Llegó la primavera, las flores, los pájaros y hasta las abejas. Los perfumes acompañan la alegría y la celebración en cada plaza. Cada año la Zona Oeste y todo rincón del país celebra la llegada de la Primavera, pero a fines de los 60 en Castelar se dio una celebración sin igual, una fiesta que nunca se volvió a repetir pero dejó huella. Durante dos años consecutivos, las carrozas se apoderaron del centro de la ciudad. Mirá la Galería de Fotos de las carrozas de 1969 y 1970 en este LINK.

Escuelas, clubes y otras instituciones construyeron su propio carro alegórico y compitieron en un concurso medido por aplausos y autoridades. El Club Mariano Moreno destacó en ambas celebraciones y sus carrozas llegaron a ser premiadas en otros territorios. Conocé la historia de las carrozas campeonas de Castelar.

“Yo fui el creador de las carrozas”, comenzó la charla Guillermo Loureiro con orgullo. En sus manos, diminutos rectángulos de plástico conservan imágenes de hace más de 50 años. Las diapositivas congelaron en el tiempo las sonrisas, el esfuerzo, la fiesta y una gran mariposa de claveles y acrílicos.

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“En el club Mariano Moreno se desarrolló la idea. Mi padre era el Tesorero, Don Moles era el presidente, mi señora era secretaria, había toda una historia familiar. Surgió el compromiso con lo que era Crédito Castelar, una financiera que después desapareció pero que convenció a los clubes, escuelas y comercios. Estaba sobre Arias, donde hoy está Mostaza”, comenzó a narrar el vecino.

La primavera de 1969 fue la primera y el Mariano Moreno arrancó con una carroza de estilo pagoda, que representaba culturas orientales, principalmente del Japón. “Había una familia de japoneses que vivía cerca del club, fue como un homenaje. Su nena viajó en la carroza. Se construyó un puente, se colocaron butacas. Participamos en Castelar. Tengo fotos y diapositivas de la pagoda”, destacó el vecino.

Castelar Digital narró en notas anteriores cómo fueron aquellos desfiles, los bailes, la elección de la reina y las princesas de la primavera. Aquella unión de vecinos fue también la semilla para la declaración de ciudad del pueblo de Castelar. Todas esas historias se pueden consultar en las siguientes notas: Conocé cómo era la fiesta de carrozas del Día de la Primavera en los 70; Un diario desaparecido logró que el pueblo fuera ciudad.

Aquel primer año el esfuerzo de los vecinos, socios y no socios del club, se plasmó en la bella carroza. Compitió con otras de otros clubes e instituciones, pero resultó ganadora. Durante los festejos, invitados o por curiosos, asistieron miembros de la Fiesta Nacional de la Flor de Escobar y quedaron sorprendidos con la Carroza del Mariano Moreno la invitaron a participar y competir en la fiesta que se celebraría poco tiempo después pero en la zona norte del Conurbano. “La tuvimos que aggiornar un poco, porque nos exigían un porcentaje de flores naturales. La primera categoría era 100% flores naturales, la segunda categoría era un porcentaje menor. Fuimos a competir y nos llevamos el primer premio de la segunda categoría! Quedó el compromiso para el año 70. Nos entusiasmamos, descubrimos cosas. La colonia portuguesa y japonesa, que son floricultores, hacen maravillas. Habían hecho una carroza que era un pavo real, pero era tremendo. Ahí aprendí yo, mirando, viendo, yo no tenía experiencia en ese tipo de laburo. Armamos, nos jugamos otra vez con la carroza y nos presentamos en el año 70”, contó con una sonrisa.

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Loureiro tenía apenas 23 años, se había especializado en publicidad y artes gráficas, además tenía trayectoria en Bellas Artes y hasta había llegado a exponer en Mercedes, provincia de Buenos Aires, una muestra de arte cinético. Estaba en un gran momento creativo que volcó a su carroza.

Ahora el desafío era mayor y el ingenio se disparó para estar a la altura. El equipo de constructores liderado por Guillermo Loureiro se propuso construir una carroza con una mariposa que representase a Castelar, la Primavera y el Club. El objetivo no fue sólo el desfile por el centro de la ciudad, sino también competir en Escobar y en la primera categoría, por lo que se necesitaron 25 mil claveles naturales. Además, se desmontó un auto con ayuda de personal de la Municipalidad de La Matanza para recuperar el chasis y con el cardan y otros engranajes se logró un sistema que hacía aletear a la mariposa. Se le construyeron ojos de acrílico con un detallado enrejado en su interior para que aparentara ser el ojo compuesto de los insectos y se le sumaron otros círculos acrilicos también con luz en las alas. Además, el suelo de la carroza se forró en material vegetal y toda la mariposa se cubrió de flores. El resultado fue increíble.

“Le tiramos la manga a todo el mundo para juntar dinero y poder comprar las flores. Así llegamos a la carroza para presentar en Castelar en la primavera y después nos llevaron para Escobar. Lo más lindo de todo: ganamos el primer premio de la primera categoría! Fue muy productivo. Hubo un premio de 100 mil pesos que quedó para el Club Mariano Moreno que era el club que representábamos. En el medio había socios, familias colaborando, de todos lados, con mano de obra, apoyando el proyecto, llegamos y fue un acontecimiento. Hubo gente que nos apoyó mucho, porque fue algo increíble lo que hicimos, la mariposa fue increíble”, completó orgulloso el vecino.

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Entre los comercios que colaboraron destacaron Flores Orquideas, que tuvo su local sobre Buenos Aires, a metros de donde hoy se encuentra el Banco Provincia, en Castelar sur, y Flores Mauro que se encontraba sobre Arias. “Fue toda una movida muy linda, había tiempo para hacer esas cosas”, finalizó Loureiro.

La alegría de la primavera se transformó en una mariposa que voló de Castelar a Escobar para volver luego al Club Mariano Moreno con un trofeo sobre sus alas. Guillermo, por su parte, tras el éxito de la carroza fue contratado por el Cine Los Ángeles, una famosa sala de la Calle Corrientes en pleno centro de la Ciudad de Buenos Aires que tenía la particularidad de proyectar sólo películas de Walt Disney. La carroza por los festejos del Sexto Aniversario del cine llevó la firma del vecino de Castelar.

54 años después de aquellos festivales de primavera, Guillermo brindó sus recuerdos, su historia y muchísimas diapositivas que, como objetos históricos, congelaron en el tiempo aquellas sonrisas. Tesoros del creador de la mariposa de la primavera que ahora ilustran esta entrevista de Castelar Digital. ¡Gracias Guillermo por tu confianza y Feliz Primavera!