Las manos se mueven gráciles sobre un puñado de cartas. Giran suavemente y muestran un número irrelevante pero de un palo en particular. Un nuevo giro y la misma carta ahora es otra, de otro color. La pica se transformó en corazón, por arte de magia. No hay aplausos pero a la sonrisa del artista le llueven likes y corazoncitos, el escenario es apenas un pequeño cuadradito animado en Instagram.

Nicolás Garat es mago. Se dedica a shows de humor donde la protagonista es la magia, pero ante la ausencia de espacios dispuestos durante el Aislamiento que exigió la pandemia de coronavirus, encontró en sus redes sociales más que un lugar para difundir su arte, encontró un nuevo escenario. En Instagram tiene más de 45mil seguidores y en TikTok supera los 450 mil.
“La magia es un arte. Se aprende, se estudia y se hace”, explicó Nicolás Garat ante las consultas de Castelar Digital y completó, “dicen que la magia es la Reina de las Artes porque puede ir con música, con baile, con dibujo, con humor”.

“Al escenario lo disfruto mucho, me divierto y la gente se divierte"

De lunes a viernes es Gerente de Ventas de equipamiento médico en una firma de Morón. Pero los fines de semana se sube a los escenarios para realizar su show. Con fechas en el Paseo La Plaza de la calle Corrientes, junto con el humorista y actor Javier Moriset, también se hace tiempo para sumar su espectáculo a fiestas y eventos. “Al escenario lo disfruto mucho, me divierto y la gente se divierte. En cambio la magia que hago en las redes sociales es la magia de cerca, ‘close up’. Trabajé muchos años en restaurantes, me acercaba a la mesa y les hacía magia. Y esa es la magia que hago en las redes sociales, es más visual. Viví en Paraná y llegué a hacer shows para 1500 personas, pero lo que más me gusta son las fiesta privadas. Cumpleaños de 40 a 70 es donde la gente más  se divierte. Son todos familias, todos amigos, es donde más se divierten”, señaló el vecino.

Su vocación comenzó como un juego. Con no más de siete años sus padres le regalaron kits de magia los que aprendió de punta a punta y presentó a amigos y familiares. Cada nuevo kit era un desafío a batir. Pero un día desde el público de un teatro porteño presenció lo que luego elegiría para su vida. A mediado de los noventas el ilusionista David Copperfield alcanzaba la cúspide de su carrera y una extensa gira lo llevó a presentarse en Argentina. Desde una butaca un pequeño Nicolás Garat quedó maravillado: “mi primer kit de magia me lo regalaron, hacía todos los trucos que traía. También había un puesto en Morón que vendía trucos de magia y los iba comprando. Pero cuando fui a ver a Copperfield me emocioné, era muy chico, pero me entusiasmé”, recordó.

Tras los kits de magia vinieron los libros y la profunda lectura. Fue un mes a un curso de magia dictado por un mago profesor en Haedo, pero prefirió aprender por su cuenta con el consejo de magos y conocidos, los mismos que él admiraba e iba a ver. Con los años lo que empezó por placer y juego se transformó en oficio y quehacer. “Soy cartomago, hacer magia con cartas me apasiona. Pero en escenario es otro tipo de magia. La magia es única, me acompaña a lo largo de la vida”.

"Muchos magos se enojaron conmigo, pero yo siento que es envidia"

Durante el 2020 la industria del espectáculo quedó congelada. Sin escenarios, la mayoría de las expresiones artísticas perdieron su ambiente natural. Nicolás Garat apostó por sus redes sociales para seguir haciendo magia. Incluso en su Instagram comenzó develar algunos secretos de la magia, pequeños trucos y recomendaciones que maravillaron a sus seguidores pero enojaron a algunos colegas: “muchos magos se enojaron conmigo, pero yo siento que es envidia. Lo que estoy revelando no es un verdadero juego de magia. Le estoy enseñando a hacer un truquito para que un padre en su casa le pueda hacer un truco al niño, para que el nene le haga al padre mientras estaban encerrados. Se enojaban pensado que lo hacía por conseguir seguidores y no, metete en lo tuyo. No es que revelé grandes secretos de la magia o técnicas. Fue con criterio, lo hablé con otros magos que también que estaban haciendo lo mismo. No es como el mago enmascarado que tenés que tener un escenario, dos rubias y un tigre para poder hacerlo. Acá era abrir un cajón, sacar unas banditas elásticas, las biromes y te enseño a hacer magia con esto”.

Trucos con cartas, con billetes, monedas que aparecen o se multiplican y hasta pañuelos que atraviesan celulares. Sus videos son un sinfín de ilusión y entretenimiento. Están quienes buscan descubrir el truco y quienes prefieren disfrutar el show, los dos igualmente quedan atrapados por la magia. Además, hay muchos otros que consultan con una curiosidad extra, con la intención también de ser magos o empezar a incursionar en el mundo del show y los trucos: “La recomendación a cualquiera que esté empezando con la magia es que lean, porque generalmente está todo en internet, de manera visual, pero lo malo de eso es que al ver el video lo que ocurre es que copian al otro mago y pierden su esencia. Al leer solo les dice cómo poner los dedos y la magia ocurre, los argumentos que vos decís no es lo mismo que dice la persona en la pantalla. Lo copias, entonces hay de repente un grupo de maguitos haciendo todos los mismo por todos lados. Yo leí una rutina hermosa que la hacen muchos magos pero yo la hago a mi manera, digo ciertas cosas durante la rutina porque son de mi personaje y funcionan, causan mucha gracia. He visto magos haciéndola igual que yo. Todos copian al principio, vos te compras una guitarra y no tocas tus canciones, tocas canciones que ya hicieron otros. Pero si van a copiar que lo hagan del libro y no de una persona. Y si me necesitan que me contacten”, finalizó Nicolás Garat, el Mago de Morón.