Enfundado en un traje de goma y cuero negro, con orejitas sobre la cabeza de una máscara completa en la que apenas se le ve la boca y los ojos, Michael Keaton fue el primero de los Batman modernos. Dirigido por Tim Burton, encarnó a Bruce Wayne antes que Val Kilmer, George Clooney, Christian Bale, Ben Affleck o Robert Pattinson, el último hombre murciélago. Luego vendrían películas como Robocop, Spotlight o la multipremiada Birdman. Pero mucho antes hizo una película que lo llevó a recorrer fábricas en Argentina, incluso en la Zona Oeste del Conurbano.

En 1986 se lanzó la película Fábrica de Locuras, una comedia que narraba el cruce entre industriales automotrices norteamericanos y japoneses. Según el argumento del film, una empresa norteamericana cerraba y la línea de montaje pasaba a manos de empresarios japoneses para intentar que sea exitosa y evite la quiebra. El choque de culturas, las maneras de producir y de manejarse con los empleados, es el eje de la acción.

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Podría haberse filmado en Detroit, el mayor centro de la industria automotriz en el país del norte, o en Toyota, su contraparte en el país del sol naciente, pero la película se filmó en Argentina. El portal especializado AutoWeb publicó en 2020 un informe sobre la película destacando que se filmó en Berazategui, El Palomar y Caseros en instalaciones de FIAT.

La producción de la película necesitaba una fábrica automotriz y la opción más viable fue en las plantas de Fiat donde se fabricaban los Fiat Regatta y Fiat Spazio, vehículos que no se comercializaban en Estados Unidos con la intención de que no refiriera a ninguna empresa de Norteamérica. En la película se muestran las líneas de montaje de estos autos a los que se les tapó la insignia de la marca italiana con el de la ficticia Assan Motors.

Michale Keaton interpreta a Hunt Stevenson, el capataz de la fábrica y quien debe lidiar entre japoneses y norteamericanos para suavizar las diferencias y lograr que la planta industrial funcione. En varias tomas se lo aprecia trabajando en el ensamblaje de algún Regatta o 147. Quizás en la actualidad, más de 35 años después, algunos de los Regatta y 147 que aún se ven en las calles del oeste pueden haber sido parte de la utilería de Fábrica de Locuras.
 

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