El Drone de Castelar Digital: A vista de pájaro pero con cuatro motores
Por: Leandro Fernández Vivas.El Drone de Castelar Digital (que aún no tiene nombre propio) se transformó en un miembro elogiado del staff. Este medio de comunicación regional, ecológico y especializado en buenas noticias, siempre se identificó por mirar los sucesos de una manera distinta, por buscar el relato empático con foco en los protagonistas de las historias. Ahora, esa manera distinta de ver la realidad tomó vuelo.
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Con apenas 249 gramos de peso pero colgado de sus veloces motores, se trata de un DJI Mini SE con capacidad de trasladarse 4000 metros desde el punto de control, ya sea en vertical o a la distancia, y con una tecnología que le permite filmar en calidad Ultra HD desde la altura, estabilizado y haciendo que todo parezca de película. La información técnica realmente no importa, ya que el objetivo es mirar lugares que conocemos, que transitamos, pero desde otro ángulo.
Tutoriales de Youtube, consultas a otros droneros y experiencias ‘avioneras’ ayudaron a aprender a manejar lo suficientemente bien a la nueva herramienta periodística. Aún falta mucho, pero ya es bastante como para mirar la Zona Oeste desde arriba.
Castelar es una zona compleja para el vuelo de drones. Próximo al Aeródromo de Morón y cercano a la I Brigada de El Palomar, la altura está restringida en gran parte de la ciudad y hay sectores en donde el vuelo está prohibido. Empero, esquivando esos sectores y no superando el límite, se puede mirar a la ciudad desde la altura. La Plaza Cumelén, por ejemplo, es imposible de tomar en una sola toma. Larga y con forma de cuchillo, está en la zona de altura restringida, pero desde poco más arriba que los árboles más altos se aprecian sus orígenes ferroviarios, se pueden ver como las vías que conforman sus caminos continúan más allá de sus límites en sentido a la estación y también se pueden apreciar, desde un ángulo que sólo conocen los aviones, al Depósito Castelar. El inmenso galpón que protege a los trenes del Sarmiento, brilla en tonos metálicos mientras el sol cae hacia el oeste.
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La estación también es distinta desde la altura. Las proporciones y apreciaciones cambian. Los andenes parecen pequeños, apenas unas lonjas de cemento junto a las formaciones del tren. Pero la barrera parece enorme, el paso a nivel que conecta el sur con el norte y visceversa, desde la altura parece mucho más grande de cómo se lo ve al transitarlo a ras del suelo.
La Plaza de los Españoles presenta un damero perfecto, simétrico, con el aljibe elevado al centro de caminos concéntricos. De noche se ve aún más bella. El contraste de la copa de los árboles con las luces ubicadas por debajo transforman la plaza en un escenario distinto. La Plaza Belgrano de Castelar Sur, aquella ubicada en el corazón del histórico Barrio Parque de Castelar, está vedada. Imaginamos que se verá igual de bella que la de los Españoles, pero por estar en línea con la pista de aterrizaje de la base de Morón, nada debe volar por esa zona. La seguridad está primero y los límites se respetan. La Plaza de Morón, por su parte, con la Municipalidad en uno de sus laterales, encierra un secreto sólo apreciable desde la altura y descubierto gracias a la imaginación. Sus fuentes, maceteros, bancos y calles internas vistas desde el cenit parecen formar una calavera. En el distrito vecino de Ituzaingó, su plaza principal se presenta imponente desde el aire. Líneas anchas que simulan ser concéntricas, árboles, juegos infantiles, el carrusel y la Parroquia San Judas Tadeo completan la panorámica.
Las calles, avenidas y autopistas son otro de los espectáculos que se aprecian sólo desde la altura. El Acceso Oeste es un sinfín de líneas que se pierden en el horizonte. Autos, camiones, motos, luces, vecinos e historias que van y vienen sin agotarse. Los cruces y puentes dibujan distintos caminos, por arriba o debajo del principal. Casi ninguno de los conductores y acompañantes perciben que un zumbido los espía desde la altura. La avenida Sarmiento, en su unión con Santa Rosa, es otro punto clave, luces que van y vuelven sin cansarse, pero la Avenida Zeballos por la tarde es aún más llamativa. Con el sol cayendo y transformando el cielo con tonos cobrizos y dorados, la ex Ruta 7 parece llevarse todo hacia el poniente. El Metrobus de Haedo y el parque líneal de la vieja Gaona es otro espacio que sorprende, conjunción de líneas, colores y sentidos que obligan a tener que interpretar qué se ve realmente en dos dimensiones en una toma cenital.
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Los peligros están presentes. Cables, viento, árboles y la siempre latente inseguridad integran la tabla de análisis a la hora de decidir el despegue. Pero otro percance inesperado sorprendió al drone y su piloto. La pantalla que permite seguir en la distancia lo que ve el drone, lo que filma y fotografía, de golpe se cubre de negro. Un instante de oscuridad, el paso cercano, muy cercano, de otro habitante del cielo. Las golondrinas no se amedrentan ante el zumbido y, curiosas o belicosas, le apuntan al drone sin miedo a herirse. Ante el ataque la decisión correcta es volver a tierra. Habrá otro momento para seguir mirando desde el cielo.
Como experiencia final, quien suscribe, nuevo en el mundo de los vuelos de drones y la fotografía aérea, se encontró con la noche y sus claroscuros. Es hermoso mirar la ciudad de noche desde la distancia del cielo. Una noche, desde Castelar Sur, y sin muchas expectativas, nos elevamos al cielo para ver cómo se veía el barrio iluminado por las luces amarillas y blancas de la calle. Pero en la distancia, una luz mucho más potente llamó la atención y se ganó la foto. El Nuevo Francisco Urbano, estadio del Club Deportivo Morón, desde más de dos kilómetros y unos 150 metros de altura, se ve en la noche, cuando hay partido o actividades en su campo, como un faro que señala en la distancia dónde está Morón. Foto, video, sorpresa y vuelta a casa.
El material que obtiene el Drone de Castelar Digital se utiliza para ilustrar notas. Ya sea para mostrar la barrera de Santa Rosa, para conocer aún mejor las instalaciones de Hierros Libertad o para descubrir los secretos de la Catedral de Morón. También, una selección de las mejores fotos tomadas con el drone en la Zona Oeste componen el Calendario 2022 editado por Castelar Digital. La mirada curiosa, inquieta, sorprendida, desde las alturas de Castelar, Ituzaingó, Morón, Haedo y otras localidades. Las fotos y videos del drone ahora también están en Castelar Digital.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.