Parque Ayerza: ¿Cómo nació uno de los barrios más lindos de Castelar?
La familia Ayerza llegó a Castelar en 1895 cuando la zona aún no llevaba el nombre del político español. La casona, ubicada en Pedro Goyena al 1900, a metros de Zapiola, fue el casco de la estancia, uno de los únicos edificios que se conserva en la zona de la época de las grandes quintas del siglo XIX. Supo estar rodeado de árboles frutales, contar con caballerizas y se dice que fue el lugar elegido por las tropas del General Julio Argentino Roca para descansar en los primeros tramos de la mal llamada Conquista del Desierto.
A mediados del Siglo XX los herederos de los Ayerza decidieron vender en lotes lo que había sido la quinta de la familia y en 1949 se publicaron los primeros anuncios que convocaban al remate de las tierras. Con una base de $25 el metro cuadrado, la oferta era ineludible.
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El Instituto y Archivo Histórico de Morón, ente dedicado a la conservación y difusión de la memoria documentada del distrito, publicó en sus redes los avisos de aquella época que anunciaban la venta de lo que hoy se conoce como Barrio Parque Ayerza. La casona, lo que fue el Castillo Ayerza, se transformó unos años después en el Colegio Inmaculada.
Así contó Historia Morón en sus redes el loteo de la quinta Ayerza y la creación de uno de los barrios más bellos de Castelar:
El 20 de noviembre de 1949, la inmobiliaria Astorga sacó a remate la quinta que era de la familia Ayerza en Castelar. Mientras tanto, se tramitaba la subdivisión presentada por los herederos de Ayerza, que fue aprobada en abril de 1950.
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Los terrenos constituían un triángulo comprendido por la avenida Sarmiento, Zapiola y las vías del ferrocarril hasta el arroyo Morón; estaba dividido en 16 manzanas fraccionadas en 400 lotes.
El folleto publicitario destacaba que “San José de Ayerza” tenía un “maravilloso parque y privilegiada ubicación”. Hacía mención de los ejemplares centenarios que cubrían gran parte de los lotes en venta y que estaban ubicados en la cumbre de una loma desde la que era posible contemplar los alrededores. También resaltaba una corta distancia de la estación de trenes, a 3 cuadras, “que cuenta con un numeroso servicio de trenes eléctricos y que en combinación con los subterráneos la conectan en cuestión de minutos al corazón de la urbe” (en el fondo de la última foto puede apreciarse el tren); así como su cercanía a la Av. Rivadavia, donde llegaban varios servicios de colectivos. Folleto perteneciente a la Biblioteca Popular "9 de Julio" de Castelar.