Homenajearon a la Calesita de Atilio por sus 50 años de trayectoria
Por: Leandro Fernández Vivas, Gabriel Colonna.La Plaza Cumelén de Castelar se vistió de fiesta para celebrar los 50 años de la Calesita de Atilio. Un ícono de la alegría en la zona oeste. Comenzó a girar en diciembre de 1973 frente a la barrera de la estación y ahora, medio siglo después, sigue siendo la alegría de los más chicos, pero en plaza del vagón.
El Municipio de Morón, por medio de la UGC 4 de Castelar, la Sociedad Fomento de Castelar, amigos y la familia del propio Atilio, organizaron el festejo de cumpleaños que se transformó en un homenaje a la diversión y a la dedicación por los más chiquitos del barrio.
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“Es lindo celebrar, no pensé que iba a ser así, me saludan todos, medio mundo me conoce”, destacó emocionado Atilio Escalón a Castelar Digital y continuó, “Vienen señoras mayores y me saludan y las conocí cuando eran jovencitas, igual que yo. Las veo y me parece mentira”.
En 50 años hay hasta tres generaciones de vecinos que disfrutaron de la calesita. Primero en su ubicación original, donde comenzó a girar el 8 de diciembre de 1973, cuando Castelar era un puñado de casas y aún quedaban algunas de las históricas casas quintas y chalets de tejas rojas. Habían pasado solo dos años desde que el pueblo había sido declarado ciudad, pero aún era muy distinto al actual. Empero, la alegría y diversión de los chicos girando en la calesita era la misma: “Esto es divertido, hacemos lo que podemos para que se vayan felices. Siempre con la alegría de sacar la sortija, que es lo que pretenden todos los que vienen, no se van sin sacar algo. Siempre ligan, para que se vayan con una sortija de recuerdo, una alegría”, explicó el calesitero.
El homenaje comenzó con la muestra fotográfica, con imágenes brindadas por los propios vecinos y habitués de la calesita. Continuó con las palabras de Marisa Boggi, la Directora de la UGC4, luego fue el turno del show de Lola la Payasa. También habló Juan Carlos Martínez en nombre de la Sociedad Fomento de Castelar y repasó brevemente la historia de la calesita, se descubrió el mural pintado en la cabina de la calesita, con la firma de Villa Mecenas, para terminar cantando el feliz cumpleaños. Se repartieron caramelos y todos los asistentes pudieron subirse a la calesita, pero que fue copada, como corresponde, por los más chiquitos que con Xuxa y otras canciones de fondo, giraron como siempre en la Calesita de Atilio.
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Todos giran y giran
La historia del carrousel en Castelar comenzó casi por azar. Atilio tenía un primo que era calesitero, conoció familiarmente el mundo del atractivo de las plazas y soñó con tener su propia calesita: “Trabajaba en una fábrica de rectificadores eléctricos, la fábrica Evequoz, y en los ratos libres empecé a construirme mi propia calesita. Me ayudaron mis compañeros de trabajo. Cuando la terminé, empecé a buscar algún punto comercial donde instalarla. Yo tenía una tía en Padua, por lo que pasaba con el auto por Castelar y veía ese lote vacío frente a la estación”. Un día, poco decidido, se bajó del auto y comenzó a preguntarle a los vecinos del lote si conocían al dueño, para consultar sobre alquileres y la posibilidad de instalar su calesita allí. Dio con el dueño de un bar lindero, Don Alberto Jaruf, quien lo contactó con los dueños, pero antes le aclaró: “no quieren un contrato formal, no quieren nada que los ate, el lote es un ahorro y quieren tenerlo disponible para venderlo en caso de necesitar plata”. Aquella advertencia no frenó a Atilio quien logró reunirse con el dueño del lote y llegar a un acuerdo. Aquel contrato cerrado con un apretón de manos se sostuvo durante 37 años, un acuerdo de palabra que duró casi cuatro décadas. “El dueño vivía en Caballito, yo iba a pagarle a Río de Janeiro y Rivadavia. Habíamos acordado que el día que necesitase el lote yo me iba”, rememoró el vecino.
La Calesita de Castelar se transformó en un atractivo de toda la Zona Oeste, la cercanía a la estación permitía que muchos de sus visitantes llegasen en tren. Con el tiempo y el éxito el negocio se amplió con un pequeño circuito de rieles por el que corría una nave espacial y un taxi antiguo, todo en reducido tamaño. Incluso Atilio plantó unos pinos que por su pequeño porte parecían arbustos y que, en algunos sectores, llegaron a conformar un túnel verde que ampliaba la belleza del circuito.
En 2009 el panorama de la calesita cambió. Falleció el dueño del lote y los herederos prefirieron no renovar el contrato de Atilio. La calesita estuvo a punto de cerrar pero los vecinos se pusieron en campaña, juntaron firmas, llamaron a distintos medios locales e hicieron fuerza para que Atilio pudiese instalarse en otro lugar. Entendiendo el valor de la calesita, el Municipio de Morón con la Sociedad Fomento de Castelar llegaron a un acuerdo para que el carrousel se instale en la Plaza Cumelén. La Calesita de Atilio volvió a girar.
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El reconocimiento de sus vecinos llegó a Atilio Escalón por parte del Honorable Concejo Deliberante de Morón que en 2012 lo nombró Ciudadano Ilustre por su trabajo y dedicación.
La Cumelén, una de las plazas más populares de Castelar y de la región, ganó un espacio único e ideal para los más chicos del barrio. Pero apenas un año después de su instalación sufrió un ataque que hizo dudar a Atilio de continuar: En julio de 2010 un grupo de desconocidos incendió la calesita y todos sus juegos. La destrucción fue total. Otra vez los vecinos se unieron para que la calesita vuelva a girar y lo lograron. Apenas unos meses después, en un renovado carrusel, Atilio volvió a hacer girar la pera de madera que llevaba colgada las sortijas para volver locos y divertir a los más chiquitos de la plaza ( Ver: Calesita histórica: el día que todo Castelar se unió por Atilio ). “Fue un golpe muy duro. Los vecinos me quisieron ayudar, hasta vino Aventín (famoso corredor de TC que siempre vivió en Morón) y quería poner la calesita él. Hasta que el municipio me dio un subsidio y pudimos arrancar de vuelta”, señaló el calesitero.
Cada fin de semana, cada tarde y otros días más, Atilio y su familia abren la calesita para la alegría de los vecinitos de Castelar. Rodeado de juegos y familias, es un punto ineludible en la Cumelén. La jornada homenaje continuó con fotos, abrazos, anécdotas y una multitud de sonrisas. “Estoy muy contento, es lindo, raro, vi muchas caras que hacía mucho que no veía, se ve que la gente se acuerda de la calesita”, finalizó Atilio Escalón. ¡Feliz cumpleaños Calesita de Castelar!
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Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.
Gabriel Colonna
Fotógrafo
Fotógrafo. Programador Web. Emprendedor.
Fundador y Director Ejecutivo de Castelar Digital.
Socio Fundador de GAMA Taller de Imagen.
Socio Fundador de Ocho Ojos.