Stella Maris está contenta, feliz, emocionada. Desde Pinamar mira sus fotos, se mira y ve a su familia, incluso a sus padres bailando. El vestido verde que eligió para su cumpleaños de 15 se ve impecable, igual que en 1979. Es la segunda vez que tiene su álbum de fotos del cumpleaños de quince en sus manos, pero entre la primera vez y la actual pasaron 44 años.

Apenas un descuido, preocupada por no perder el colectivo, el último que aquella noche la llevaría a su casa. Un descuido que la hizo perder el objeto más preciado, el recuerdo de su fiesta. Una historia que comenzó a fines de 1979 y llegó hasta el 2024, en el corazón de la primera mitad del Siglo XXI; una historia con final feliz.

Perdió su álbum de fotos de su cumpleaños de 15 en la Plaza de Morón hace 44 años y lo recuperó gracias a las redes sociales. “Estoy re emocionada, estoy re contenta de haber encontrado el álbum después de tanto tiempo, me parece algo tan lindo”, explicó Stella Maris Calancha a Castelar Digital. “Le agradezco a la chica que encontró el album y lo guardó por tanto tiempo”, completó.

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La historia comienza una noche de fines de 1979 cuando Stella llevó a su trabajo, una marroquinería ubicada sobre la calle Brown, en el centro de Morón, su álbum de fotos de su cumpleaños de quince. La fiesta había sido hace unas semanas y el álbum se lo habían entregado apenas unos días antes. Emocionada, miró las fotos con dos amigas sentadas en uno de los bancos blancos de la Plaza San Martín después de su día de trabajo. El clima acompañaba y aunque ya era tarde, había muchos vecinos disfrutando la fresca, incluso chicos andando en bicicleta.

“Estábamos viendo las fotos, pero miré la hora y se me hacía tarde para tomar el colectivo. Me fuí y dejé las fotos en el banco, no me di cuenta. El álbum lo tenía en una caja, no me entraba en la cartera, lo metí en la caja, saludé a mis amigas y me fui. Lo dejé apoyado en el banco…”, recordó la vecina. Unas cuadras después se dio cuenta y volvió corriendo a la plaza, pero su tesoro ya no estaba. “Me tomé el colectivo, tardó una hora en llegar a casa, fue llorar una hora hasta llegar y contarle a mi mamá. Era el 630, color verde, que unía Morón con Ituzaingó. Cuando le conté a mi mamá me quería matar”, destacó.

Pasaron 44 años desde aquel día. En ese período el mundo cambió; pensar en los sucesos históricos de esas cuatro décadas ayuda a entender la distancia: La Guerra de Malvinas, la vuelta de la Democracia, Maradona levantando la Copa del Mundo en el 86, la caída del muro de Berlín, la Guerra del Golfo, la reforma de la Constitución Nacional, la división de Morón y la creación de los Municipios de Ituzaingó y Hurlingham, el corralito y la crisis del 2001, Nacimiento de Castelar Digital en 2004, luego la creación de facebook, de youtube, de los celulares inteligentes y mucho más.

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“Un día en un grupo de Facebook de vecinos de Ituzaingó alguien publicó las fotos, publicó que tenía el álbum y un montón de gente me reconoció: vecinos, compañeros de colegio, mi sobrina, mucha gente”, contó Stella con una sonrisa.

Alicia era muy chiquita, apenas una nena, cuando esa noche de 1979 estaba con su mamá y su hermanito paseando en bicicleta por la plaza de Morón. Era tarde, de noche, pero en aquellas épocas aún se podía disfrutar de la plaza y de la noche sin el riesgo actual a la inseguridad. Sobre un banco encontró una caja que le llamó la atención. Al abrirla se encontró con un libro forrado en cuero y una bellas letras doradas que decían ‘Mis Quince años’. Le mostró su descubrimiento a su mamá y decidieron guardarlo para que no terminase en la basura.

Los pequeños y su familia intentaron dar con el paradero de la quinceañera de vestido verde, pero no había nombres en las fotos. Trataron de dar con el fotógrafo, ya que algunas de las instantáneas tenían un sello con su nombre, pero no tuvieron suerte. Nadie reconocía a la cumpleañera. El álbum se convirtió en un tesoro que durmió casi para siempre en la casa de la abuela de la pequeña Alicia. “Como yo era de Ituzaingó, del barrio Pintemar, nadie me conocía, nadie me reconoció en la foto. El álbum quedó guardado durante más de 40 años”, reflexionó Stella.

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Con el paso del tiempo, la abuela y la mamá de Alicia fallecieron y un día mientras limpiaban su casa se toparon con el viejo álbum y retomaron la búsqueda. Ahora, en otras épocas, las redes sociales ayudaron a dar con la dueña del vestido verde. “Nos contactamos por teléfono, pero yo vivo lejos, así que le dieron el álbum a mi hermano y él después me lo hizo llegar. Estoy muy contenta, el fotógrafo me había hecho unas copias grandes, pero no tenía este álbum”, rememoró la vecina.

Vestidos largos, peinados para la ocasión, corbatas, un prefecto en impecable uniforme blanco, una torta de más de cinco pisos y una abuela de vincha, todos festejando los 15 de Stella Maris. “Me da muchísima pena que no esté mi mamá para saber que lo recuperé, se angustió muchísimo cuando lo perdí. Además, el tiempo que le llevó juntar la plata para hacerme el cumpleaños de quince, para pagar las fotos, fueron años de trabajo, y los días que se puso para hacer la comida. Fue un cumpleaños muy familiar: la comida la hicieron mi papá y mi mamá, los invitados fueron amigos de la escuela, vecinos, familiares. Le costó un montón y yo le perdí las fotos… Pero ya tengo el álbum, está mi papá bailando, mis amigos, mis tíos. Me sirvió también para contactarme con gente que hacía mucho que no veía, con amigos que no volví a ver pero ahora nos contactamos por las fotos. Estoy muy feliz”, finalizó Stella Maris.

Una historia que comenzó con un olvido, el tiempo que intentó ganarle a las fotos pero el contacto entre dos vecinas que no se conocían fue más fuerte y permitió que el tesoro volviese con quien siempre debió estar.

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