Cargando...
Rincón literario
Rincón Literario
9 Ago 2024

Desgracia, por Guillermo Mazzuz

Don Paladino Suárez, abrió dificultosamente la puerta principal, arrastrándola y provocando un desagradable chirrido.
Me impactó su cara, el ceño fruncido, su piel roja, bigotes ralos y barba de varios días.
Preguntó:
  • ¿Qué se le ofrece?
  • Buen día Sr Suárez, soy Paulo Escobar, amigo de su hijo Juanjo.
  • ¿Juanjo?
  • Sí, el mismo.
  • ¡No conozco a ningún Juanjo!
  • Me refiero a Juan José Suárez.
  • ¡Ah sí, Juanito! - dijo mientras parecía esbozar una imperceptible sonrisa.
  • Me dijo que vendría un amigo suyo, que lo recibiera

Don Paladino me hizo pasar. El ambiente era frío y oscuro, olía a humedad.
El piso era de ladrillo y se veía algo brilloso por el excesivo uso.
Entramos a la cocina, donde estaba Doña Teresa Suárez, preparando la comida.
Olía como a guiso de pobre, mucha papa y poca carne.
Nos presentamos y me invitaron a sentarme a la vieja mesa de pino.
Me ofrecieron mate, el que rechace, aduciendo que me generaba acidez.
Me miraron extrañados, pero no ofrecieron otra cosa, de hecho, no había otra cosa.
Preguntaron cuál era el motivo de mi visita.
Les señalé que era por una investigación relacionada con el pueblo.
Ambos se miraron, hicieron una imperceptible cara de sorprendidos y siguieron con lo suyo.
Don Paladino, me señaló una escalera, que conducía al cuarto de Juanjo.
Arrastre mi maleta, por esa escalera de hierro, que crujía temerariamente a cada paso.
Abrí la vieja puerta, la que estaba impecablemente pintada.
El cuarto era muy sencillo, una cama, un pequeño placar, mesita de luz y dos lámparas, una oscura y otra blanca, solo funciona la blanca.
Coloqué mi maleta en el placar, colgué mi campera y me senté en la pequeña cama.
Miré el techo, de impecable blanco, las paredes de color gris claro y el piso de perfecta madera de roble.
Me recosté del lado de los pies y observé todo desde esta perspectiva.
Lo único extraño era la lámpara oscura, verifique que no estuviera mal enroscada, todo bien.
La encendí y apagué varias veces, pero nunca funcionó. Quede inquieto por la lámpara negra.
Me llamaron a comer.
El guiso estaba exquisito, me recordó a los de mamá.
No conversaron mucho, después de insistir en algunos temas, me llamé a silencio.
Levanté mi plato y los cubiertos, Doña Teresa, me empujó violentamente y los tomó protestando sobre quien debía levantar la mesa.
Agradecí y me retiré al cuarto.
Nuevamente revisé cada centímetro del mismo. Presioné varios puntos del piso de roble, nada.
Resignado, me recosté sobre la cama.
Alguien tocó a la puerta y abrió de inmediato. Sorprendido, me levanté como un relámpago.
Don Paladino asomó su roja cara y con rostro adusto dijo.
  • ¿Anda buscando algo don?
  • No Don Paladino, ¿Por qué?
  • Es que hemos sentido golpes y pasos, al Juanito no le gustaría que revisarán sus cosas.
  • No he revisado nada señor, me estoy acomodando.
Cerró la puerta sin agregar nada más.
Me inquietó esta visita, pero intuí que me estaba indicando que continuara.
Debía estar en algún lugar de este pequeño cuarto. No había mucho. Revisé todo al detalle.
Tomé la lámpara de la mesa de luz, vi debajo del pie, y “bingo”, tenía un interruptor on/off. ¡Lo encontré!
Puse la palanca en on, apoyé la lámpara, la encendí, el cuarto se transformó. Era como estar en un boliche.
Apunté la lámpara a varios lados del cuarto, cuando apunté al piso, nada.
Cuando apunté debajo de la cama, dos de los listones de roble brillaban con un color fluo intenso.
Toqué una de ellas, se movía.
Toque la segunda, se movía.
Cambié la luz oscura por la blanca, me tiré bajo la cama, con mucho sigilo.
Busqué el cuchillo en mi maleta, suavemente hice palanca, cuidando no hacer ruido.
Se abrió como la tapa de una caja, descubrió un hueco poco profundo.
Metí la mano, toqué una bolsa plástica, con mucho cuidado lo extraje.
Mi sorpresa fue encontrar un 38 corto.
Salí de abajo de la cama, escudriñé el arma, sin tocarla, estaba cargada y con seguro.
La dejé en el piso.
Volví al escondite, introduje la mitad de mi cuerpo, mi brazo fue profundo, no encontré nada.
Al sentir la puerta, me arrastré desesperadamente hacia afuera.
Don Paladino sostenía el 38 en dirección a mí humanidad.
  • ¿Con que no buscaba nada? ¡Hijo de puta!
En la embestida, logré evadir el primer disparo, el segundo me dio en el hombro.
Tiré a Don Paladino al piso, atrapando su mano derecha, que sostenía el 38.
Lo inmovilicé y le quite el arma, lo golpee en el mentón, cayó desmayado.
Extraje las esposas y lo amarré a la cama.
Cuando me disponía a bajar para buscar a Doña Teresa, ella estaba al pie de la escalera, me disparó con una escopeta de dos caños.
Yo respondí con el 38, la inhabilité al darle en el brazo derecho.
Bajé como un relámpago, me insultaba, mientras la ataba con una cuerda.
Llamé a mi jefe y describí lo actuado.
La investigación dio como resultado, que encontraron bajo la cama del cuarto de Juanjo, 150 kilos de cocaína y una millonaria cantidad de billetes.
Los Suarez fueron apresados y condenados por complicidad en la causa de estupefacientes. Juanjo fue detenido por considerarlo el ideólogo de una red de tráfico de droga, que operaba en la clandestinidad de la provincia.

