¿Monorriel? Llegó el tren a la Taberna de Moe
Por: Leandro Fernández Vivas.Condado Border es una micronación creada por Rubén Ángel Díaz, el mismo arquetista que erigió en Ituzaingó la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo y el Obelisco, entre otras obras. A fines de 2020 presentó su territorio gastronómico y cultural que engloba la zona gastronómica de Santa Rosa (Ver: Rubén Díaz presentó su micronación Condado Border) y en el centro geográfico de su creación se encuentra la Estación Springfield, un mural con perspectiva que propone a cada vecino la posibilidad de contar con ferrocarril en medio de la vereda.
La Estación Springfield se conecta con otra propuesta de Díaz, la Estación Ratti que cuenta con su propio tren y estación creados a partir de coches de subte. (Ver: Conocé por dentro la última obra de Rubén Díaz). Pero no es el único medio de transporte anclado en la zona, en la vereda de en frente, el bar Ribbon tiene también su propio tren. Se trata de otro frente de subte pero que con los ploteados correctos es el Monorriel de Castelar, en la taberna más famosa del oeste.
Germán Murat sigue pintando. La estación y el tren están terminados, pero a un lado nace un retrato gigante de Frida Kahlo que complementan a la obra principal pero llama aún más la atención. “Admiro mucho el trabajo y la obra de Rubén y como a él le gusto el trabajo que habíamos hecho en Ribbon, me convocó para pintar la estación de Springfield. Me contó de Condado Border, su idea de un territorio gastronómico que te permita ir visitando obras de arte mientras salís, comes, tomas algo. Me pareció un golazo. En diciembre nos juntamos en un bar, a tomar café y a cranear el proyecto de la estación”, explicó el artista a Castelar Digital.
El Bar Ribbon, la taberna más parecida a la de Moe que se puede encontrar en el oeste, abrió sus puertas la primera semana del 2020 y en su interior los fanáticos de Los Simpsons encontraron un sinfín de referencias a la serie. Desde el autobús de Otto al cuadro del barquito que decora el living de la familia, pasando por el limonero de Springfield, aquel que fue disputado por Shelbyville. Todos llevan la firma de Germán Murat, incluso la pared en 3D que terminó en noviembre de 2020, cuando pudieron reabrir los bares tras el aislamiento, que muestra a Homero y Barney compartiendo una cerveza en Ribbon.
Pincel en mano y siguiendo las líneas que en el centro de la imagen se pierden en el infinito, Murat responde a los saludos y charla con los curiosos vecinos. Explica el estilo, el por qué de la creación de una estación de tren en la pared y señala los detalles. En la otra vereda de la ochava, Rubén Díaz pintó el que será el primer castillo de Ituzaingó.
Germán Murat es pintor y cursa la carrera de Profesorado de Artes Visuales, con orientación a Pintura, en la Universidad Nacional de Arte. Empero, el vínculo de Murat con el arte comenzó en su niñez. Con apenas diez años escribió poesías y cuentos pero al crecer fue la música el canal conductor de su expresión. Comenzó con la guitarra y formó varias bandas que transitaron el oeste, las canciones le permitieron plasmar en las letras mucho de lo que había leído y escrito. Viejos Duendes fue una de sus bandas, la que llegó a tocar con Sergio Toloza, de Viejas Locas, sobre escenarios del Conurbano. Pero un accidente en moto le imposibilitó volver a su instrumento. Allí, por necesidad creativa e impulso, nació su carrera como pintor. “Me operaron la muñeca y ya no pude volver a tocar la guitarra como antes. Ahí vendí todos los instrumentos... depresión. No sabía qué hacer con mi vida hasta que una amiga me recomendó la UNA y ahí encontré un mundo nuevo. Cuando arranqué no sabía nada de pinceles, nunca había pintado en serio antes. Los primeros años fueron de exploración, pero hubo un día en noviembre de 2017 en que pinté mi primer cuadro, sólo por la necesidad de pintar, como una necesidad imperiosa, ganas que no podía contener, y desde ahí no paré”, rememoró Murat sobre aquella explosión de arte trascendental.
Sus cuadros y murales están por todo el oeste y hasta llegó a pintar en Paris de la mano de Jorge Orta. Ahora deja su impronta en Ituzaingó, dentro del Condado Border. “La técnica que uso es Impresionismo, es una pintura con manchas. Use una paleta desaturada, usamos cinco latas de pintura, los colores primarios: amarillo, rojo y azul. Y sumamos blanco y negro, con esas latas podes armar los colores que quieras. Con Rubén armamos algunos bocetos, hasta que encontramos uno definitivo. Le comenté la idea que yo tenía para ponerla en marcha, un estilo más realista de pintura, pero con colores que llamen la atención, que sea algo lindo de apreciar, que los vecinos puedan pasar y sacarse fotos. Al lado estamos armando el Tren Frida que es más surrealista, como un lado B de la Estación Sprinfield. Rubén aporto su toque, me llenó de ideas para ese costado. Yo dibujé Frida, pero él me dijo que quería algo más libre de ese lado, así que agarro unos pinceles una tarde y me mostro como quería direccionar ese lugar... ahora tengo el puntapié inicial para perfeccionar ese lateral”, completó Murat.
En la vereda de enfrente, del lado de Castelar, también las miradas se sorprenden. Homero Simpson, con su traje de conductor, y Ricky Mandino (Lyle Lanley) con su sonrisa de vendedor, se asoman por las ventanillas del Monorriel de Ribbon. “Es una estación privada, está dentro del bar, los pasajeros suben y bajan dentro del bar. Es la Estación Ribbon Bar”, explicó Rubén Díaz ante la curiosidad de Castelar Digital, y completó, “Es un subte, un tren, un monorriel, como la gente lo interprete. Realmente es el frente de un viejo subte, pero puede ser un tren o el Monorriel de la estación Ribbon”.
Un pequeño Arco de Triunfo corona la esquina de Gimenez y Santa Rosa, en la vereda de La Casa Bar. Una Torre de Pisa a escala humana se inclina en la vereda de Americos, en Marques de Loreto y la misma avenida. Ahora, la Estación Springfield y una seria Frida Kahlo miran desde la esquina opuesta, la de Chilavert, y el Monorriel de la Estación Ribbon, espera el momento para iniciar su viaje. El Condado Bar invita a pasear, sacarse fotos, descubrir el arte del entorno y recorrer este rincón especial compartido por Ituzaingó y Castelar.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.