Cuando a principios de 2020 los medios de comunicación comenzaron a hablar de la llagada del coronavirus a la Argentina, pocos se imaginaban el alcance que tendría la Covid-19 por estas latitudes. La pandemia fue tal y no dejó rincón del globo sin visitar. El alcohol en gel y el tapaboca se transformaron en las principales herramientas para minimizar el contagio, las vacunas parecen ser la respuesta más eficaz, pero mientras tanto miles de científicos en todo el mundo siguen investigando y desarrollando técnicas, productos y elementos para combatir al nuevo intruso o para minimizar su propagación. En este sentido la Universidad de Morón (UM) desarrolló un dispositivo portátil que elimina el virus de manera rápida, efectiva y sin utilizar químicos.

El UniMorón Desinfector es una pistola de pequeñas dimensiones que emite radiación ultravioleta del tipo C que elimina virus y bacterias, incluidos los coronavirus. “Es un dispositivo portátil, como una linterna, con forma ergonométrica que tiene una luz led de tipo c que desinfecta superficies”, explicó ante las consultas de Castelar Digital Gabriela Leiton, Secretaria de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Morón y parte fundamental del equipo que desarrolló el Detector.

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Con el inicio de la Pandemia, la UM respondió al llamado del Estado Nacional para desarrollar acciones que ayuden a mitigar los efectos de la Covid. Desde un principio la universidad realizó dos acciones, por un lado la fabricación de alcohol en gel de alta calidad y su entrega a distintos centros de salud estatales de la región (se entregaron más de 2000 litros), y el desarrollo de un sistema eficiente de desinfección. “Se usa una luz que se está utilizando recién en sólo tres partes del mundo: en Alemania, en China y ahora en Argentina por nosotros. Importamos las luces de Canadá y creamos la pistola. Existen otros desarrollos con luz ultravioleta, pero eran tubos y tenían el problema de generar sombra, entonces siempre quedaban espacios sin desinfectar. Con el Desinfector no pasa eso”, completó la especialista.

“Se puede colgar en una habitación, en un auto, una ambulancia o una sala de espera. Desinfecta sin sombra, toda el área. Además, la desinfección lleva muy poco tiempo de exposición, es muy potente. En muy pocos minutos desinfecta una superficie y, como es portátil, una persona puede llevarlo en la mano y desinfectar superficies difíciles de desinfectar como picaportes, teclados de computadora, el respirador artificial, los tubos de oxigeno, superficies que tienen que estar desinfectadas a cero y que es muy difícil desinfectarlas con cualquier otro dispositivo y queda solo desinfectar a mano, con alcohol o lavandina, y queda expuesto al error humano que siempre existe”, señaló Leiton.

Si bien sistemas de luz UV-C ya se implementan en industrias alimenticias o sectores de sanidad, demandan mucho tiempo de exposición y son instrumentos grandes. El Detector es portátil, a batería y se recarga como un celular.

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Durante el proceso de desarrollo los investigadores utilizaron distintos escenarios de la universidad como campo de pruebas. Ante el aislamiento y el paso de las clases a la virtualidad, el edificio de la casa de altos estudios quedó vacío y a disposición de los científicos: “hicimos múltiples ensayos, la UM compró bacterias y virus y pudimos hacer un trabajo de campo interno muy amplio. Probamos en distintas superficies para comprobar que por donde pasaba el UniMorón Desinfector quedaba todo desinfectado. Probamos en los botones del ascensor, un lugar icónico, donde mucha gente se ha infectado de otras cosas. El Ingeniero Jorge Almandoz y el Técnico Alfredo Irusta estuvieron siempre al frente del plan, desarrollando el proyecto de manera eficaz, muy responsable. En los peores momentos de aislamiento iban a la universidad dos veces por semana a trabajar en conjunto para poder llegar a lo que hoy es esta maravilla, este dispositivo.”, en palabras de la investigadora. El equipo lo completa a Martín Salinas, además de  Marcelo Mignone y Claudio Cervino quienes hicieron los ensayos microbiológico que demostraron la efectividad del invento de la UM.

La radiación ultravioleta utilizada es la conocida como tipo c. Existen tres tipos de luces ultravioleta que de manera natural produce el sol, cada una sucesivamente con mayor energía y menor largo de onda. La UV-A es la responsable de las arrugas de la piel y el bronceado. La UV-B es medianamente nociva, puede generar quemaduras y, con el paso del tiempo, algunos tipos de cáncer. LA UV-C es la más riesgosa, la más energética y de onda más corta, pero es filtrada por la capa de ozono de la atmósfera por lo que llega muy poca a la superficie terrestre. La UV-C se utiliza para la desinfección de grandes espacios ya que inhibe la multiplicación de los virus.

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Tras el desarrollo llegó la etapa de diseño que le dio su forma de pistola y su practicidad para el uso incluso dentro de los hogares. Además, la UM patentó su invento y ahora está pronta a cerrar acuerdos con empresas de la zona para comenzar su producción industrial. “Ahora estamos trabajado para que sea una realidad, para que la gente lo pueda tener y usar. Es muy importante en este momento que estamos viviendo, que empezamos a salir y empezamos a tocar, desinfectar va a ser clave”, finalizó la Doctora Gabriela Leiton.