Mi trabajo de tantos años en la policía especial antidrogas, tuvo su premio, pero la operatoria dejó como saldo profundas heridas en ambos.
Difícil fue ganar la confianza de Juanjo, en el camino surgieron sentimientos, que no pudimos evitar,
Esa fue nuestra desgracia.



Guillermo Mazzuz
Alumno del taller de Analía Bustamente

Tendencias

  • Agenda

  • Artistas

  • Comercios

  • Delivery

  • Farmacias

  • Ocio

  • Talleres

  • Nuestra Ciudad

  • Publicidad

  • Contacto

Artistas

Olga Noemí Sanchez

Escritora

Ciudad natal: CABA

Último trabajo: Estaciones

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Helena Okomski

Escritora

Ciudad natal: Saint Neots

Último trabajo: Shalko

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Anabella Bonell

Artista visual y docente

Ciudad natal: Hurlingham

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Hernán Sánchez

Cantautor

Ciudad natal: Castelar

Último trabajo: Las cosas que extrañas

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Viviana Scaliza

Cantante

Ciudad natal: Moreno

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Ana María Oddo

Narradora Oral

Ciudad natal: Capital Federal

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Haydée Piteo

Artista Plástica

Ciudad natal:  

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Betty Siri

Maestra Artesana

Ciudad natal: Pto. de Buenos Aires

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Laura Giusti

Joyera y docente

Ciudad natal:

Último trabajo: Rancho, en el Centro Cultural Borges

Instagram: Ir al perfil

Hernán "Budapest" Marino

Artista plástico

Ciudad natal: Castelar

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Walter Soria

Cantautror y guitarrista

Ciudad natal: Bs. As.

Último trabajo: Fluir

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Jorge Colonna

Escritor

Ciudad natal: Capital Federal

Último trabajo: Soy Yurik

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Gustavo "Pipo" Nazaro

Luthier

Ciudad natal:  

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Javier Alejandro Buján

Músico

Ciudad natal: Morón

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Florencia Bonet Xicoy

Pianista

Ciudad natal: Ituzaingó

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Gabriel Colonna

Fotógrafo

Ciudad natal: Castelar

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Bibi Romero

Pintora decorativa

Ciudad natal: Córdoba

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Silvia Villalba

Artista y geógrafa

Ciudad natal: Castelar

Última nota: Ver la nota

Instagram: Ir al perfil

Comercios

Galería: Los Estelares hicieron emocionar a todo el Auditorio Oeste