Coplas: Conocé la primera escuela sustentable de la Zona Oeste
Por: Leandro Fernández Vivas.La escuela CoPlaS es la primera sustentable de la zona oeste y una de las pocas en el país que no es administrada por el estado ni por una institución privada. Abrió sus puertas a fines de marzo en Lacarra al 2300 en Castelar Sur, a sólo dos cuadras de la frontera con Ituzaingó y en el mismo manto verde que une la Reserva Natural Urbana, el campo de deportes de Los Matreros y la Base de Morón.
Se caracteriza por ser sustentable: Está construída en madera, recupera el agua de lluvia para abastecer los baños, tiene su propia compostera, techos verdes y respeta la naturaleza que la rodea. Además, es gestionada por las mismas familias que componen su comunidad. “Coplas nació desde la Cooperativa de Trabajo Jardín Plaza Bebé, veníamos soñando con la continuidad pedagógica de nuestro jardín maternal y jardín de infantes en una escuela primaria”, explicó a Castelar Digital Daniela Carballo, presidenta de la cooperativa.
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“Empezamos 22 compañeras y un compañero dentro de la cooperativa y se nos hacía cuesta arriba. Pero en 2019 se sumó una comunidad de familias enorme que marcaron la diferencia. Se organizaron en una asociación civil, la Comunidad Coplera, y junto con la cooperativa pudimos crear la escuela”, completó la vecina.
Coplas significa COmunidad, PLAza y Sustentable. “La educación ambiental es uno de nuestros pilares y nos pareció que ya que íbamos a construir una escuela la soñáramos a lo grande”, reconoció Carballo. El ejemplo a seguir fue la Escuela 12 de Mar Chiquita, la primera sustentable en el país, la segunda en sudamérica, después de la Escuela Rural 294 de Canelones, Uruguay. También fue modelo la escuela Creciendo Juntos de Moreno, una de las primeras de gestión social. “Son escuelas que no son administradas por el estado ni por una institución privada con fines de lucro. Nosotros somos escuelas gestionadas por la comunidad, en este caso una cooperativa de trabajo. Somos escuela sin fines de lucro, no hay nadie que tenga una ganancia por gestionar la escuela; si los trabajadores ganan su sueldo. Más allá de eso, a la escuela la sostiene la comunidad: las familias viniendo a hacer jornadas de trabajo colectivo, para pintar una reja o pintar el piso de un aula, es la comunidad gestionando la escuela. Hay una cuota, porque cuesta sostener una escuela, nosotros no tenemos aporte del estado, pero también está gestionado a través de la comunidad de un modo transparente: nosotros le contamos a las familias cuántos docentes necesitamos, cómo armamos este proyecto desde lo pedagógico. Se hace una asamblea de familias y definen los números, la cuota, y con eso garantizamos el sueldo de los docentes”, señaló la presidenta.
La mirada sustentable y respetuosa del medio ambiente no está sólo en la estructura de la escuela o en las prácticas, también en la enseñanza y en los métodos pedagógicos: “Los niños y niñas ven todo lo que es ciencias naturales trasladado a la huerta, el trabajo en la tierra, todo lo que es soberanía alimentaria, el hábito cotidiano; desde su alimentación, desde cuidar los recursos. La educación ambiental atraviesa el proyecto educativo”, subrayó la titular de la cooperativa.
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El predio donde está Coplas fue alguna vez parte de la Base Aérea de Morón pero hace años que estaba en desuso. Así como el Parque Industrial Tecnológico de Morón, el Barrio Procrear de Seré o el Parque Recreativo Ambiental de Morón, el Municipio de Morón gestionó con la Agencia de Administración de Bienes del Estado la cesión de terrenos para la nueva escuela.
La inauguración fue una fiesta colmada de emoción. A las familias y cooperativistas que trabajaron para la concreción del sueño de la escuela propia, se sumaron vecinos, amigos y futuros alumnos. Incluso tocó Bersuit varias de sus canciones. Allí estuvo Castelar Digital y son las imágenes de aquel histórico día las que ilustran esta nota.
Actualmente, la institución cuenta con una matrícula de 42 estudiantes y está pronta a abrir la inscripción para el ciclo lectivo 2025. “Para mí es una alegría enorme, un orgullo. Sin dudas el orgullo más grande es formar parte de estos procesos colectivos. Este proceso colectivo fue motor de una transformación enorme que de otro modo no hubiera sido. Esto que fue un sueño: verlo lleno de infancias, de niños de niñas, de sonidos, de docentes, de procesos de aprendizaje, para nosotros es inmenso. Y dentro de este marco que es lo que soñábamos, que a veces cuesta arriba, pero hacerlo posible es enorme, es hermoso”, finalizó Daniela Carballo.
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Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.