Showcenter y Al Oeste: 24 años de entretenimiento, cine y adrenalina
Por: Leandro Fernández Vivas.Hace 24 años el mayor centro de entretenimientos de la zona comenzó a funcionar para competir de manera directa con el Shopping Plaza Oeste pero apostando por los videojuegos, juegos mecánicos y otras atracciones antes que por los locales comerciales. Frente al Makro de Haedo, en la intersección de Güemes y Defensa, nació Showcenter.
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El predio donde se construyó el complejo anteriormente había canchas de futbol y de paddle bajo el nombre El Palmar, según publicó el Instituto y Archivo Histórico de Morón en sus redes sociales. Allí primero funcionó la quinta de Bonelli, dedicada a la producción de verduras. Luego fue un baldío, utilizado para jugar por los chicos del pueblo de Haedo. También fue predio para quema de basura hasta que se transformó en potrero a partir de la década del 40. Tras El Palmar llegó el turno de los cines.A mediados de los 90 el grupo Macarone, el mismo que construyó en 1988 el Patio Bullrich, el primer shopping de la Ciudad de Buenos Aires, puso sus ojos en Haedo con el objetivo de erigir un centro de atracciones cercano a Ramos Mejía y que tuviese como público a toda la Zona Oeste. La manzana entre Defensa, Bayle, Fray Lamas y con frente a la Avenida Güemes fue ideal para el proyecto. Con conexión a la avenida Presidente Perón, a la autopista Acceso Oeste y a la barrera del ferrocarril Sarmiento que lo conectaba con Rivadavia y todo el Conurbano.
La obra sorprendió al barrio. Decenas de obreros, camiones hormigoneros y toneladas de hierros coparon el lugar. Muchos de los materiales utilizados los brindó la firma Hierros Libertad. Con varios pisos, varios subsuelos y todo listo para sorprender la región, el 27 de junio de 1997 abrió sus puertas Showcenter.
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La propuesta era imbatible. 14 salas de cine, incluidas dos con capacidad para más de 500 personas, lo transformaron en el complejo más grande del país. En la fachada del centro comercial se instaló una cartelera de filas que mostraba cada película proyectada, horarios y sala para poder decidir incluso desde la vereda. En su interior, un recorrido en u hacia la derecha invitaba a ver vidrieras comerciales hasta llegar a Neverland, el parque de juegos mecánicos. Un gran salón frente al Showcase era la antesala de una gran escalera que conducía al primer piso completamente ocupado por videojuegos, Laser Shots, que para la época era lo más moderno en diversión en grupo y electrónica, y un sector superior en donde estaba el bowling. También en ese piso superior supo haber un serpentario y otras atracciones semipermanentes. En la entrada hacia la izquierda se accedía a un patio de comidas circular donde el visitante se podía encontrar con todas las franquicias de la época, desde McDonalds hasta Burger King pasando por Wendys, Lomitón y otros que ya no existen. Supo contar con un bar temático especial, el TyC Café, inaugurado en marzo de 1998, dedicado al fútbol y otros deportes y vinculado a la señal de noticias deportivas de la tv. Además, contaba con estacionamiento en dos niveles para 1500 autos.Su momento de apogeo lo vivió en 1999 cuando en plenas vacaciones de invierno llegó a vender 25.000 entradas de cine en un solo día, un miércoles con entrada a $3.50, y promediar los 100.000 tickets por semana, record aún no alcanzado por ningún otro complejo o sala del país.
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Para la misma época en el salón principal se instaló El Castillo del Terror, un recorrido de aventura de temática de terror y horror que invitaba al público a divertirse con mucha adrenalina. Se recreaban escenas de culto de películas del género mientras un pequeño grupo de visitantes, habitualmente adolescentes, recorría distintos espacios ambientados en escenografía y sonidos. No faltaba un Drácula en su ataúd que despertaba ante el grupo, un exorcista con su paciente posesa en una cama o un Jason con motosierra en mano corriendo, a distancia segura, a los asustados concurrentes, entre otras representaciones. El sector de juegos mecánicos también siguió creciendo, a la montaña rusa con forma de dragón, a los autitos chocadores y al siempre frenético samba, se le sumó Freefall, una columna con varios asientos que luego de elevar a un pequeño grupo de curiosos en el exterior del complejo y aún por arriba del techo, los soltaba en una caída libre controlada.También fue escenario de shows y recitales. Aún hay vecinos de la zona que recuerdan con asombro cuando una joven Christina Aguilera cantó, en pleno apogeo de su carrera, en el Showcenter de Haedo. Lo mismo hicieron Los Sultanes, Bersuit Vergarabat, que grabó parte de su disco De La Cabeza en ese show, JAF, MAM, Almafuerte, Ska-p, Todos Tus Muertos, Los Caballeros de la Quema, Ataque 77 y otros. Los Fabulosos Cadillacs tocaron en Showcenter el 26 de enero de 2002 siendo el último show previo a la separación de la banda que devino tras el disco Hola y Chau. También se habilitó Bloody, un boliche que complementó al cercano Pinar de Rocha y convocó publico hasta de la Ciudad de Buenos Aires.
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Con el nuevo siglo el lugar empezó a perder público y atractivos. Algunos comercios cerraron y varias franquicias se fueron. Se redujo el patio de comidas y se anularon algunos sectores, pero en 2005 se reformuló bajo otro nombre. Surgió Al Oeste Shopping con una propuesta más tradicional, con locales comerciales pero manteniendo las 14 salas de cine y los juegos mecánicos. Además, sumó al hipermercado Carrefour que aprovechó el gran espacio del patio de comidas y el estacionamiento gratuito del complejo.Quizás ya sin los brillos de su mejor momento ni la ostentación propia de los noventas, Al Oeste sigue encerrando aquellas anécdotas e historias de una generación de vecinos que disfrutó Showcenter y hoy lo sigue eligiendo como punto de encuentro, de compras y como el mejor complejo de cine de la región.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.