De película: Le hizo una propuesta de matrimonio de alto vuelo
El cielo gris del domingo a la mañana no impidió las actividades aéreas en el Aeropuerto de Morón. Las más de 20 escuelas de vuelo y firmas aeronáuticas que operan desde la pista de la base aprovecharon que las nubes estaban altas para volar. Todos querían sumar horas de vuelo. Nico quería más.
Un estudiante para piloto le propuso matrimonio a su prometida decorando el avión en el que aprende a volar. La propuesta de alto vuelo llamó la atención en redes sociales; es que los gestos de amor no son comunes y, por suerte, no pasan desapercibidos.
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“El tema del casamiento se había charlado, pero era la charla solamente, ninguno de los dos lo había propuesto de manera firme. Yo quería proponérselo pero de alguna manera especial”, contó a Castelar Digital Nicolas Llompart.
La historia de amor comenzó hace más de siete años bajo tierra. Nico y Sabrina trabajaban juntos en la terminal de combis de la Ciudad de Buenos Aires, la que está ubicada debajo de la Avenida 9 de Julio. Siempre se llevaron bien, pero el vínculo era solo laboral. “Una vez fuimos a almorzar juntos, vimos un partido del Mundial 2018 en un barcito de capital, pero nada más”, confesó el novio. Lo empezó con una amistad, con mensajes y algún encuentro amistoso se transformó en romance. Poco tiempo después el noviazgo era un hecho. “Le propuse que seamos novios, algo más serio. Porque nos veíamos, nos íbamos conociendo pero no eramos novios. Después ya conocí a su familia, ella a la mía. Nos fuimos de vacaciones a Bariloche, fue hermoso. Al año siguiente nos fuimos a San Clemente, también fue hermoso”, rememoró enamorado el futuro piloto.
Él vive en el centro de Morón y tiene 25 años. Ella es de Floresta y transita sus 24. Se conocieron en la Ciudad de Buenos Aires, pero su amor conoce como único límite el cielo. Nicolás estaba decidido, pero quería una propuesta de película. Habló con el personal de Smart Flight, la escuela de vuelo donde está realizando el curso, y contrató un vuelo de bautismo a la Isla Martín García. Antes de despegar sería el momento ideal. “Fui más temprano, los chicos ya sabían. Conseguí las letras en un cotillón de Morón, me costó conseguir la E. Puse Casate Conmigo porque eran menos letras. Decoramos el avión y le pedí a los chicos que lo giren para que ella no lo vea cuando lleguemos. Ellos lo pusieron detrás del hangar”, narró emocionado.
“Fuimos caminando hacia el avión, de la mano. Y ella empezó a ver algo sobre el costado del avión. Me suelta apenas la mano y lee el mensaje. Ahí me arrodillo y ella se empieza a reír. Por fin le pude proponer matrimonio”, orgulloso, contento y hasta vergonzoso, Nicolás completó el momento más importante de su vida.
El día continuó como estaba planeado: Un tranquilo vuelo de poco menos de una hora hasta la Isla Martín García. Las nubes se había disipado por lo que el viaje fue panorámico. Almuerzo romántico y regreso en las mismas alas cuando el sol pintaba de dorado el paisaje.
“Me dijo que si. Ya tenemos fecha para el civil y después para la ceremonia”, completó el futuro piloto. Nicolas y Sabrina se casaran en los próximos días. Ya tienen una hermosa anécdota para contarle a su familia: el día de la proposición de alto vuelo.