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Sociedad
24 Nov 2013

La escuela 63 cumple 50 años de historia

Nació a la vera de un arroyo que cruzaba el norte de Castelar y desembocaba en Morón. Sus primeras aulas fueron vagones de tranvía. Llegó a tener 500 alumnos y ahora tendrá también una escuela secundaria de seis años, separada de la primaria.
Pocas casas y poco asfalto. La década del 60 presentaba un Castelar completamente distinto al de hoy, más aún en los barrios alejados del centro. En la intersección de donde hoy están las calles Curuchet y San Pedro, el panorama era de barro y en su mayoría casas humildes, solo algunas pocas eran de cemento. Pocos vecinos elegían esa intersección para vivir ya que justo por allí pasaba un pequeño arroyo afluente del Arroyo Morón, el cual todavía estaba al descubierto.

Lejos en el tiempo, pero casi compartiendo el ímpetu actual, los vecinos se pusieron en campaña para darle al barrio una escuela primaria. Con firmas, pedidos y mucho esfuerzo nació la escuela 63. Coincidiendo su número con el año, pero sólo por azar, en 1963 comenzaron las clases. Era apenas un predio delimitado por un alambrado y por aulas, un par de coches de pasajeros de tranvía, los cuales ya en desuso encontraron otro destino, lleno de risas, juegos, cuadernos y algunas travesuras.

La Escuela 63 Genaro Berón de Astrada transformó el barrio y le brindó educación a los hijos de los vecinos que la ayudaron a nacer. A 50 años de aquellos primeros pasos, su directora Patricia Alejandra Camerucci, nos cuenta la historia de la 63. Se encuentra su hermana, Mónica Camerucci, quién también fue directora de la institución, y la docente Miriam Lescano.

“Era un barrio muy concurrido. Pero la escuela no estaba hecha de material como ahora, había vagones. Sobre su costado corría el arroyo, que luego entubaron, debajo de la calle San Pedro. No sabemos de donde vinieron los vagones, pero en una oportunidad se acercó un antiguo maestro  y nos marcó dónde estaban ubicados”, señaló Patricia Camerucci ante las consultas de Castelar Digital.

De a poco se fueron construyendo aulas, salones y oficinas. Empero, las clases se dictaron en los vagones durante poco menos de 10 años. “Para fundar la escuela, los vecinos contaron con el apoyo de la Sociedad Fomento del barrio y con el Rotary Club de Castelar, de apoco fue creciendo”.

Una nota guardada por la ex Directora Elsa de Capriccioso recuerda como era el colegio en aquellos primeros años: “la infraestructura se caracterizó por la precariedad de los materiales y de la construcción. El edificio delimitado por alambrado a razón de medianera. Una puerta de telgopor a modo de división, construcciones de madera destinadas a salones de clases. La matricula inicial dio lugar a una sección de cada grado, las crecientes demandas de la comunidad generaron expansión de matrícula”, según el mismo escrito, entre 1970 y 1974 se concreta la edificación de material, y de 1980 al 89 se realizan refacciones y ampliaciones. Su momento de apogeo lo vivió a fines de los noventa, cuando la escuela llegó albergar más de 500 alumnos. Corría el primer año del EGB, con octavo y noveno, y una secundaria Polimodal reducida.

En sus comienzos, en el mismo edificio funcionaba el Jardín de Infantes número 925, pero con el suceder de los años el jardín se separó y se alojó en su actual domicilio de la calle Pergamino. La directora no obstante aclaró que se mantiene una articulación con este jardín y también con 924 para que sus egresados tengan la vacante asegurada en la 63.

Actualmente la escuela sigue creciendo, acorde a las disposiciones nacionales para el área de educación, se creará una escuela secundaria que contará con edificio propio. Las obras ya comenzaron y se cree que terminarían el año entrante. “Se está trabajando para incorporar matrícula”.

La nueva escuela secundaria dará a la calle Villanueva, y la 63 mantendrá su histórico ingreso por la calle Curuchet. Hace diez años se construyó el tinglado que hoy protege el patio. Poco después se construyó a nuevo la dirección. También se contó con un sauce en medio de la escuela, rodeado por dos estatuas de leones. Sin embargo, en una de las últimas remodelaciones del patio se quitaron las esfinges. 

No todo siempre fue bueno para la escuela, hace dos años sufrieron un ataque. “tenemos dos aulas que fueron quemadas por vándalos”, destacó la directora. Estas aulas serán remodeladas.

El amor por su lugar de trabajo se demuestra en la descripción de cada detalle. La directora, su hermana que fue también la máxima autoridad, y la docente, llevan adelante con su propia impronta a la escuela 63.

Las hermanas Camerucci que pasaron por la 63, junto a una tercera, también docente, conocieron ya en su temprana juventud su vocación por la docencia. Cursaron el profesorado en el Instituto Superior de Formación Docente Nº45 de Haedo, y siempre vivieron en Morón. “Tuvimos una infancia preciosa, hermosa. Nosotros vivimos sobre Vergara y salíamos a la puerta todos los días con la silla, con mis abuelos. Vergara era una callecita, nos sentábamos a ver como las maquinas iban haciendo todo. Había muchas zanjas, mi abuelo era argentino pero criado en España y a los 15 años volvió y decía que eran todas quintas de verduras esta zona. Recordaba siempre el casco de estancia que estaba en Vergara al 1500. Era todo quinta y después se fue poblando”, destacaron.

