Empleada por una de las empresas más importantes de la industria informática mundial,  necesitó casi de urgencia volver a los colores y expresar su arte.  Karina Ušaj es terapeuta en memoria celular, pero antes de ser terapeuta se recibió de Ingeniera en Sistemas y de artista autodidacta. Su vida la reparte entre proyectos tecnológicos y la pintura, la que de a poco va ganándose un lugar en Castelar con muestras y exposiciones en Domus, y otros salones de Buenos Aires.

Sus obras son especiales y buscan, a través de la selección de los colores, iluminar y aumentar la percepción del público y de la creadora misma. Muchas de sus obras se basan en los mandalas, complejos dibujos budistas que se traduce del sánscrito como “círculo del universo”. A través del arte busca equilibrar su propia vida entre trabajo y espíritu.

“Esto detonó cuando ingrese hace un año y medio a IBM, con un nivel de presión muy fuerte. Yo tenía que empezar a equilibrar la energía;  empecé a comprar oleos acrílicos, bastidores, maderas, llegaba del trabajo y mi descarga energética era la pintura.  Los mandalas sirven para llegar a un nivel de meditación más profundo, además de armonizadores de ambientes  y otras cosas. Cuando pinto realizo una  meditación previa y enciendo una pequeña vela al lado, logrando un estado ideal y casi mágico para mi.  No copio mandalas, no uso plantillas y es a mano alzada, ningún elemento para geometría. Siempre pinté pero ahora hace un año y medio empecé con mas furor para dedicarme en un futuro no muy lejano al arte”, apuntó ante Castelar Digital.

La veta artística y su facilidad por el dibujo se presentaron ya en su infancia, reconoce que siendo una nena le gustaba dibujar y no le costaba copiar obras de arte, sólo con mirarlas: “De chica, tipo 5 años, siempre pintaba con carbonilla o lápices. Cuando empecé hace un año y medio, mi mamá me trajo un cuadro de los que yo había hecho de chica; era un Cristo, la cara pero no calcada sino a mano alzada. Pienso hoy  que una nena de 5 años copie la expresión tal cual, es impresionante. Siempre fui autodidacta, siempre, siempre. Al dedicarme profesionalmente a la tecnología, tampoco tenía tiempo para aprender arte”.
El vínculo de Karina con la ciudad de Castelar comienza cuando ella tenía seis años de edad y su padre, que trabajaba en la industria del caucho, eligió este rincón del oeste por su tranquilidad y para alejarse de Buenos Aires. La primaria la cursó en un colegio de Villa Ariza y luego completó el secundario en el AUPI de Ituzaingó. “Después empecé con algunos cursos particulares con la tecnología y me incline por ingeniería informática en la Universidad de Morón, donde comencé a trabajar como pasante universitaria en Deutz Fahr, una multinacional germana de producción de motores diesel y maquinaria agrícola y por la noche cursaba la carrera de ingenieria informática, “me recibí en 1993”, explicó la artista.

Antes de volcarse por la pintura, o encausar su arte hacia los mandalas, atravesó una enfermedad que la llevó a meditar y buscar equilibrio en su vida: “Empecé con la línea espiritual en el 2007 porque tuve una operación y gracias a Dios salió todo perfecto. Estaba tan agradecida que comencé  a inclinarme hacia la meditación y el poder ayudar. Me recibí de Terapeuta en Memoria Celular. Es algo bastante nuevo en Argentina y aún poco difundido , se basa en la reprogramación de la memoria celular y registros de ADN, actúa transformando la información del trauma y cambiando así el comportamiento presente para conseguir aquellos logros que hasta ahora no habías obtenido, la reprogramación se trabaja la memoria como si fuera un disco rigido de una  computadora, nuestra memoria celular guarda todas nuestras vivencias desde el momento de la concepción hasta hoy. Que se le suma a toda la información emocional genética heredada.  Es una terapia corta y efectiva desde la primera consulta.

Algunas de las herramientas utilizadas dentro de la terapia, son los colores, frases vibracionales y micromasajes,  explicó Karina.

 A partir de los mandalas convino las formas con la cromoterapia. Si a alguna persona que le sucede algo la hiciera dibujar, me voy a dar cuenta qué le pasa según los colores que usa y las formas que aplica. El arte es un don que todos tenemos, sólo que algunos no saben expresarlo. Tiene que haber una conexión entre el don y el alma”, apuntó.

Su arte, sus mandalas y su técnica pudo verse en distintas muestras en Castelar y en ciudades vecinas. Expuso en Domus, y otros espacios. “La gente venía a mi casa y se asombraba de las cosas que hacía y en el tiempo que lo hacía. Así fui con un compacto de pinturas en un video a los locales de la zona, para lograr una exposición. Durante muchos sábados estuve en Domus. A mediados de febrero realizaré nuevamente allí una muestra y posteriormente en Abril en una galeria de Arte de Palermo Hollywood. La muestra que hice se llama iluminarte, el 80 por ciento son mandalas. Iluminarte, es porque cada nombre coincide con el dibujo y la energia que este transmite en el observador. El mandala, por un tema energético es sobre madera, pero otras pinturas no son concéntricas como las mandalas y las hice con óleo sobre bastidores en telas. El  óleo tarda meses en secar, hasta un año, y yo soy muy ansiosa, prefiero el acrílico. En las muestras me decían que miraban un mandala y tenían que volver a verlo porque les trasmitía algo”. Paradójicamente, su primera muestra en Domus la realizó el 11 del 11 del 11: “Fue una fecha mística que no busqué. Cuando le comenté la fecha a mi profesora de memoria celular, me dijo ‘No son casualidades Karina, todo está dado por algo’ “.

El futuro llega expectante para Karina, ya que está buscando espacios para continuar con su muestra. Reconoce que al tener contenidos coloridos podrían ser incorporadas a algún lugar recreativo o bien algún templo o lugar de meditación. Domus, Herminia, el mismo edificio de IBM donde trabaja serán los próximos lugares que albergarán su exposición. Continuará buscando iluminar con sus pinturas a su público, y a través de sus técnicas permitir la sanación de quien la consulte. “El hecho de que nosotros estemos hablando acá no le encontramos más sentido que el de la nota, pero después uno aprende, lo mismo pasa con las personas de nuestra vida, hay algo de debemos aprender de esa persona o hay algo de debemos enseñarle a esa persona”, finalizó Karina Ušaj.

Te unvitamos a ver el video de su muestra Iluminarte en http://vimeo.com/32199980

Entrevista:  Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas