Las historias sobre ríos, arroyos y lagunas en toda la Zona Oeste trasladan a los vecinos a otros tiempos, a donde ciudades como Ituzaingó, Haedo o Morón tenían en su interior paisajes que hoy se ven sólo en destinos turísticos.

En la intersección de José María Paz y Brandsen, a principios del siglo pasado, existió un espejo de agua que era utilizado por los pocos habitantes de la zona para pasar el rato, para pescar y hasta para refrescarse. No era la única en la región, pero a esta en particular se la conoció como la Laguna de Banquero por ser el apellido de una familia vecina a la laguna.

Según el historiador vecino Alberto Guercio, replicado en el grupo de Facebook Ituzaingó Historia y Arcón, la Laguna de Barquero tuvo una extensión de dos hectáreas en una punta de la quinta de la familia Bovone que ocupó un damero limitado por José María Paz, Brandsen, Carabobo y, aproximadamente, Barcala.

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Si bien la laguna estaba dentro de los terrenos de los Bovone, frente a la laguna se ubicaba la casa de los Banquero por lo que los visitantes de la laguna la bautizaron como La Laguna de Banquero.

Patos, gallaretas, teros y hasta aves zancudas aprovechaban su metro y medio de profundidad. Con el paso del tiempo y la urbanización de toda la zona, la laguna se secó y rellenó. Para 1945 ya no quedaban rastros del espejo de agua.

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Lee la historia completa con la firma de Guercio:

La Laguna Banquero: Se hallaba situada en tierras de la familia Bovone. Estas eran una gran extensión situada desde la Av. José María Paz (por aquel entonces Julio Roca) y la Av. Brandsen y desde aproximadamente Carabobo hasta 400 metros al Norte.

En el extremo de estas tierras sobre la calle Brandsen en la curva de dicha avenida comenzaba la laguna que conocimos de aproximadamente una cuadra de ancho por dos de largo.
Si bien la laguna estaba en tierras de Bovone era tanta la popularidad de los Banquero en la acera de enfrente que la gente comenzó a conocerla como “de Banquero”. Algo similar a lo ocurrido con la curva de Brandsen que se la nombraba “la curva de Banquero”.

Sobre dicho costado de la laguna había un juncal que dificultaba la vista desde Av. Brandsen. Tenía en tiempos normales profundidad de medio a un metro y una fauna que recordamos con patos, gallaretas y teros y ocasionalmente algunas aves zancudas. Con el loteo y urbanización de la zona la laguna desapareció, calculamos de 1945 en adelante.

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