unión Vecinal Álvarez Jonte y Arias, y repetirán el sábado 17 de noviembre.
“Cuando en el taller vimos que había un caudal de escenas y situaciones entre los personajes que habían creado, encaramos la tarea de encadenarlas, qué motor podíamos usar. Cuando alguien te cuenta una película, te cuenta la trama y como llega al final. Eso acá, ese motor, terminó siendo lo último. Y se nota, la presencia de los personajes es muy fuerte, muy intensa. Uno de los puntales de la obra”, destacó orgulloso el director.
Cada detalle fue creado en grupo. La escenografía, la vestimenta y el maquillaje son el producto de la construcción colectiva del Grupo Caricatura. El trabajo en conjunto los transformó en amigos y esa química, esa complicidad se aprecia en el escenario y deslumbra en capacidad actoral.
“Antes de estrenar cada obra hay pasadas ante los demás compañeros y profesores de Teatraje. Y se escuchan las opiniones y las criticas. Siempre se pule algo. Enriquece mucho la obra, que tiene la personalidad del grupo, el modo de concepción del grupo pero también tiene aportes de otras miradas”, continuó Delgado.
La carrera de Trampera quizás finalice este mes, aunque sus protagonistas prefieren hablar de cierre de la temporada de primavera. Empero, destacan que quienes pone los límites es el público, “tratamos de cuidar eso, trabajar por temporadas para no generar el desgaste en el público. Conviene trabajar de otra manera. En Teatraje desde el año pasado y este tratamos de profundizar, buscamos organizar por temporadas y las obras funcionaron mejor, cuidamos mucho más a los grupos”.
La entrevista cierra con anécdotas e historias. Cada presentación demanda tres horas de preparación previa entre vestimenta y maquillaje. Son tres horas de convivencia en donde el grupo de profesionales transitan como amigos. En esos momentos también se dan los últimos retoques, las últimas opiniones y las más nuevas creaciones, todo para llegar de la mejor manera al escenario. “Es un grupo humano maravilloso. Está bueno que todo lo que ves, todo lo que hace a Trampera esta hecho por la misma gente, por nosotros. El maquillaje, el banco, la gráfica, el vestuario. Está bueno saberlo, porque vas a ver otras obras donde el actor llega, le dan el vestuario, hace su función y se va. Que lo hagamos nosotros tiene otro sabor, el trabajo de Caricatura está en todos lados”, finalizó uno de los actores.
“Trampera, hasta que no quede nadie” se presentará el próximo sábado 10 de noviembre en la UVAyJ y repetirá el sábado 17 sobre el mismo escenario.
Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas
Fotos: Gabriel E. Colonna
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