El caso de Miriam es similar: “de mi infancia recuerdo jugar en la calle, organizar cenas para fin de año en la calle. Los carnavales y las carrozas… Ingresé a la escuela en 1998 como preceptora. Con chicos trabajo desde los 15 años porque era catequista. Como docente desde los 21. Después de preceptora pedí el movimiento como maestra de grado. Vivo en Ituzaingó y tengo posibilidades de irme más cerca de casa pero me puse la camiseta de la 63”.

La actual directora es una de las más nuevas en su cargo. “Tome el cargo el 21 de marzo de este año, pero tengo 27 años de antigüedad”, destacó Patricia Camerucci y continuó, “no pensé nunca que iba a llegar a ser directora, pero la situación me fue llevando: mi hermana trabajaba conmigo en la escuela 15, ella se postuló para el concurso de directora y quedaba el puesto libre de secretaria al cual me postulé y gane. Ella quedaba como directora en la 63 y yo secretaria en la 15. Después ella se jubiló, estudié, rendí bien el examen y fui al acto público y tomé el cargo. Vivo en la zona, a 10 cuadras de la escuela”.

El compromiso y la responsabilidad para con la escuela y sus estudiantes es una característica común en los docentes de la 63.  A pulmón y con esfuerzo lograron la biblioteca y la sala de computación, además llevan adelante propuestas para abrir la escuela a la comunidad y mostrarles a sus estudiantes la ciudad de Castelar y su entorno.

La biblioteca y la sala de computación son ejemplos del esfuerzo de los docentes: “La biblioteca trabajaba llegando a San Pedro, en un aula chiquita. Después al hacerse una nueva biblioteca conseguimos un televisor para pasar películas, además de tener el espacio para hacer proyectos de investigación. Los estudiantes se pueden llevar libros, los que la mayoría conseguimos por donación, o bien los envía el estado. Las donaciones también son bienvenidas. Un vecino trajo diccionarios, una enciclopedia preciosa. Nuestra biblioteca cuenta con 4000 ejemplares”, relató la directora.
“La sala de computación la armamos después de la biblioteca. A partir del 2005. Logramos poner la puerta con reja y ahí fue cuando vinieron a incendiar y entonces tuvimos que ceder esa aula para que se den clases. Ahora se volvió a utilizar la sala de computación, dentro del gabinete la docente Mirian Lescano logró armar un grupo de computadoras”, destacó la Directora.

“Armando y desarmando logramos tener un grupito de computadoras, pero son prehistóricas. La mayoría fueron donaciones. Un colegio de Morón cambió toda su sala de computación y donó las maquinas viejas. Más las que donaron algunos profesores. Hoy tenemos 5 computadoras funcionando”, explicó Miriam y continuó, “Nosotros queremos que los chicos accedan a redes sociales, pero como son antiguas no se puede mucho, o capaz que un profesor trae un pen drive y acá no lo puede conectar. Así que si conseguimos algo más moderno sería beneficioso. También, cuando terminen la secundaria vamos a poder volver a usar el aula con reja como sala de computación”.



Ante los 50 años de la escuela y por las circunstancias propias de su alumnado, las docentes se han puesto en campaña para abrir las puertas de la escuela al barrio y para llevar a los chicos a los distintos rincones de la ciudad. En octubre un grupo de alumnos de sexto recorrió y formó parte de un programa de la FM en Tránsito, además de otras actividades. “En el día del animal tuvimos un veterinario, trajimos mascotas, se vacunó gratuitamente. El día del niño, planeamos un día en el campo de Luz y Fuerza. Fuimos al museo de Tres de Febrero. El día que juraron a la bandera en la Plaza de Morón se quedaron fascinados cuando pasaron por arriba del puente, y es porque los chicos no salen a ningún lado, porque sus familias no pueden. Fuimos también al teatro de Morón, al polideportivo Gorki Grana”, se explayaron las docentes.

Por los 50 años de la 63 se están realizando distintas actividades. Alumnos junto con vecinos y con el apoyo del municipio están realizando un mural en la fachada del colegio en conmemoración al cumpleaños de la escuela, además, el sábado 23 se realizó una fiesta con música baile, vecinos ilustres invitados, ex alumnos, ex docentes, ex directores y mucha participación del barrio. “Cada curso tuvo un proyecto a seguir para la fiesta aniversario de la escuela: Primero y Segundo, tuvieron que hacer una canción. Tercero y Cuarto los trabajos realizados durante el año en fotos.. Y quinto y sexto, fútbol a través del tiempo, con historietas de pelotas de época, canciones de los mundiales. Sexto la historia de la Escuela en fotos. Además se hizo un diario, en el que participan todos los cursos con la orientación del gabinete”, finalizó la directora.

Con 50 años de historias y risas en el interior de sus aulas, la escuela 63 quiere seguir creciendo y necesita de sus vecinos para lograrlo. La fiesta fue una excusa para ponerse en contacto con sus docentes y ayudar en el empuje diario para que la escuela siga su camino.

Entrevista: Gabriel E. Colonna
Redacción: Leandro Fernandez Vivas
Fotos: Gabriel E. Colonna, Escuela 63 y vecinos

Más fotos historicas de la escuela en: www.castelar-digital.com.ar/fotos.asp?cmbCateg=2
Más fotos del evento 50 aniversario en: www.castelar-digital.com.ar/fotos.asp?cmbCateg=6

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