Kurt Vonnegut escribió su tesis fallida sobre lo que bautizó como la forma de las historias. La forma es una simple descripción gráfica que pone en evidencia los bloques básicos de una narración.

El análisis de una obra, de acuerdo a la teoría, se reduce a dos ejes. El eje x que comprende el tiempo narrativo mientras que el eje y grafica tanto la buena como la mala fortuna que atraviesan los personajes.  

En base a esta teoría, cualquier obra es reducible a un simple gráfico que, por un lado, permite comprender los componentes fundacionales y, por el otro, convierte lo abstracto en concreto.

Existen definidas 8 formas básicas de historias que siguen una estructura predeterminada como el viejo testamento, el nuevo testamento, las narrativas etiquetadas como kafkianas y otras.

En este caso me interesa extrapolar un poco esa teoría de lo puramente literario y llevarla al ámbito de la música para así entender un poco mejor y apreciar el último álbum de Kendrick Lamar: Mr. Morale & The Big Steppers.

Trazaría la forma del disco considerando el contenido lírico y la elección de ritmos así:

Mr. Morale & The Big Steppers

Es un disco que expone todo lo que la obra de Kendrick Lamar significa y  lo que busca alcanzar por medio de su arte. Cada canción desarrolla un tema único que es examinado y concluido para poder pasar rápidamente al siguiente.

A diferencia de sus otros trabajos marcados por el uso de la metáfora y el artificio, Mr. Morale ofrece una punzante claridad que explota para viviccionar su persona y proyectar un futuro esperanzador. Posee una intimidad que incomoda y resalta en el reducido uso de la percusión y la dualidad espiritual que plaga toda la lírica.

Como álbum conceptual compuesto por 19 canciones y dividido en dos partes (o tres realmente), el tema que une cada exposición es el trauma y el crecimiento espiritual. Tanto lado A como lado B comienzan con un coro que marca el camino junto con la voz de Eckhart Tolle, autor del libro "El poder del ahora" y mentor espiritual de Lamar.

La primera parte se desarrolla y toca distintos temas penetrando principalmente en los hábitos escapistas. La voz de la historia rechaza la sugerencia de ir a terapia en Father Time, una decisión que lo hunde aún más en el espiral de malas decisiones que arrastra.

La segunda parte tiene un cambio temático en tanto se pasa de la parálisis y, tal vez, la culpa al movimiento por medio de la terapia y la introspección productiva. Kendrick Lamar expone los círculos de trauma familiar a superar para poder enfrentar la paternidad mientras que en paralelo analiza su figura y su posición en el mundo en términos de ejemplo en Savior rechazando cualquier idealización.

La tercera parte, compuesta por una sola canción, The Heart Part 5, describe los problemas relacionados con la cultura negra estadounidense y, a la vez, guarda un mensaje universal que funciona como cierre temático de la obra.

Esta propuesta no es, sin embargo, la única manera de interpretarlo y escucharlo. Es posible, también, cambiar el orden y dividir el albúm en dos partes: Mr. Morale y Big Steppers al estilo Rayuela. Un ejercicio interesante, considerando que otros títulos de la discografía de Kendrick, como DAMN. cuentan una historia distinta dependiendo de si modificamos o no su orden establecido.
Conclusiones

La forma no es fácil de definir. Y tampoco es fácil escribir sobre música sin caer en un análisis exhaustivo de la lírica. Por lo que volqué, más que nada, mi subjetividad en un intento de hacerla pasar por objetividad.

Cuando salió Mr. Morale, entusiasmado, abrí Spotify y lo reproducí de principio a fin. La primera vez que lo escuché me desilusionó y me dejó un mal sabor de boca. Sin embargo, luego de varias oídas puedo decir que es uno de mis discos favoritos junto con Madvillainy de MF DOOM, el homónimo de Invisible, Quemado de Pez, Animals de Pink Floyd y otros.

Lo escuché tantas veces que perdí la cuenta. Incluso lo estoy escuchando mientras escribo el final de esta columna. Cada re-oída me ofrece algo nuevo: un verso, un ritmo o un silencio.