Las miradas se pierden en la altura y en sus aberturas. Todo vecino que pasa por la puerta se detiene unos minutos para contemplar la magistral obra que remite al corazón de Roma, pero ubicado sobre la calle Barcala en Ituzaingó. Rubén Díaz, el creador de la Torre Santa Rosa, el Ituobelisco y el Arco del Triunfo de Carlitos Balá, lo hizo otra vez. Cumplió uno de sus proyectos, uno de sus sueños, y le regaló a la Zona Oeste otro monumento histórico e internacional pero con su estilo y firma.

Dos pisos de altura, con pinturas y diseños en 3D que amplifican su tamaño e impacto, el Coliseo de Ituzaingó está en plena construcción pero ya se reconocen sus formas y se puede proyectar, al recorrerlo, cómo será cuando se abran sus puertas al público. Con destino gastronómico, será el blanco de millones de fotos. “Queremos ‘destorreizar’ a Ituzaingó. Que la Torre Eiffel deje de ser el monumento más importante, ahora va a ser el Coliseo”, explicó a Castelar Digital Rubén Díaz.

“¿Qué imperio podría vencer a la Torre Eiffel? Uno solo, el Imperio Romano. El Coliseo viene para quedarse y ser el número uno. No va a ser un monumento más, una obra más, viene a conquistar Ituzaingó”, dispara orgulloso mientras recorre junto con el equipo periodístico la obra ubicada en Barcala, entre Tres Árboles y Treinta y Tres, a menos de cinco cuadras del Acceso Oeste y a poco más de diez cuadras del Arco del Triunfo de Carlitos Balá.

El Coliseo Romano de Ituzaingó está en plena obra. En su interior albañiles, herreros, pintores y obreros trabajan a contra reloj. Según el proyecto de Rubén Díaz, la obra deberá estar lista para marzo, con la intención de inaugurarse con un evento con todo lo necesario para presentar un monumento internacional en el medio del Conurbano. El destino del Coliseo será gastronómico, con 200 metros cuadrados cubiertos, cuatro baños, dos pisos, 8 metros de altura y un pequeño anfiteatro en el patio. Además tendrá leones, extraterrestres y, posiblemente, hasta a Charly García entre el público: “Va a tener gladiadores en movimiento, va a tener leones que rugen, el sonido del público del coliseo, un laberinto por donde salen las escaleras para ir a la arena, para salir al ruedo. Va a haber personajes conocidos sentados en la tribuna, Charly García, que viene a vernos. Va a tener naves espaciales también, porque en toda obra antigua hubo naves espaciales. El techo va a estar pintado de tal forma que parezca abierto, porque el Coliseo real es a cielo abierto. Va a haber naves espaciales que van a reflejar una luz azul, que va a reflejar sobre el cielo celeste, más claro. De un lado va una luna y en la otra punta un sol, en el medio un esfumado. Quizás en el medio haga un quiebre de 50 centímetros y poner el firmamento, con galaxias, con todo, como que los platos voladores pasaron por ese agujero en el cielo”, proyectó el arquetista. Además, el Coliseo contará con un sector VIP con un sillón especial para un emperador, nobles y cortesanos.

“La idea es que me lo alquile mi hijo, que para terminar las cosas es genial. El Bar de Moes lo hicimos juntos. Él hizo la parte de adentro, yo lo de afuera. El Bar Ribbon también lo hicimos juntos, se qué esto lo va a dejar a la altura de lo que estamos hablando. Las cosas que hacemos juntos salen mejoradas para los dos, porque yo tengo las virtudes que él no tiene y él tiene las virtudes que yo no tengo. Tiene muy buen gusto y no le pone límite”, completó.

Las obras de Rubén Díaz en Ituzaingó se han transformado en destinos turísticos urbanos. Todos los días cientos de vecinos se detienen frente a sus construcciones para tomarse fotos. En las redes sociales siempre aparecen sus obras, y muchos usuarios especializados en el conurbano destacan su trabajo. La más significativa, pero no la primera, es la Torre Santa Rosa, aquella que imita a la Eiffel pero que está ubicada en Lavalleja y Santa Rosa, en el límite con Castelar. El Arco de Triunfo de Carlitos Balá se encuentra en Boulevard Fleming, también está la Torre de Pisa en Posta de Pardo y Ratti, el Obelisco de Ituzaingó, conocido también como el Itubelisco, está en Oribe y Santa Rosa, la Estación Ratti, que cuenta con andén y un viejo coche de pasajeros de subte que oficia de tren, está ubicada en Ratti al 3200 y, quizás el proyecto más ambicioso de Rubén Díaz, el Condado Border se encuentra en Santa Rosa, en el límite entre Castelar e Ituzaingó y comprende a varios bares y restaurantes de la zona, incluida la Taberna Ribbon y la esquina donde se pintó la Estación Springfield, también con la firma de Germán Murat.

“A esta altura si digo que hago la Muralla China me preguntan dónde. Si digo que hago el Al Arab de Dubai pero más grande, me preguntan cuánto más grande. La gente ve que uno cumple lo que dice y entonces creen en lo que uno dice. Hace 5 años yo tenía una pared vacía y decía que iba a hacer un montón de cosas y no me creían porque no había nada. Pero yo soy el mismo, no soy un loco ni un genio, soy el mismo, el de hace 5 años y el de ahora”, finalizó Rubén Díaz.