Sobre Gene Wolfe y La sombra del torturador
Por: Lucas Perata .Breve historia de Gene Wolfe
Gene Wolfe nació en 1931 en Estados Unidos y fue el hijo único de una pareja humilde. Creció entre la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Durante sus años formativos, entró en contacto con una serie de libros que marcarían su futuro: una versión de bolsillo que reunía las mejores historias de ciencia ficción de la época y ejemplares de Julio Verne y H.G. Wells.
Con el paso del tiempo Gene demostró tener cierta facilidad para la escritura, pero no lo consideraba una carrera, quería convertirse en ingeniero. Pero la guerra de Corea retrasaría sus planes.
Cuando regresa a su país natal sin lesiones externas pero marcado psicológicamente, Gene Wolfe vuelve a casa de sus padres para terminar sus estudios en ingeniería que lo llevaron a desarrollar la fórmula de cocción de las papas Pringles.
Gene se casa, tiene cuatro hijos y escribe durante sus tiempos libres. Su trabajo es rechazado por las editoriales y las publicaciones dedicadas a la ciencia ficción. Sin embargo, una revista pornográfica acepta una de sus historias cortas por unos cuantos dólares despertando una posible carrera profesional.
El tiempo pasa y se aleja de su puesto como ingeniero y se dedica, cada vez más, a la escritura y a la lectura. No solo lee los trabajos más reconocidos de su género, sino que incursiona en los clásicos como Proust, Shakespeare y Homero que marcarían su narrativa.
Así, junto con tantos otros libros, publica El libro del sol nuevo en cuatro volúmenes durante la década del ochenta. Una serie que alcanzó un éxito masivo y marcó un antes y un después en el género.
La saga del libro del sol nuevo: La sombra del torturador
El libro del sol nuevo es considerado, por muchos, como una obra única en su tipo. En esta columna, voy a hacer escribir un poco sobre el primero de estos libros sin revelar más que lo necesario.
La serie puede ser leída, simplemente, como una ficción sobre las aventuras de un personaje peculiar, Severian. De todas maneras, lo más interesante que guarda la prosa de Gene Wolfe es que detrás de su aparente sencillez se ocultan distintos niveles de complejidad.
La sombra del torturador y los siguientes libros que componen la saga se ubican en un tiempo remoto en el futuro donde el sol se ha debilitado provocando distintas catástrofes y problemáticas en el planeta.
La primera parte del libro tiene lugar en una ciudadela decrépita donde habitan los principales gremios. Es, sin dudas, un emblema del mundo en decadencia descrito por el autor. La ciudadela y el mundo en general guardan una semejanza anacrónica con la forma en la que se organizaba la sociedad en los períodos de la Edad Media y el Renacimiento.
Severian, el protagonista y narrador, forma parte del gremio de los torturadores y se jacta de una memoria perfecta pero también de ser un mentiroso patológico. El libro rompe con algunas barreras del género al, en un primer lugar, comunicar el final de la historia en su comienzo y, en un segundo lugar, al estar compuesto por pequeños eventos que mueven la narrativa en vez de los grandes acontecimientos que se suelen esperar en este tipo de novelas.
El tono de la historia gira en torno a la idea que el libro no es más que la compilación de las memorias escritas por Severian que el autor traduce desde una neolengua. No se gastan muchas líneas para explicar el funcionamiento de la sociedad ni su estructura y la información más valiosa suele ser revelada por medio de los diálogos. Esto no significa, sin embargo, que las principales características del mundo no sean explicadas, pero requiere un esfuerzo extra por parte del lector.
La prosa de Gene Wolfe es atrapante. Planta en cada capítulo una semilla con información en la mente del lector para que este se sienta obligado a continuar. Es una aventura literaria que puedo recomendarle a cualquiera que busque introducirse o conocer más sobre el género de la ciencia ficción/fantasía.
Lucas Perata
Estudiante de Letras
Lucas es estudiante del Profesorado de Letras en la Universidad de Buenos Aires. En la actualidad se desarrolla como profesor particular y escritor tanto de ficción como de no-ficción. Además, es columnista de Castelar Digital.