La mañana comenzó fría pero con sol pleno. El nerviosismo estaba presente en cada uno de los estudiantes del colegio Sagrado Corazón. No era para menos, estaban a minutos de presentar el mural que con tanto esfuerzo habían creado, ideado y pintado, en un lateral del colegio, a modo de regalo a la comunidad de Castelar. A 40 años de la Guerra de Malvinas, la icónica institución decidió homenajear a los vecinos que combatieron en las islas del sur.

Cerca de las 10 de la mañana, con la calle cortada y una multitud de padres, madres y vecinos, se inició el acto en el que se presentó el mural. El Himno Nacional Argentino estuvo a cargo de los mismos estudiantes que con batería, bajo, guitarra y sus voces emocionaron a los presentes. Banderas de ceremonia incluidas, hablaron los docentes a cargo, los estudiantes que pintaron y también Reynaldo Arce, presidente del Centro de Veteranos de Morón.

“Me llena de felicidad que ustedes, la generación que nos va a representar en el mañana, pueda tomar esta bandera como propia, porque es parte de todos. Malvinas no es sólo de quienes fuimos a pelear, es un territorio con mucha riqueza natural y está usurpada. Ustedes son los que tienen que trabajar con esto, con estos murales, porque la gente pasa por acá, mira y crea una conciencia colectiva increíble”, destacó el vecino en su discurso.

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El mural estuvo a cargo de un grupo de estudiantes dirigidos por la docente de arte Sara Pájaro. El desarrollo comenzó el año pasado, cuando el Director de la Escuela Secundaria Fabián Bernardo propuso a sus docentes distintas actividades por el 40 aniversario de la Guerra de Malvinas. Se convocó a voluntarios que se sumaron pincel en mano. “Nos reunimos con el director para pensar cuál podría ser el lineamiento del trabajo. Empezamos a compartir bibliografía, películas, textos adaptados a la edad de los chicos, otros más complejos,  a compartir ideas, bocetos y a rescatar a cada una de las ideas algunos elementos que nos parecieran significativos: las flores, las cartas. Pensamos en un mural que llegue a un grupo etario bien variado. Esto es el muro de un colegio, es la entrada de un jardín de infantes, es una temática compleja pero buscamos que tenga una lectura sencilla, por eso pensamos este formato tipo sticker, donde la imagen es la única protagonista y el fondo acompaña desde el color”, explicó ante las consultas de Castelar Digital Sara Pájaro.

Los trabajos de pintura demandaron más de dos meses de labor. Cada jornada dependía del clima, de la disponibilidad de docentes y preceptores que pudieran acompañar a los chicos en la vereda del colegio, de las dimensiones de cada ‘sticker’, de los colores, los materiales, etc. “A mí me pasa que no cobro mucha dimensión hasta que lo estoy viviendo, no había tomado dimensión de este trabajo maravilloso de los chicos y chicas del Sagrado Corazón. Hasta que veo ahora lo que significó: las palabras de los veteranos, las palabras de los profes, las familias. Me enfoco mucho en la tarea, muy metida en la tarea, y no me doy cuenta de mirar para el costado, sobre todo para la comunidad de la zona. Nos pasaba que venía un abuelo con su nieta y nos pedía  si la nena podía dar una pincelada al trabajo. como para dejar su huella. Que los autos pararan a mirar y nos dijeran algo positivo, que las familias pasen y se detengan a charlar, en secretito. Es como un mimo a todo el trabajo y al esfuerzo”, destacó la docente.

“Estoy muy orgullosa de mis chicos. Siempre que los convoco para algo así se suman. Es dejar su huella, van a pasar los años y la impronta que tuvieron, la mirada, va a quedar ahí para la posteridad. Eso es muy importante para el arte”, finalizó la vecina.

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El Colegio Sagrado Corazón es una institución histórica e icónica para la comunidad de Castelar. Su nacimiento es parte de la historia común que comparten los vecinos de la zona oeste. Este mural acompaña a otras intervenciones artísticas en su entorno, con más de 85 años de trayectoria sigue formando a gran parte de los habitantes de la ciudad.