El Museo de Aeronáutica preserva más de doce aviones que combatieron en Malvinas
Por: Leandro Fernández Vivas.Aviones como el Pulqui I y Pulqui II, primeros aviones a reacción construidos en Latinoamérica, o el Latecoere 25 que volara Antoine de Saint-Exupéry o un Autogiro La Cierva, antecesor de los helicópteros, o DC-3 que participaron del desembarco en Normandía en la Segunda Guerra Mundial y después brindaron sus alas para explorar la Antártida, tienen su descanso en los hangares del MNA. Entre ellos también están los aviones que combatieron en la Guerra de Malvinas. A continuación un breve repaso y descripción técnica de cada uno de ellos.
Dasault Mirage IIIEA
Se trata de un interceptor supersónico todo tiempo fabricado en Francia y adquirido por la Fuerza Aérea en 1972 y volado hasta 2015. Su misión principal fue la defensa aérea. Contrarrestar ataques de bombarderos y aeronaves hostiles. Su base de operaciones habitual fue la VI Brigada Aérea de Tandil y anteriormente la VIII de Moreno.
Durante la Guerra de Malvinas los Mirage III brindaron cobertura aérea sobre los cielos de las islas. Además realizaron misiones de escolta y de diversión. Operaron desde Comodoro Rivadavia y Río Gallegos realizando 56 misiones de combate. El avión preservado en el MNA es el Mirage IIIEA matrícula I-011. Arribó al país en julio de 1973. Participó del conflicto de Malvinas brindando cobertura desde el continente y fue desprogramado en 2015. En uno de los últimos vuelos de Mirage en Argentina, llegó a Morón en diciembre de ese año junto con el biplaza Mirage IIIDA y desde entonces está expuesto en el Museo Nacional de Aeronáutica. (Ver: Los últimos Mirage de la Fuerza Aérea descansan en Morón)
Mirage V Dagger
Avión muy similar al anterior pero de fabricación israelí, es un cazabombardero supersónico que supo ver combate en oriente medio como IAI Nesher y que fue incorporado por la Fuerza Aérea Argentina en 1978. Durante la guerra los Dagger operaron desde San Julián y Río Grande realizando más de 120 misiones.
El avión del Museo Nacional de Aeronáutica es el Dagger matrícula C-432, integró la escuadrilla Torno que el 1 de mayo, el primer día de combates, atacó un grupo de tres buques ingleses que bombardeaban Puerto Argentino. Es, entonces, uno de los primeros ataques llevado por la Fuerza Aérea contra el enemigo, es el avión que realizó el Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea. El avión actualmente está siendo restaurado en instalaciones técnicas del MNA por lo que no está en exposición pero volverá en los próximos meses cuando finalicen los trabajos. Las fotos que ilustran esta nota son imágenes de archivo.
BAC Canberra
El Canberra es un bombardero mediano diseñado en la década del 50 en Inglaterra. Fue uno de los primeros bombarderos a reacción utilizado por las fuerzas occidentales en la postguerra. Sirvió para las fuerzas aéreas de Reino Unido, Canadá, Alemania, Francia, Ecuador, Venezuela e incluso Estados Unidos en una versión construida bajo licencia denominada B-57. El Canberra fue el último bombardero utilizado en Argentina. Fue adquirido por la Fuerza Aérea en 1970 en un lote de 12 aeronaves. Su base de operaciones fue la II Brigada Aérea de Paraná.
Durante la Guerra de Malvinas los Canberra operaron principalmente desde Trelew y realizaron misiones de ataque a buques y bombardeos nocturnos. Incluso realizaron misiones de interdicción bombardeando en medio del atlántico y frente a las costas de Brasil a un buque tanque que brindaba apoyo a las fuerzas británicas. El Canberra matrícula B-109 expuesto en el Museo Nacional de Aeronáutica tiene el mérito de ser el último avión en atacar a las fuerzas británicas el mismo 14 de junio en la madrugada cuando bombardeó posiciones enemigas cerca de Puerto Argentino. Llegó en vuelo a Morón tras su desprogramación en abril de 2000 y se lo aprecia impecable.
