Desde la vista de pájaro, Castelar, con apenas alejarse del centro comercial, se aprecia en colores verdes y rojos. Los árboles y las tejas de los chalets tiñen el paisaje. Casonas antiguas, casas de tejas coloniales y francesas que le dan su impronta arquitectónica a la ciudad. Desde las históricas quintas, muchas desaparecidas, a los chalets más modernos, entre todas las casas de la ciudad hubo una que se transformó en un mojón en el ejido urbano.

La Casona de la familia Gotter estuvo ubicada en Carlos Casares y Sarmiento, a seis cuadras de la estación y fue una verdadera mansión. Construida en la década del 40, supo mostrar su esplendor hasta fines de los 90.

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El Instituto y Archivo Histórico Municipal de Morón es una institución de servicio a la comunidad dedicado a la investigación, conservación y difusión de la historia y el patrimonio moronense. Ofrece documentación histórica, biblioteca, hemeroteca y archivo audiovisual, en gran parte digitalizado. Publica la Revista de Historia Bonaerense, de amplia difusión a nivel nacional. Realiza talleres de historia en los barrios, muestras fotográficas y documentales, recorridos histórico-turísticos, cursos y congresos, interactuando con todos los niveles educativos. Ademas, en sus redes sociales publica artículos, recortes, fotos y secretos de distintos sectores de las ciudades que componen el Partido de Morón y la historia común de sus habitantes.

Hace pocos días, publicaron la historia de la Casona Gotter con fotos que poco se han difundido o son, directamente, inéditas. A continuación la publicación de la historia de la casona que fue un ícono en la zona y que siempre dispara miles de anécdotas y comentarios.

Ubicada en la esquina de Carlos Casares y Av. Sarmiento, fue construida por Antonio de Marco como regalo de bodas para su hija en 1944. Sin embargo, a los ocho días de celebrarse el matrimonio se separaron y la casa quedó deshabitada y cerrada hasta 1954, cuando la compraron los Gotter.

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El Sr. Gotter era descendiente de una familia italiana que había llegado al país a principio del siglo pasado radicándose en Morón y estableciendo un pequeño comercio ramos generales sobre la calle Mendoza. Cuentan quienes lo conocieron que tenía una infatigable capacidad de trabajo y un gran sentido del humor. Disfrutaba mucho ocupándose personalmente de los cuidados del jardín vestido con su atuendo de ropas gastadas y sombrero de paja. En más de una ocasión, algún caminante, viendo un jardinero que trabajaba con tanto esmero, le ofrecía trabajo en su casa a lo que él le respondía que no podía porque “no podía fallarle al patrón”.

El lugar donde estaba ubicada y las características de sus techos altísimos y empinados le daban a la propiedad un aspecto imponente. A lo largo del tiempo, sus propietarios le fueron sumando una pérgola (aún se conserva en la casa de al lado), glorieta, frontón, pileta, cancha de fútbol, cancha de croquet y una cancha de pelota paleta. En los años 70 se veía en el parque coloridos loros y papagayos en su jaula.

En su piso pulido se hicieron numerosas fiestas, entre ellas la del casamiento de los hijos de la familia Gotter, Celina, Narciso y Guillermo, quienes vivieron allí casi hasta su fallecimiento, a fines de la década del 80.

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La casa se vendió en 1991 y luego de no prosperar varios proyectos de desarrollo inmobiliario, la desmantelaron para vender sus partes de mejor calidad, dejándola gravemente mutilada.
Hacia 1999 la propiedad fue loteada quedando en el lote principal un local de gastronomía que tampoco prosperó.

Existen otras historias de casas, quintas y casonas en la zona que también han tenido su espacio en Castelar Digital. Desde la Quinta Seré, que en sus terrenos albergó la Mansión Seré, de la que al día de hoy se conservan solo algunos segmentos de su predio, pasando por la escondida Villa Italiana que sorprendió en su publicación por estar en pleno centro de Castelar y ser desconocida por la mayoría de sus habitantes. También la columnista Julia Sierra narra sobre su casa natal, la que considera La Casa Más Linda del Mundo. Y no puede quedar afuera de este recuento la casa natal de María Elena Walsh, que si bien no está en Castelar, este medio tuvo la oportunidad de recorrer y se puede visitar en el video que acompaña a la siguiente nota.

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