La guerra de Malvinas sorprendió y atravesó a la sociedad toda en su conjunto. Castelar no fue la excepción y varios vecinos marcharon, como conscriptos o militares de carrera, hacia las islas. A 30 años del conflicto, sus marcas aun siguen visibles en la vida de los veteranos.

El Centro de Veteranos de Morón, ubicado en Quintana 462, Castelar Sur, es el punto de reunión de los vecinos del distrito que combatieron en las islas. Todos los viernes se encuentran y conviven, comparten la cena, como una gran familia. Tienen en común el saber y conocer en su propia piel las características atroces de una guerra, y como convivir con sus secuelas. Pero juntos se ayudan, se entienden y se conocen. Salen adelante.

Allí mismo, además, arreglan y confeccionan sillas que luego son entregadas a los colegios de la zona. “Es un espacio de contención, donde pueden compartir sus vivencias. Allí también hacen tareas de reparación para las escuelas del partido. Los atiende una psicóloga y está el proyecto de crear un museo sobre Malvinas”, explicó a Castelar Digital Juan di Mario, presidente de la institución y sobreviviente del Crucero General Belgrano.

“El hecho de juntarnos y tener reuniones, pasar el rato, el almuerzo, la cena, hablar de cosas cotidianas, nos ayuda. Es como un grupo de autoayuda, sin quererlo. Y siempre caemos en Malvinas, y lo tomamos como cosas corrientes. Se hace más llevadero, y uno se siente cómodo con un par”, apuntó el veterano.
El Centro de Veteranos de Morón además es uno de los pocos formados íntegramente por soldados, sin que sean miembros militares de carrera. “Hay diferencias entre colimbas. En la colimba fue un trato, en la guerra fue peor. Por qué vamos a estar juntos? Yo estaba en el Belgrano y el trato era relativamente bueno. Cuando me encontré con gente de ejército, era una realidad distinta. Se tomó esa decisión. Lo seguimos manteniendo. No queremos guardar formas entre nosotros”.

El Centro, si bien es autónomo, cuenta con el apoyo del Municipio de Morón a través de la Oficina de Veteranos: “desarrollamos distintas acciones de promoción, investigación y difusión con el objetivo de ejercitar la memoria activa y estimular la reflexión acerca del conflicto bélico”, explicó Julio Cambao, Coordinador de la Oficina del Veterano, que depende de la Dirección de Organizaciones y Participación Comunitaria.

La Oficina organiza y ejecuta reuniones y charlas de veteranos del municipio en escuelas primarias y secundarias, elaboró un padrón de veteranos de Morón y se recopila material y documentos para preservar las historias de vida de los vecinos que combatieron en Malvinas.
Uno de los proyectos más importantes que la oficina coordina con el centro de veteranos es un homenaje especial a un vecino de Castelar. Oscar Niglia combatió en Malvinas pero nunca pudo recuperarse físicamente de las inclemencias del clima austral. Sufrió pie de trinchera y falleció casi 15 años después del conflicto a raíz de las secuelas.  “Tenemos el proyecto de ponerle su nombre a la calle donde vivió en Castelar Norte. Es una calle cortita, Teniente Duarte, tiene dos cuadras y queremos nombrarla Oscar Niglia. Tenemos su historia, está su familia y tenemos fotos. Queremos que los vecinos lo conozcan para que no lo entiendan como un cambio impuesto”, apuntó Cambao sobre lo que sería un importante reconocimiento para los veteranos.

La Guerra y sus héroes

“Fue una experiencia muy fuerte. Traumática”. Muchos veteranos sufren el llamado estrés post traumático. Las consecuencias psicológicas de haber transitado y vivido situaciones límite, bajo tensión constante y con grandes riesgos, inclusive poniendo en peligro la propia vida. “Aunque no quiera entenderlo, tengo síntomas que me van jorobando. Los niego pero los veo. Fue muy fuerte ese momento, sentir que el barco se levantó y cayó, la explosión muy fuerte de los torpedos… dentro del barco no sabíamos qué pasaba y salir a cubierta y ver que el barco se estaba hundiendo. Hasta que nos ordenan desembarcar, después pasamos casi dos días en balsa en el mar, en el mar del sur, con olas de diez metros… fue bastante difícil”, rememoró Juan di Mario.

El dolor de las experiencias de combate, no siempre es relatado. Las experiencias sufridas en la guerra son el nexo común entre los veteranos y puede ser parte del diálogo cotidiano, pero el espectador o visitante debe entender el vínculo especial que los une y la elección de los ex combatientes de llamarse a silencio ante algunas secuencias que aun hoy les duele en su interior. Los sobrevivientes del hundimiento del Crucero Belgrano relatan la odisea vivida en las balsas, inclusive uno de ellos relata aun bajo la burla de algún compañero la anécdota en la que tras abrir el cierre de su balsa salvavidas pudo ver el ojo de una ballena en medio del mar. Quienes provienen del ejército hablan también de los malos tratos recibidos por parte de sus superiores y de las atrocidades del campo de batalla. Memorias grabadas con fuego que en grupo logran tratar, superar y entender, aun en la distancia.  

“Estamos entusiasmados con que el tema Malvinas esté en agenda. El bloque latinoamericano nos apoya bastante. Está todo el grupo latinoamericano apoyándonos, no está Argentina sola, es toda América Latina reclamando contra el imperio inglés que usurpó las islas a la fuerza. Los 30 años remueve las situaciones vividas. Éramos jóvenes de 18, 19 años y quedamos marcados. Aunque el tiempo pasó, quedan las heridas, nos quedan encima. Nos pudimos sobreponer, pero los recuerdos siguen estando”, finalizó el veterano.

A 30 años de la única guerra que Argentina libró en el Siglo XX, la memoria se mantiene vívida y protegida en los ojos de los vecinos que ofrecieron sus propias vidas en las islas del sur. A 30 años de los combates caminan por las calles de Castelar mirando al frente. Llevan en sus cabellos el mismo color que muestran los cuadros de San Martín y otros próceres, distinto color a los que portaban en su juventud, la que dejaron en las Malvinas. Son héroes anónimos que, casi en silencio, caminan a nuestra par.


Entrevista: Leandro Fernandez Vivas
Redacción: Leandro Fernandez Vivas