Restaurarán en Morón un avión que bombardeó tres buques en Malvinas
Por: Leandro Fernández Vivas.Así como ocurrió con el primer cazabombardero que atacó a la flota británica o con su hermano, el A-4 C-207, será un trabajo en conjunto entre el personal del MNA, el Grupo Técnico de Restauraciones Aeronáuticas y la Asociación Plastimodelista del Oeste. La institución lleva adelante varias restauraciones en paralelo: El helicóptero Sikorsky S-55 que está casi listo, el Mock Up del IA-63 Pampa y el Junkers JU-52, quizas el proyecto más ambicioso, entre otros.
A mediados de la década del 60, la Fuerza Aérea Argentina adquirió 50 cazabombarderos navales Douglas A-4B. Se trataba de aviones simples pero poderosos que equiparon a la V Brigada Aérea de San Luis. Mientras sus hermanos con otras banderas vieron combate en las selvas de Vietnam y en el desierto de la Península del Sinaí, los Skyhawk argentinos mostraron sus dientes en el frío del Atlántico Sur. El C-240 en particular participó de al menos cinco misiones de combate durante la Guerra de Malvinas y fue responsable, en las escuadrillas que integró, de los daños a la fragata HMS Argonaut, del hundimiento de la fragata HMS Antelope y la destrucción del transporte RFA Sir Tristam.
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Tras la guerra siguió volando hasta que fue desprogramado en 1991 y entregado al Museo Nacional de Aeronáutica. Empero, no descansó. Se transformó en un embajador de la Fuerza y se lo trasladó a distintas muestras. Se lo vio en América 92 en el Puerto de Buenos Aires, Armas 97 en La Rural, Exposición Conjunta 2003, Exposición en Diagonal Norte en 2015 y Tecnópolis en 2015, entre otras.
El avión regresó al MNA hace dos años y medio y desde entonces se conserva desarmado, en las mismas camas que lo trasnportaron de muestra en muestra. Los traslados y exposiciones al aire libre han generado deformaciones y corroción que será necesario corregir.
Los trabajos a desarrollar se repartiran en tres etapas. Los sábados trabajará el GTRA con la sección de proa, que incluye la cabina y tren delantero. El personal de la División Restauraciones del MNA trabajará de lunes a viernes y se encargará de la sección de cola. Cuando estén terminadas estas labores será el turno de la APO que se dedicará a los detalles, a los stencils, inscripciones, insignias y la imagen final del avión. Un trabajo similar se llevó adelante con el A-4C C322 que luce impecable hacia el interior del hangar principal del museo.
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Así como ocurrió con otros aviones, se lo llevará a los colores y esquema de pintura a como voló durante la Guerra de Malvinas. Incluso es posible que este avión muestre las franjas amarillas de alta visibilidad pintadas al comienzo del conflicto. Para concretar los colores, los restauradores cotejarán fotografías de la época, así como se hizo con otros aviones.
Para llevar adelante los trabajos y poder terminarlo lo antes posible, la restauración demanda alrededor de un millón y medio de pesos, sólo en materiales de pintura. Monto que supera el presupuesto disponible, por lo que se inició una campaña de donaciones para adquirir los materiales necesarios. Todo aquel que quiera colaborar con la pintura para el Skyhawk puede hacer una donación a la firma Angrigiani S.A. indicando "GTRA RESTAURACION C-240" (CBU 0140013701401302535141 Alias: Angrigiani.pinturas) y deberá enviar el comprobante a través de las redes sociales del GTRA para que se redirija el monto hacia los materiales para el avión. Para más info sobre la colecta se recomienda visitar las Redes Sociales del GTRA.
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Otro detalle que llevará el avión es su armamento. El C-240 porta los cañones de 20 milímetros originales que utilizó en la guerra y se lo equipará con una bomba de 1000 libras, la conocida Bombola. Se trata de una bomba de demolición de fabricación británica que fue la seleccionada en los primeros días de la guerra, hasta que se comprobó que tres bombas más pequeñas eran más efectivas que una de gran tamaño y poder destructivo.
El Museo Nacional de Aeronáutica se encuentra en la Base Aérea Militar Morón. Se accede por la Avenida Eva Perón al 2200 de viernes a domingo de 10 a 17 (en vacaciones también los jueves), se ingresa con un bono contribución y es necesario reservar entrada a través de sus Redes Sociales.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.