Solidaridad en cuarentena: Vecina cose barbijos en Berlín
El Coronavirus es el protagonista de las noticias y con la pandemia declarada muchos países optaron por la cuarentena y el aislamiento social. Alemania no está exenta de los contagios y sus habitantes eligieron quedarse seguros y protegidos dentro de sus casas. Si bien esta cuarentena no es obligatoria, es casi total.
Como métodos preventivos se recomienda la utilización de alcohol en gel, o líquido diluido al 70%, desinfectantes como lavandina o similares, lavarse las manos con abundante jabón y agua y mantenerse alejado de las aglomeraciones de gente. En Argentina el Aislamiento Social Preventivo es obligatorio y funciona como una de las mejores herramientas para evitar contagios.
Existe además otro elemento que si bien no impide el contacto con el virus, lo minimiza. Es apenas un rectángulo de tela o papel con dos tiras o elásticos pero puede ser la diferencia. El barbijo es un elemento clínico que impide que las gotas de saliva, que pueden portar el virus, lleguen a la boca y nariz de una persona sana, al menos en primera instancia. Ante los anuncios gubernamentales sobre los cuidados los barbijos sufrieron una gran demanda de compradores y casi desaparecieron del mercado. Los más eficientes están reservados para los trabajadores de la salud que estarán en contacto con personas infectadas, pero para el vecino común con uno de tela, o los más simples de papel, es suficiente.
En todo el mundo muchos grupos solidarios de personas que encuentran ociosa su cuarentena se dedican a la confección de barbijos simples. Así es el caso del ‘Mundschutz nähen Berlin Ehrenamtlich’, el grupo nacido en Facebook al que pertenece Eleonora Colonna: “hace ocho años que estamos en Berlín. Yo vine desde Castelar y Diego (Pontecorvo) de Bahía Blanca. Antes habíamos vivido en España pero después nos mudamos para acá y fundamos nuestra marca de ropa hace siete años y vivimos de ella desde entonces. Trabajamos a pulmón, realizando nuestras prendas al 100% nosotros mismos. Somos una marca pequeña que vendíamos en mercados de diseño acá en Berlín y ahora todos los mercados están cerrados así que obviamente nos vemos afectados”, señaló la vecina. Ese tiempo ocioso se transformó en tiempo de trabajo solidario: “estamos vinculados al mundo de la confección y tenemos muchos colegas que están en la misma situación y se empezó a difundir la información sobre este grupo de Facebook, para confeccionar voluntariamente barbijos o mascarillas”.
“Hay un montón de tutoriales en Youtube que enseñan a hacer barbijos”
El boca en boca a través de las redes llevó a los emprendedores a sumarse en una campaña de colegas y anónimos con un mismo objetivo, facilitar barbijos. “Hay un montón de tutoriales en Youtube que enseñan a hacer barbijos. Cada uno desde su lugar puede aportar un granito de arena en todo este desastre. Nosotros como tenemos los medios, las máquinas y el material nos pareció que era una causa noble poder trabajar en esto. Tengo mis paquetitos listos para enviar a una señora que trabaja en un asilo de ancianos en un pueblo al norte de Berlín. Se los vamos a mandar por correo, hoy sale el primer envío”, describió Eleonora.
La idea solidaria no busca ser una herramienta clínica. El mismo grupo que convoca a coser barbijos advierte que “aunque no hay pruebas de autoprotección contra el virus, el uso de máscaras protege su entorno si está infectado. Las máscaras de tela simples, por supuesto, no son adecuadas en todos los casos, pero en muchos otros son definitivamente mejores que no usar nada”. Empero se convoca a los vecinos a sumarse, “esta es una llamada a todos los que tienen una máquina de coser en casa y podrían ayudar a dedicar algo de tiempo (ahora que tenemos suficiente) para coser máscaras faciales”. Este solo grupo limitado a Berlín ya tiene más de 700 miembros, pero existen muchos otros en todas partes del mundo, incluida Argentina.
“Cada uno desde su lugar puede aportar un granito de arena”
“El panorama acá en Berlín no es bueno, los números de casos están creciendo, pero sabemos que el sistema de salud es sólido y va a poder ayudar a mucha gente. Nosotros no estamos obligatoriamente en cuarentena, pero no puede haber reuniones, salvo que sea un grupo familiar o compañeros de piso. Los comercios esenciales están abiertos: almacenes y farmacias, pero los demás están cerrados. Se le permite a la gente ir a trabajar pero hay muchísima menos gente en la calle. No hay toque de queda ni es obligatorio el aislamiento, acá en Alemania es difícil aplicar un toque de queda… después de la Segunda Guerra y el muro, limitar las libertades de esa manera es una decisión bastante compleja”.
Ayuda Extra
Eleonora y Diego dedican sus días ahora a confeccionar barbijos. Pero no son los únicos voluntarios en su taller, los acompaña una mascota muy simpática: Raku, the Trash Panda. Se trata de un mapache confeccionado a mano con la técnica de amigurumi que es una estrella en Instagram. Muestra en fotos desde su mirada, si es que puede tener una, cada lugar del mundo que recorre. Tiene amigos plushies también instagramers y hasta ha oficiado de modelo de la marca de Eleonora y Diego: “Raku es nuestra mascota, nuestro compañero de emociones. Es el levantador de ánimos oficial no sólo para nosotros sino también para amigos, familia y los que lo conocen, e intenta sacarle siempre una sonrisa a la gente a través de su cuenta en Instagram. Como no tenemos mascota ni niños, cumple las dos funciones, es el malcriado de la casa. Raku aprovechó sus muchos seguidores para también convocar más voluntarios y darle difusión a esta idea de confeccionar barbijos”, finalizó la vecina que vive en Berlín.
La solidaridad es una característica vernácula del pueblo argentino que se ha transformado en un rasgo cosmopolita con la llegada de la pandemia y que se manifestó en los barbijos artesanales de Eleonora y Diego en la otra punta del planeta.
Redacción: Leandro Fernandez Vivas