IA-58 Pucará
El Pucará es un avión de diseño y fabricación nacional, bi turbohélice pensado como avión de ataque y contra Insurgencia. Comenzó su vida operativa en la Fuerza Aérea Argentina a principios de los 70 y fue exportado a Uruguay, Colombia y Sri Lanka. Fue el producto más exitoso de la Fábrica Militar de Aviones y el único en entrar en combate, no sólo en manos argentinas sino también en Sri Lanka.
Durante la Guerra de Malvinas fue el único avión de combate de la Fuerza Aérea que operó desde las islas. Voló desde el aeropuerto de Puerto Argentino y desde la BAM Cóndor, el aeródromo de Pradera del Ganso. Se utilizó en ataques a la tropa británica, como caza helicópteros y en misiones de exploración armada. Se perdieron 24 aviones e incluso varios fueron llevados a Inglaterra para de evaluación y uno llegó a volar con escarapela inglesa. El Museo Nacional de Aeronáutica tiene en exposición uno de los prototipos del Pucará, el AX-01, primero de la preproducción en serie que tiene mínimas diferencias visibles a los que voló la Fuerza Aérea en el 82.
Fokker 27 y Fokker 28
Se trata de aviones de transporte y carga que fueron la columna principal, junto con los C-130 Hércules, de las operaciones de traslado de material entre el 2 de abril del 82 y el inicio de los combates el 1 de mayo.
El Fokker 27 es un avión de transporte, bi turbohélice, con capacidad para 40 soldados o 30 camillas. Ingresó a las filas de la Fuerza Aérea a fines de los 60 y realizó tareas de transporte, carga, paracaidismo, transporte sanitario, vuelos regulares de LADE, etc. En la Guerra de Malvinas realizaron más de 300 misiones sin ninguna pérdida. En Morón se expone el matrícula T-42 que tras su baja de la Fuerza Aérea perteneció a la empresa CATA, que habitualmente operó desde Morón, y luego fue restaurado para su preservación en el MNA.
El Fokker 28 es un avión de transporte con dos turborreactores a cada lado de su cola. Con capacidad para 80 pasajeros en vuelos medios y cortos, fue utilizado por muchas aerolíneas en todo el mundo. Empezó su historia en la Fuerza Aérea en 1975 y continúa aún hoy con más de 45 años de vida y vuelos. El avión preservado en el MNA finalizó su vida operativa como avión presidencial.
Escuadrón Fénix
La aviación civil también participó de la Guerra de Malvinas cumpliendo misiones sumamente riesgosas. Enfrentando peligros sin equipos militares ni de supervivencia. Se trató de misiones de patrullaje, vigilancia, transporte, guía de escuadrillas de combate, aerofotografía, enlace y hasta de diversión en las que simulaban ser aviones de combate dirigiéndose hacia la flota británica para obligar a los ingleses a despegar un interceptor. Tras la alerta por el avión enemigo en el aire, regresaban al continente generando desgaste al enemigo o llamando la atención de los interceptores mientras al ras del mar ingresaban los verdaderos cazabombarderos.
Este escuadrón está representado por un helicóptero Bo-105 que perteneció al Ministerio de Bienestar Social y un Learjet 25, matrícula LV-OEL, que en 1982 era propiedad de la Editorial Sarmiento y que voló, a los mandos de Roberto Pignato, como parte del Escuadrón Fénix. En 2016 fue donado por MacAir Jet S.A. para que sea expuesto en el MNA.
