Sammarruco: “Aún usamos herramientas que trajo mi abuelo de Italia hace 70 años”
Por: Gabriel Colonna, Leandro Fernández Vivas.En nada se parecía el Castelar de mediados del Siglo XX con la Italia de postguerra. Roma aún mostraba las cicatrices de la Segunda Guerra Mundial cuando Pascual, el primero de los Sammarruco ebanistas, decidió cambiar de continente. Traía consigo a su familia, pero también su oficio e incluso los sargentos y formones con los que crearía muebles para alimentar a sus hijos. Aquel labor que lo identificó y transmitió a sus hijos y nietos surgió casi por casualidad: “Mi abuelo nació en Otranto, en la Provincia de Lecce, en el Adriático. Es parte del taco de la bota de Italia. Su papá era mayorista de pescado, todos se dedicaban a la pesca. Mi abuelo no quiso, entonces su papá lo mandó con un amigo carpintero para que aprendiera de carpintería”, explicó Gabriel Sammarruco a Castelar Digital.
Tras la guerra se mudó a Roma donde se casó y tuvo a sus primeros hijos. En 1950 decidió migrar. Sin escalas, más que las obligatorias en puertos distantes, llegó a Castelar para montar su taller, su hogar y una nueva vida. “Mi abuela lloraba porque venía de una urbe como Roma a un pueblo descampado total. Para ella fue muy chocante, muy duro, tuvo que tirar para adelante”, reseñó el vecino. Sobre la calle Cádiz, a pocos metros de las vías del Ferrocarril Sarmiento, los Sammarruco construyeron su hogar, allí mismo hoy se encuentra la fábrica de muebles. “Para mi papá y mi tío fue toda una aventura. El viaje en barco duró un mes. No lo vivieron como un desarraigo sino como una aventura. Venían de carencias, de un país en postguerra y lo vivieron como con más ilusión”. La inmigración, en sus distintas oleadas, le dio identidad y su cultura particular a todo el país y Castelar no fue la excepción.
Pascual Sammarruco y Dianca Ferrario tuvieron tres hijos, Enzo, Carlo y Mario. Este último tuvo dos hijos, Diego y Gabriel. Todos se dedicaron a la carpintería y la fabricación de muebles. “Siempre aparece alguien y me dice ‘tu abuelo me hizo los muebles de mi casa’ o alguien que le regalaron los muebles de su abuelo y los hizo el mío. Todos, las tres generaciones nos dedicamos a la ebanistería”. En el caso de Gabriel, además es Arquitecto y los conocimientos de su carrera hoy los aplica en el diseño y construcción de muebles con el característico estilo que solo Sammarruco les da. Gabriel también es piloto y un amante de la aviación, esa pasión lo llevó a coincidir su oficio con el placer y está construyendo un avión en el garaje de su casa.
“Nos especializamos en muebles a medida. Se trabaja muy personalizado, muy ligado al ambiente, a los espacios donde van a estar los muebles. Antes los muebles se hacían para toda la vida y se heredaban. Ahora la estética es muy cambiante y se renueva mucho. La arquitectura nos ayuda, porque aunque parezca mentira, son dos planos diferentes pero se conectan: la arquitectura necesita muebles y los muebles necesitan arquitectura. Se trabaja con otro tipo de detalles con otro tipo de encuentro, de terminaciones. Con mi hermano hemos adoptado esa filosofía, tomamos el mueble como una pieza de arquitectura, como un elemento de arquitectura”, completó Gabriel.
En 70 años de trayectoria, los carpinteros Sammarruco vieron los cambios de estética, tendencia y materiales. Fueron participes de la creación de miles de placares, mesas, sillas y un sinfín de otros muebles. desde aquellos de madera pesada y curvas típicas de los trabajos de ebanistería de mediados del siglo pasado, a materiales más livianos, lavables, con terminaciones de fórmica y hasta colores saltones en los 80 llegando al hoy donde la arquitectura deja su impronta en cada producción. Las tendencias, explican, son como las modas, cambian con los años y si bien cada fábrica tiene su estilo toda la producción sigue en cierta medida el movimiento de las tendencias: “inconscientemente tenés tu estilo pre establecido por la tendencia existente. El cliente viene buscando su mueble y respondemos con el trabajo personalizado. Al no ser un mueble estándar le podemos poner desarrollo, donde le damos un toque de valor agregado que es pensar el detalle, encuentros, resolver situaciones que te presenta una casa donde querés poner un mueble de tal estilo o tal forma. Ahí le ponemos esa visión de arquitectura de ponerle un valor agregado al mueble en la personalización”, señaló el arquitecto.
El legado de Pascual subsiste en cada mueble entregado por los Sammarruco. La fábrica por sí misma es el refugio de cada uno de los carpinteros de la familia. Mario, con más de 80 años, aún se acerca al taller para reparar sus muebles o construir algo que necesita. Sus hijos, al mando del negocio, aún utilizan las herramientas que llegaron a Castelar en barco, las mismas que trajo Pascual en su valija: “Cepillos, garlopas, cierras sin fin con 70 años de uso. Gubias, formones y sargentos que trajo mi abuelo de Italia. Imaginate muebles de hoy construidos con los sargentos que trajo mi abuelo en una valija. Ahora hay máquinas actuales que antes no existían, cambiaron las maderas también. Nosotros hemos incorporado pegadoras de canto que antes no existían, escuadradoras que hace 70 años no existían”.
En la esquina de Cádiz se siguen fabricando muebles como hace 70 años. Se diseñan, se proyectan, se cortan las maderas y se construye cada mesa, cada alacena, cada biblioteca o cada escritorio bajo la misma impronta, con las mismas ganas: “somos una empresa familiar. Somos nosotros los que atendemos, trabajamos, damos solución y ponemos la cara a los clientes. Cuando los clientes tratan con la persona del oficio, con quien va a realizar el trabajo, les da seguridad, confianza, tranquilidad”, explicó Gabriel Sammarruco.
“Desde que tengo uso de razón viví entre la madera, en la carpintería. No se puede separar Sammarruco de la madera, de la ebanistería de hacer siempre todo con madera, de siempre empezar todo desde la madera. Es una filosofía de vida. Desde mi abuelo Pascual hasta nosotros, Sammarruco es madera”, finalizó el vecino.
Gabriel Colonna
Fotógrafo
Fotógrafo. Programador Web. Emprendedor.
Fundador y Director Ejecutivo de Castelar Digital.
Socio Fundador de GAMA Taller de Imagen.
Socio Fundador de Ocho Ojos.
Leandro Fernández Vivas
Periodista
Técnico Universitario en Periodismo.
Director Periodístico en Castelar Digital.
Socio Fundador de Ocho Ojos.