CH-47 Chinook
Helicóptero pesado de carga y transporte con una cualidad inconfundible, posee dos rotores en tándem que le permite elevarse con mucho peso e incluso con carga externa. En Argentina, tanto el Ejército como la Fuerza Aérea operaron este tipo de aeronave. Las dos fuerzas llevaron sus Chinook a las Islas Malvinas después del 2 de abril de 1982. Los Chinook matrícula AE-520 y AE521 del Ejército se perdieron en Malvinas, uno fue abandonado en el aeropuerto de Puerto Argentino por problemas técnicos y otro fue destruido en tierra cerca del Monte Kent en un ataque de Sea Harrier. Los helicópteros de Fuerza Aérea lograron regresar hacia el final de la contienda. El MNA presenta en su muestra el Chinook matrícula H-91 con colores antárticos. Este helicóptero fue declarado tumba de guerra ya que en su interior, en un traslado sanitario, fallecieron dos heridos provenientes de los ataques a Pradera del Ganso el 1 de mayo del 82.
A-4B Skyhawk
El Skyhawk es un avión emblemático en la Fuerza Aérea Argentina. Comenzó a volar en los cielos argentinos en 1966 y actualmente el A-4AR Fightinghawk, una versión ampliamente mejorada del mismo diseño y adquirido a fines de los noventa, sigue siendo el avión principal de la fuerza. Se trata de un cazabombardero subsónico monomotor robusto y potente que sirvió en la Navy norteamericana y en su Cuerpo de Marines. También fue operado por Israel, Brasil, Australia, Kuwait, Singapur y otros. Incluso, actualmente es uno de los modelos utilizados por empresas privadas que brindan servicios con aviones de combate a fuerzas de occidente en rol de agresores.
La Fuerza Aérea adquirió 50 A-4B a mediados de la década del 60 y los operó en la V Brigada Aérea de San Luis. Fueron los primeros aviones en el país con capacidad de reabastecerse en vuelo. En 1982 operaron desde Río Gallegos y fueron los responsables de los mayores daños a la flota y tropas británicas. El MNA conserva dos A-4B, los matrícula C-207 y el C-240. Ambos realizaron varias misiones en el atlántico Sur. El primero participó en los ataques al HMS Brillant el 12 de mayo y al HMS Coventry el 25 de mayo y muestra en el lateral de su cabina las Kill Marks que recuerdan a sus acciones. El 240 participó en los ataques a la HMS Antelope, el 24 de mayo, y del RFA Sir Galahad el 8 de junio. Los A-4B volaron hasta marzo de 1999 cuando fueros desactivados.
A-4C Skyhawk
Se trata de un avión casi idéntico al A-4B pero con mejores prestaciones. Cuenta con un motor más potente, mejoras en aviónica y electrónica alojada en una nariz más larga y algunas características extras heredadas de modelos posteriores del Skyhawk. La Fuerza Aérea adquirió 25 de estos cazabombarderos en 1975 que volaron desde la IV Brigada Aérea de Mendoza.
Durante la Guerra de Malvinas operaron desde San Julián y realizaron misiones de ataque a buques y tropas. Cuatro de estos aviones, conformando la escuadrilla zonda, participaron del ataque al portaaviones HMS Invincible junto con dos aviones Super Etendard de la Armada Argentina. Fue el último A-4C en volar en Argentina cuando arribó en abril de 1999 a la Base de Morón para sumarse al Museo Nacional de Aeronáutica y participar, junto con el C-207, del festival aéreo ASSA 99.
La muestra del Museo Nacional de Aeronáutica se completa con otras aeronaves que también participaron en la Guerra de Malvinas como aviones de enlace, helicópteros, o transportes, como el IA-50 Guaraní, el Bell UH-1H en el que aún se aprecian sus distintivos de Ejército, u incluso un gigante C-130B, muy similar a los que se usaron en la contienda. Además, se preservan otras máquinas que con sus vuelos construyeron la historia aérea del país.
A 40 años de la Guerra de Malvinas, poder contar con los elementos, las armas, las historias y relatos de lo que ocurrió al sur, es una herramienta fundamental para poder conocer y entender la historia común. Es posible al recorrer el MNA toparse con esas historias, o incluso con sus protagonistas, rodeados de aviones invaluables.
Castelar Digital quiere agradecer especialmente al Director del MNA, Mayor Christian Rumachella, y al Suboficial Mayor (R) Walter Bentancor por su acompañamiento y asesoramiento en la producción de esta nota.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.